
El asesinato de David González por presuntos ultras, sin resolverse desde hace 29 años
En enero de 1996 el joven de 20 años murió apuñalado por un skinhead ante 200 testigos, pero el autor nunca fue detenido
En esta nueva entrega de casos sin resolver abordamos el asesinato de David Emilio González en Madrid. Los hechos sucedieron en la noche del 20 de enero de 1996, en el distrito madrileño de Moncloa, en una zona conocida de bares de copas.
Algo que sorprende del caso es que hubo cerca de 200 testigos, pero ninguno se atrevió a contar lo que vio. El de David Emilio González fue un crimen de odio que casi treinta años después sigue sin tener culpables.
Aquella noche, el joven, con dos amigos y su novia, se cruzaron con dos skin heads que orinaban en la calle. Tras recriminarles la acción, uno de los ultras golpeó a uno de los amigos de David con un puño americano. David y el resto emprendieron la persecución de uno de los neonazis por la calle Isaac Peral.

Mientras se producía la carrera el otro ultra fue a buscar a sus compañeros a un bar de la calle Princesa. Seis ultras más llegaron hasta donde estaban David y su amigo José Antonio y se enfrentaron a ellos.
José Antonio recibió una puñalada en un brazo y David en una nalga, pero pudieron zafarse y huir. El joven de veinte años emprendió la carrera, con las dificultades de movilidad generadas por la puñalada, por el paseo de Moret.
Tres ultras cortaron el paso a David y uno de ellos le sujetó con el brazo izquierdo. Con la mano derecha le clavó un puñal de doble filo en el corazón de forma certera. Antes de ser asesinado, los agresores le exigieron a David: "Grita arriba España, arriba Franco".
El 'miedo' de los testigos y sin sospechosos
Los testigos afirmaron que los ultras portaban emblemas de grupos radicales y ultras vinculados a equipos de fútbol. De hecho, llegaron a describir al agresor como un hombre de 1'80 cm de altura, con una cicatriz en la frente y de unos veinte años. Sin embargo, no hubo detenidos ni condenados por este crimen de odio.
Eduardo González, padre de David, tiene claro que la dificultad de resolver el asunto estuvo en el miedo. Según recordó para elcierredigital.com, "mucha gente decidió no hablar porque eran grupos muy violentos y organizados".
"Yo mismo he recibido algunas amenazas por teléfono, porque en los primeros años el asunto tuvo mucha visibilidad. Además, junto al Movimiento contra la Intolerancia conseguimos que muchos de estos indeseables acabasen en prisión", continuaba.
"Me apena que el miedo impida que pueda poner cara a quién lo hizo, pero sé que la Policía hizo todo lo posible. A nivel personal no tengo ninguna queja de cómo se han portado con nosotros. Nos tuvieron al tanto de todo", afirmaba Eduardo.
A pesar de que Policía Nacional tenía un grupo especializado en tribus urbanas recién creado, fue el grupo de homicidios el que se hizo cargo de la investigación. La Policía centró sus investigaciones en el grupo neonazi Nueva Guardia, relacionado con el Frente Atlético, que acabaría convirtiéndose en Bastión.

El 20 de abril de 1999 fue detenido un sospechoso del crimen tras la denuncia de un ciudadano anónimo. Este testigo dijo haber presenciado la pelea y que no había declarado antes por temor a represalias.
Se trataba de un joven vinculado con el menudeo de drogas, pero no se consiguió demostrar su vinculación con los hechos. Un nombre también vinculado al caso fue del de Ricardo Guerra, al que sitúan en el bar en que los ultras pidieron refuerzos.
El nombre de Guerra se haría conocido dos años después al vincularse con el asesinato del seguidor de la Real Sociedad Aitor Zabaleta.
En el momento de cometerse el crimen de David González, los grupos ultras y neonazis sembraban el terror en muchas ciudades de España. Fueron muchos los crímenes que se cometieron por personas pertenecientes a estos grupos. El caso de David González nunca ha llegado a tener un sospechoso claro, y por ende, tampoco ha sido juzgado.
Más noticias: