Vuelve el caos a las salas de asilo de Barajas: 'Las mafias se llenan los bolsillos'

A principios de año tuvo lugar una preocupante crisis migratoria en las salas de asilo del aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas. Ahora, el problema ha vuelto al foco, en este caso relacionado con unos saharauis.

Un total de unos 50 activistas saharauis se encuentran retenidos en las salas del aeropuerto solicitando asilo. La solicitud en este caso se basa en que están huyendo de la represión de los territorios ocupados del Sáhara Occidental. 

A una decena de ellos la Oficina de Asilo y Refugio del Ministerio del Interior les ha denegado el asilo. De hecho, Interior señaló que devolverá a estos diez solicitantes. Al conocer esta noticia varios de los saharauis se declararon en huelga de hambre. 

Los saharauis que alegan ser perseguidos en Marruecos se encuentran en la sala de asilo de la T1 de Barajas. Elcierredigital.com ha contactado con fuentes policiales testigos de los hechos.

Las fuentes señalan que “hay más trasfondo político que realidad. A los saharauis los documenta Argelia. Todos o casi todos traen pasaporte marroquí y por eso se les deniega el asilo, ya que no se consideran refugiados políticos”.

“Algunos son nacidos en la capital del Sahara, pero eso no quiere decir automáticamente que sean saharauis. Sus antepasados han podido ser saharauis, pero ellos no”, añaden las fuentes. 

La huelga de hambre ha sido promovida por varias personas, que se han alzado como líderes. “Estos líderes han instigado a hacer huelga de hambre. Han tratado de forzar a los demás a seguir con la misma para así poder entrar en España”, añaden las fuentes.

A esta situación se le suma una nueva problemática. Esta es que una vez que se les deniega el asilo lo vuelven a solicitar, y así una y otra vez.

Las fuentes indican que “piden asilo, se examina la causa y como no concurren las causas de ser acreedor del derecho de protección internacional se le deniega el asilo. No obstante, ellos lo vuelven a reabrir y solicitan asilo de nuevo”.

“Como la ley de asilo no prevé un mecanismo que impida que se vuelva a reiterar la petición de asilo pueden estar así hasta el infinito. La mayoría no son saharauis, sino que se quieren hacer pasar por ellos”, añaden las fuentes. 

“Hay que ser rigurosos y eficaces”

Los ciudadanos saharauis que se encuentran en Barajas han afirmado que han estado en prisión y han sido torturados. De hecho, su abogada ha señalado “que corren peligro si vuelven a su país”.

Contra la decisión de Interior cabe recurso ante la Audiencia Nacional. En caso de ser admitido el recurso se paralizaría la deportación y se abriría una causa judicial.

Varios partidos políticos se han opuesto a la deportación de estas personas. De hecho, la decisión ha sido muy criticada por Podemos y Sumar. Posteriormente, se adhirieron ERC y EH Bildu, que han exigido la paralización inmediata. 

“Es una situación preocupante, ya que estamos viendo que cada vez más se utiliza Barajas como método de entrada. Se hace uso de cualquier artimaña para acogerse al derecho internacional y entrar en España”, señalan las fuentes. 

“El derecho internacional está para proteger casos auténticos de persecución política por razones de identidad, género y motivaciones políticas. No está para cualquier persona que quiera entrar a España sorteando las vías legales”, añaden las fuentes.

El 25 de septiembre El Diario publicó una entrevista a dos de las personas que se encuentran en las salas de asilo. En ellas señalaban que había plagas de chinches y que habían sufrido agresiones policiales.

Sin embargo, las fuentes objetan que “lo de las chinches es incierto y cuando ha habido hemos sido los primeros en denunciarlo.  Lo de las agresiones policiales no es creíble y es totalmente falso. Supongo que la motivación se debe a su intención de forzar su salida de la sala”. 

“Si esto no se trata con rigurosidad y eficacia es posible que se retome la problemática que hubo meses atrás. No podemos permitir que esto continúe reproduciendo, porque al final lo que das es un incentivo. Este incentivo genera que las mafias se llenen los bolsillos”, concluyen las fuentes policiales.