27 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

Además, también hemos tenido el caso de un niño asesinado por un perro y de un joven muerto por defender a su madre

Una semana plagada de juicios mediáticos, desde los Miguelianos a la pequeña Nadia pasando por el "Fart West" de Estepona

Como cada domingo, os presentamos la crónica de los sucesos más destacados de la semana que arrancaba con una fecha muy significativa al cumplirse un año de la intentona catalana de llevar a cabo un referéndum ilegal y sin pies ni cabeza y continuaba con juicios tan mediáticos como el de los Miguelianos o el de la pequeña Nadia

Lunes: La tensión en Cataluña se ceba en su policía autonómica

Los independentistas, lejos de desistir por lo absurdo de la cuestión y animados por algunos de sus gobernantes, nos han dejado un fin de semana plagado de carreras y empujones delante de las porras de los Mossos d’Esquadra. Porque ahora sí, parece que la policía catalana ha hecho su trabajo, ganándose el desprecio de los que un año antes les alzaban a lo más alto; ya no son su policía. Por eso les han pintado la cara y todo lo demás, el honroso uniforme, lanzándoles todo tipo de pinturas, polvo, huevos y spray mientras aguantaban el tipo delante de los mal llamados Comités de Defensa de la República (CDR). Y digo “mal llamados” porque no se puede defender lo que no existe ni existirá y porque no se puede llamar “comité” a lo que es una banda de presuntos delincuentes organizados y violentos. Antidemócratas que se abalanzaron contra una manifestación de policías y guardias civiles que, de forma pacífica reclamaban mejoras laborales y económicas, la prometida equiparación salarial que cada vez ven más lejos.

Los mossos frente a los CDR

El Govern de Quim Torra quiere dar por bueno el resultado del 1-O y asumir el mandato del inexistente referéndum y por eso arenga a sus grupos, mientras Pedro Sánchez, en fechas tan clave, se hace las Américas y envía a sus primeros espadas en la cuestión catalana a preocuparse de si sacan a Franco y a dónde lo llevan.

Parece que vamos sin rumbo ni gobierno y sin nadie que coordine o dé las órdenes necesarias. Si no, que se lo pregunten a la familia de Antonio Ortega, de 32 años, desaparecido en enero de 2018 en Torremolinos y cuyos restos fueron encontrados el pasado 18 de agosto por el Equipo de rescate e Intervención en Montaña (EREIM) de la Guardia Civil.

Una vez identificados por ADN, se ha sabido que los restos encontrados se corresponden con el joven, cuyo cuerpo no había aparecido completo, por lo que existía el compromiso de realizar una nueva búsqueda que pudiera esclarecer las circunstancias de la desaparición y muerte de Antonio. Pero ha tenido que ser la familia, desesperados y hartos de promesas, quien organice una nueva búsqueda este pasado fin de semana, en la que se han hallado nuevos restos que pueden corresponderse con Antonio Ortega. Ha sido en la sierra de Alhaurín de la Torre y muy cerca, a penas 50 metros, de donde habían aparecido los restos anteriores.

La familia está indignada y Cristóbal Ortega, hermano del desaparecido, se personó en el Juzgado de guardia para hacer entrega de una bolsa con los huesos encontrados y formalizar una queja porque nadie se ha preocupado del caso de su hermano, que no han podido aún enterrar ni incinerar porque se desconoce la causa de su muerte.

Martes: Forrarse a costa de su hija

Este pasado martes comenzaba el juicio contra los padres de Nadia Nerea, un circo mediático protagonizado por Fernando Blanco que quiso hacernos ver que la tricotiodistrofia, que padece su hija, enfermedad genética de las denominadas poco frecuentes, era mortal, pero que tal vez podía curarse a base de tratamientos carísimos experimentales que se hacían fuera de nuestras fronteras con mutaciones genéticas imposibles y punciones en la nuca de fábula que hacían médicos escondidos en cuevas de Afganistán, en hospitales de Houston o clínicas de París cuyo nombre

Y nos lo creímos, porque mucha gente, famosos incluidos, dio dinero para salvar a Nadia de una enfermedad que produce alteraciones cutáneas y oftalmológicas, problemas en el desarrollo del lenguaje, trastorno de hiperactividad y espasticidad en los músculos. Pero no nos contaron esto, sino que nos decía que Nadia moriría de forma inminente sino era tratada urgentemente.

Desde el Hospital de la Seu d'Urgell ofrecieron a los padres de Nadia derivar el tratamiento de la menor al Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, ya que existe una unidad especializada en enfermedades raras, todo, claro está, gratis gracias a la magnífica Seguridad Social de que disfrutamos en España. Pero Fernando Blanco y Margarita Garau, padres de Nadia, denegaron dicha ayuda. Su plan ya estaba trazado y lo que querían era forrarse a costa de su hija y de los demás, como ya lo había hecho Fernando antes y por lo que tiene antecedentes penales.

