Caso menores Carabanchel: "Hay tres testimonios que tiran por tierra la hipótesis de la muerte accidental"

El pasado 10 de diciembre de 2022 desaparecieron los menores Ángel y Fernando en Carabanchel. Sus familias denunciaron las desapariciones y tras revisar sus últimos movimientos se descubrió que habían ido en autobús a Toledo. Fue Toledo, precisamente, la ciudad en donde se hallaron los cadáveres de los menores. El día 15 de diciembre se encontró el del mayor, Fernando, en el vertedero ecoparque de Toledo. Casi un mes después, el 11 de enero, se encontraron los primeros restos de Ángel, de 11 años.

El informe final de la Policía Nacional sobre el caso señalaba que los menores murieron de manera accidental al refugiarse en un contenedor de basura por no encontrar un lugar donde dormir y allí se asfixiaron. Sin embargo, el juez instructor del Juzgado de Instrucción nº3 de Toledo no ha cerrado el caso y el 19 de mayo levantó el secreto de sumario. Esta circunstancia ha permitido al cabo primero de la Guardia Civil Antonio Martín y al abogado defensor de las familias, Marcos Garcia Montes, analizar todas las diligencias realizadas.

Tres testimonios rebaten el informe definitivo

Elcierredigital.com ha contactado con Antonio Martín, experto en investigación criminal, diplomado en Criminalística y Policía Judicial de la Guardia Civil, que señala, “desde el primer momento se ha dado credibilidad a una versión que sostiene que los niños fallecieron al refugiarse en un contenedor para dormir en la madrugada del 10 al 11 de diciembre de 2022. Sin embargo, en el conjunto de las diligencias que hemos examinado hemos encontrado hasta tres personas diferentes que posicionan a los niños en la ciudad de Toledo durante la tarde del día 11 de diciembre. En el informe definitivo de la autopsia, la médico forense indica que los menores fallecieron entre las 00.00 horas del día 10 y las 04.00 horas del día 11 de diciembre”.

“Estas tres declaraciones donde se asegura haber visto a los menores con vida a lo largo del día 11 de diciembre se contradice con lo expuesto en el informe.  El primero de estos testimonios es el del vigilante de seguridad de la estación de autobuses, que declaró haber mantenido una conversación con los niños al mediodía, que le preguntaron sobre los horarios de los autobuses que iban para Madrid”; añade Antonio Martín.

Ecoparque de Toledo.

También asegura haberlos visto en la tarde del día 11 de diciembre un recepcionista del hotel Zentral de Toledo, que fue donde les se vio el 10 de diciembre. El tercer testimonio es el de la dueña de un establecimiento comercial que se encuentra muy cerca de donde vivía Lucía y su familia. Cabe recordar que Lucía es hija de Trinidad, que mantiene una relación con Cristopher, al que todos conocen como Cristian, aunque también era exnovia de Fernando.

Fernando tenía intención de ‘escaparse’ con Lucia. El pasado 10 de diciembre Ángel y Fernando se fueron a Toledo sin decir nada a sus familias, aunque parece que sí conocían la intención de Fernando de escaparse con Lucía, ya que llevaba ahorrados unos 500 euros de recoger chatarra.

Según relata Antonio Martín “se recoge en las diligencias que la dueña de esta tienda vio pasar a los niños durante la tarde del día 11 de diciembre. De hecho, también dijo que cuando pasó un camión de basura escuchó unos gritos fuertes que pudieron ser de los niños. Estos tres testimonios tiran por tierra todo lo hasta ahora dicho sobre que los niños habían fallecido en la madrugada del 10 al 11 de diciembre tras refugiarse en un contenedor de basura”.

Las actuaciones del juez y otros testimonios

Es relevante recordar que tanto las familias de los menores como el abogado Marcos García Montes siempre han asegurado que fue un asesinato y no un accidente, algo que también sostiene Antonio Martín. La muerte de los menores se relacionó con la familia de Lucia, que no aprobaba la relación entre Fernando y la joven. 

Tras levantarse el secreto de sumario, elcierredigital.com tuvo acceso al previo estudio de actuaciones, donde se indica que la madre de Lucía llamó por teléfono a Fátima, hermana de Cristian, diciendo que el menor desaparecido estaba "en casa de su hija atado". En su declaración policial Trinidad dice no tener contacto con Fernando desde que Lucía y él terminaron la relación, aproximadamente en junio. Sin embargo, en la pericial del móvil de Fernando aparecen llamadas entre Fernando y el teléfono de Trinidad: tres llamadas en septiembre, octubre y diciembre, y otra el 10 de diciembre de 2022, día en el que desaparecieron los menores. 

Ángel, uno de los menores.

Respecto a Cristian, su hermana Vanesa entregó a la Policía un teléfono Nokia, que aseguraba que era de Fernando, y que Cristian le había dado a ella. Vanesa guardó el teléfono que Trinidad no quería que se le entregase a nadie y cuando su hermana Fátima lo vio indicó que pertenecía a Fernando, ya que recordó que era el mismo que tenía "cuando fueron en verano a comer al río ya que tenía un golpe característico". 

Tras saberlo, Vanesa le intentó devolver el teléfono a Cristian, quien le dijo que no lo quería y que lo tirara al río. Finalmente Vanesa entregó el teléfono a la Policía, quien averiguó que Trinidad, pareja de Cristian, había utilizado este terminal desde el 12 de diciembre hasta el 19 de diciembre.

A esto se le suma que una vecina de Trinidad y Cristian aseguró haber escuchado comentarios como “mete al niño más al fondo del contenedor”. La hija de esta vecina también escuchó una discusión entre Trinidad y Cristian el 14 de diciembre. En una conversación entre la vecina que escuchó los comentarios y otra persona, se dijo que “los niños fueron engañados, era todo un plan de la familia de Lucía”.

Juzgados de Toledo.

El cabo primero Antonio Martín sostiene que “nuestra tesis es que a los niños los han asesinado, pero si no se aprueban las testificales no podemos señalar a ninguna persona como presuntos autores de los hechos. Si se nos permitiese investigar ciertas cosas, posiblemente serían señaladas personas que hasta ahora no lo han sido. Posiblemente Cristian sea una víctima de la manipulación de otras personas. Sus vínculos y el entorno de Trinidad y Lucía tienen muchas probabilidades de ser colaboradores necesarios. Los familiares de las víctimas tienen mucho miedo de que les pueda pasar algo”.

En relación a las incongruencias expuestas previamente cabe citar que al juez instructor del caso el Consejo General del Poder Judicial le abrió dos expedientes. “El juez no ha cerrado el caso y las diligencias continúan, pero a pesar que se le han presentado varias propuestas de diligencias y testificales todavía no se ha pronunciado. Este juez trabaja como profesor y parece que no tiene tiempo para atender a su labor como juez. Si estuviese encima del caso muchas cosas estarían ya resueltas, no tiene sentido que no se les haya tomado declaración a los familiares de Lucía”; concluye Antonio Martín.