27 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

UN IDENTIFICADO, UN COCHE SEAT 127 COLOR BLANCO Y UN TESTIMONIO CLAVE, SON LAS NUEVAS LÍNEAS QUE NO INVESTIGÓ LA GUARDIA CIVIL EN SU DÍA

Desaparición de las niñas de Aguilar de Campoo: La investigación coge fuerza y se prorroga el secreto de sumario

Virginia y Manuela, desaparecidas en 1992.
Virginia y Manuela, desaparecidas en 1992.
El Juzgado de Instrucción número 2 de Cervera de Pisuerga (Palencia) ha prorrogado otro mes el secreto de sumario en la causa de la desaparición de las dos niñas de Aguilar de Campoo, que se ha reabierto casi tres décadas después del suceso gracias al trabajo del Despacho Criminológico y Jurídico Balfagón y Chippirrás. Un identificado, un coche 127 color blanco y un testimonio clave, son las otras vías de investigación que no siguió la Guardia Civil en su momento.

La investigación acerca de la misteriosa desaparición de Virginia y Manuela, la dos niñas de Aguilar de Campoo cuyo rastro se esfumó en abril de 1992, continuará bajo secreto de sumario. El Juzgado de Instrucción número 2 de Cervera de Pisuerga ha establecido una prórroga de un mes en esta causa que se reabrió el pasado mes de junio, casi tres décadas después del suceso.

Así lo ha anunciado el Despacho Criminológico Jurídico Balfagón & Chippirrás,  en calidad de portavoz y letrado de las familias, desde el que además agradecen "la enorme y dificultosa labor que está realizando la Policía Judicial de Guardia Civil, con esta nueva línea de investigación".

La nueva línea de investigación que ha permitido reabrir el caso surgió tras el testimonio que una espectadora del programa de televisión 'Viva la vida' prestó a la Guardia Civil tras conocer la historia de Virginia y Manuela. Un año antes de que las niñas de Aguilar desaparecieran, esta mujer y una amiga, entonces menores de edad, volvían de Reinosa haciendo autostop cuando un coche, un Seat 127 blanco, paró, recogió a ambas chicas y pegó un volantazo para tomar la dirección opuesta. La única diferencia entre estas jóvenes y Manuela y Virginia es que las primeras consiguieron escapar tras un forcejeo con el agresor que provocó que el vehículo se saliera de la carretera, momento en que aprovecharon para salir y huir.

Fuentes próximas al caso confirman a elcierredigital.com que el conductor del vehículo ha sido identificado. Se trataría de un hombre residente en un pueblo del norte de España, apenas a 30 kilómetros de Reinosa, el lugar donde Manuela y Virginia fueron vistas por última vez subiéndose a un Seat 127, con matrícula de Valladolid.  

Aunque el hombre ya ha sido identificado, por el momento no se ha producido ninguna detención, por lo que ahora corresponde a las autoridades pertinentes seguir indagando para certificar si existe relación entre el sospechoso y la desaparición de ambas jóvenes. 

La desaparición 

Virginia, de 14 años, y Manuela, de 13, dos amigas inseparables de Aguilar de Campoo, en Palencia, desaparecieron bien entrada la noche del 23 al 24 de abril, como relató elcierredigital.com.

Ambas jóvenes habían ido a divertirse a una discoteca de Reinosa, en Cantabria, a unos 30 kilómetros de Aguilar de Campoo. No se sabe cómo llegaron hasta allí, porque a sus familias les dijeron que irían a una fiesta de cumpleaños en su pueblo. Sin embargo, varios testigos las identificaron en la discoteca Cocos y en una zona de bares de la citada localidad cántabra. Sí se sabe que las dos niñas decidieron volver a sus casas haciendo autoestop, una práctica más que habitual en la época, y algunas personas aseguraron entonces que las dos chicas se subieron a un coche blanco, un Seat 127, frente a la fábrica de galletas Cuétara de Reinosa.

Las líneas de investigación 

La investigación se realizó con los rudimentarios métodos de la época. No había móviles, ni cámaras, y en las comisarías y cuarteles de toda España se repetía aquel mantra de que había que esperar 24 o 48 horas para comenzar a buscar a alguien, un protocolo que, afortunadamente, ha cambiado con el paso de los años al considerarse las primeras horas como fundamentales para la búsqueda. 

Aún así, las fotos de Virginia y Manuela empapelaron la zona y las provincias limítrofes, y el programa de televisión '¿Quién sabe dónde?', recién estrenado, dedicó muchas de sus emisiones a analizar este caso. Comenzaron a llegar las llamadas, algunas aportando pistas, otras, de auténticos desalmados, intentando burlarse de una situación desgarradora. 

Aguilar de Campoo. 

Se investigaron todos y cada uno de los posibles rastros. Clubes de alterne en las provincias de Palencia y Burgos, donde algunas personas situaban a las niñas. También fueron supuestamente avistadas en Cádiz, Madrid o Asturias. Se hicieron gestiones en Málaga, donde el padre de Manuela tenía cierto arraigo, y en Francia, donde vivía cuando desapareció su hija, pero no se encontró nada. 

Tras estallar el caso de las niñas de Alcàsser, se alejó el foco de la desaparición de las jóvenes de Aguilar de Campoo. 

Restos cadavéricos 

En octubre de 1994, unos caminantes encontraron un saco con dos cráneos y algunos huesos bajo el puente de Pontinos, en el pantano de Requejada, cerca de Aguilar de Campoo. No obstante, y aunque un periódico de la zona se atrevió a afirmar que pertenecían a Manuela y Virginia, los resultados de los análisis descartaron esta posibilidad. 

En octubre de 2017, de nuevo el hallazgo de unos restos óseos, en esta ocasión  una mandíbula en la orilla del pantano del Ebro, en la población de Yuso, traía a la actualidad el caso. Las pruebas de ADN, otra vez, fueron negativas. 

Movimientos alternativos de Madrid 

La pista más fiable surgió en marzo de 1997, cuando una joven okupa declaró que había visto a las chicas de Palencia viviendo entre los grupos alternativos de Madrid. Con estos datos se elaboraron unos retratos robots, que mostraban a Manuela con el pelo corto y un mechón azul y a Virginia con un aspecto similar a cuando desapareció. La Guardia Civil abrió entonces la operación Cupido, para intentar dar con las jóvenes. 

Un mes más tarde, una mujer declaró haber visto a las jóvenes en un autobús, que llevaban estética okupa e iban acompañadas de un joven con estética similar, lo que coincidía con la pista aportada por la otra joven. A pesar de las investigaciones, no se obtuvieron resultados.

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