Me pregunto si al denegar dicha ayuda de la sanidad pública no privaron a su hija de haber tenido mejor calidad de vida y si con ello no incurrieron en algún delito más que el de estafa por haberse quedado con más de un millón de euros de donativos recaudados en una campaña solidaria fingiendo que los fondos eran para tratar a su hija de una enfermedad rara.

A lo largo de la semana se han ido viendo todas y cada una de las mentiras de Fernando y Margarita. Hasta el cáncer que fingió Fernando para dar más pena cuando decía que no se podía ocupar de él mismo por estar entregado por completo a su hija. Curas que no existen, viajes imposibles porque no tenían ni pasaporte y estaban al mismo tiempo en Mallorca, clínicas que no recuerdan y hospitales que no realizan los tratamientos que dicen. Pero a todo esto, Margarita trata de convencernos de que ella nunca supo nada y tampoco sabía de dónde “brotaba” el dinero que tan alegremente gastaban en coches de lujo, joyas y en buena vida. Pretenden ahora que todo quede en apropiación indebida porque no engañaron a nadie y, por tanto, no hubo estafa, la gente les daba el dinero porque querían.

¿Semejantes padres merecen tener una hija? ¿Una niña inocente y enferma merece tener semejantes padres? Y pretenden que todo pase para poder ocuparse de nuevo de Nadia.

Los padres de Nadie durante el juicio

Miércoles: Los descuidos de sus padres provocan la muerte de dos pequeños

No dejamos de sorprendernos del caso de Nadia, que se ha prorrogado durante toda la semana y cada día íbamos horrorizándonos más, cuando el miércoles conocemos que un perro, pastor belga, había matado a Samuel, un bebé de tan solo dieciocho días en una finca de Fasnia, al sur de Tenerife. Sólo un descuido bastó para que el perro agrediera en la cabeza al único hijo de un matrimonio joven, de 22 y 24 años, en su domicilio. Eran sobre las once de la mañana y habían dejado a Samuel en su carrito. Tal vez el can quiso jugar con el recién llegado o sintió curiosidad por saber qué había dentro del carrito; lo cierto es que le mordió en la cabeza. Los jóvenes padres tuvieron que separarle del bebé y echaron a correr hacia el cercano Cuartel de la Guardia Civil en busca de ayuda, con Samuel en brazos ya en estado muy grave. El guardia de Servicio de Puertas activó los servicios de emergencia y se intentó todo para reanimar a Samuel, pero fue imposible, presentaba heridas incompatibles con la vida. La escena fue sobrecogedora; padres, vecinos, abuelos y servicios de emergencia, no pudieron hacer nada por el bebé de 18 días. Un perro le había matado por un descuido.

Según la Guardia Civil, que capturó al pastor belga, no considerado como “animal peligroso”, éste no mostró signos de agresividad. El can tenía microchip y toda la documentación en regla. Ahora la Policía Judicial de la Benemérita tratará de determinar las circunstancias en las que se produjeron los hechos y si Samuel se quedó solo sin la vigilancia de sus padres, que necesitaron atención de un psicólogo y dos psicólogas del Grupo de Intervención Psicológica en Emergencias y Catástrofes (GIPEC).

También el miércoles, en el madrileño barrio de Sanchinarro, moría una bebé de 21 meses tras pasar casi ocho horas en la parte de atrás del vehículo de su padre porque se fue a trabajar olvidando que debía haberla dejado antes en la guardería municipal del barrio.

La madre, de 39 años, que tiene otros tres hijos mayores, llegó a la escuela infantil a recoger a su hija y los cuidadores le indicaron que ese día la niña no había asistido. Llamó por teléfono al padre, de 43 años, y fue cuando éste cayó en la cuenta e informó que la bebé debería estar en el asiento trasero del coche que abrió la madre rápidamente gracias a que llevaba una copia de las llaves, encontrándose con su hija ya inconsciente.

Hasta el número 32 de la calle Ana de Austria se desplazaron rápidamente varias dotaciones de los servicios de emergencia que, tras 45 minutos de maniobras de reanimación cardiopulmonar, no pudieron hacer nada por salvar la vida de la pequeña.

El padre, que fue detenido en el lugar por la policía, por un presunto delito de homicidio imprudente, tenía recado de la progenitora de llevar a la pequeña a la guardería. Era un trayecto que conocía bien porque antes vivían en el barrio y llevaban poco tiempo viviendo en Algete. Debía haber dejado a los tres hermanos mayores de Marta en el cercano Colegio Valdefuentes y después dejarla en la escuela infantil, antes de irse a trabajar al edificio de un conocido banco, que se encuentra cruzando la carretera N-I.

Una niña de un año murió en Madrid tras el descuido de su padre que la olvidó en su coche

Qué pasó por la mente de ese padre para olvidarse de su hija es todo un misterio que tratará de resolver la Policía Nacional, que se ha hecho cargo de la investigación, cuando pueda hablar con el padre, que se encontraba emocionalmente hundido, en estado de shock y precisó asistencia psicológica.

Al día siguiente supimos que, tras prestar declaración ante la Policía, el progenitor había sido puesto en libertad, a espera de pasar a disposición judicial y seguía bajo cuidados psicológicos. La familia tiene un profundo sentimiento religioso y ha pedido a todos que recemos por Marta.

Con sucesos de este tipo, cabe preguntarnos qué tipo de sociedad estamos creando, qué tipo de vida llevamos, qué estado de estrés soportamos y qué ocurre en nuestro día a día para poder entender, si es que se puede, que un padre se olvide de la más pequeña de sus hijos en el asiento de atrás del coche y salga corriendo al trabajo, sin volver a acordarse de ella en todo el día.

 Jueves: El “Far West” del Estrecho ya no le teme a nada

Las calles de Estepona (Málaga) se llenaron de pánico el miércoles por la noche por un tiroteo en plena calle, al más puro estilo del “Far West” americano, cuando un grupo de hombres se llevó por la fuerza a otro que cenaba en la terraza de un restaurante asiático de la Avenida de España.

El jueves supimos de qué se trataba al aparecer en Algeciras (Cádiz) el cuerpo sin vida de Brian M. C., de 27 años, un narco conocido por dar vuelcos (robar alijos de droga de otros). El cuerpo presentaba dos heridas de arma de fuego en la cabeza, varias heridas de arma blanca y golpes por todo el cuerpo. Era valenciano, aunque llevaba toda la vida en Algeciras y era de sobra conocido hasta por la Policía, de hacho, ya había pasado por prisión por sus escarceos con el tráfico de droga en el Estrecho.

Brian, el narcotraficante valenciano asesinado en Estepona

Muy cerca de donde apareció el cuerpo sin vida de Brian se encontró el BMW X5 con el que la noche anterior se le habían llevado en Estepona; el típico vehículo de alta gama, bien equipado, que usan los narcos del Estrecho, matriculado a nombre de un conocido traficante de la zona.

Y es que ya no le temen a nada; ni se molestan en esconder el coche o en utilizar otro. Les da todo igual porque parece que campan a sus anchas en su “Far West” del narcotráfico español en que han convertido la provincia de Cádiz. No se esconden y secuestran en plena calle a los ojos de todos, a tiro limpio, con la impunidad del que se cree dueño de todo.

 Viernes: Otro hijo víctima

Llegamos al viernes en una semana en que parecía que nos íbamos a librar de la lacra machista, pero tristemente no fue así y Guillermo S. S., un joven de 18 resultó gravemente herido al defender a su madre de la agresión de su progenitor, salvando así a su madre de una muerte segura, porque el padre empuñaba un cuchillo con el que le asestó seis puñaladas, dos en el cuello y la más grave en el tórax.

La madre, de 52 años sólo sufrió unos pequeños cortes sin gravedad gracias a la heroicidad de su hijo que se puso delante para defenderla de su padre, de 50 años y Funcionario de Prisiones en la cárcel Madrid VI de Aranjuez, que fue detenido por la Policía Nacional acusado de un presunto delito de homicidio y de maltrato en el ámbito familiar.

No constan denuncias previas de la mujer contra el hombre, pero era sabido que en el número 17 de la calle Almansa de Aranjuez (Madrid) las discusiones eran frecuentes y el viernes, sobre las 09:10 horas, los vecinos no tardaron el llamar a la Policía al escuchar los gritos de auxilio de la mujer. A esas horas, el otro hijo del matrimonio se encontraba en el instituto.

Los vecinos sabían que las peleas eran frecuentes y que la Policía había acudido al piso en varias ocasiones. “Las cosas no iban bien” decían los vecinos y tenían al hombre por “educado y correcto”.

¿Cómo es posible que los vecinos tengan esta consideración si estaban escuchando a diario lo que ocurría? No es posible que se tenga esa opinión de un maltratador que termina apuñalando a su hijo, escudo de su madre. Un hijo que, por ser mayor de edad, no será considerado víctima de violencia machista.

Pero nadie había denunciado; ni la mujer, ni los vecinos, ni los hijos y sin denuncia, con la Ley actual, no se puede hacer nada. Hay que cambiar los protocolos para que la mujer víctima, que por miedo no se atreve a actuar, pueda ser protegida.

Javier Durán – Investigador Forense y Criminólogo

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