El blanqueo de Julián Muñoz: El papel de Isabel Pantoja y Maite Zaldívar
Tras su ingreso en prisión por blanqueo, el exalcalde de Marbella vuelve a los focos con su nueva docuserie.
La figura del que fue alcalde de Marbella, Julián Muñoz, vuelve a ponerse ante el foco mediático. En esta ocasión, ha sido el grupo Mediaset quien ha centrado la atención en Muñoz, que estrena su docuserie este viernes con el título 'No es la hora de la venganza, es la hora de la verdad'. En ella, se retrata a un Julián Muñoz expuesto "a corazón abierto" mientras habla sobre su vida, su relación amorosa con Isabel Pantoja y el caciquismo del que fue su jefe, Jesús Gil y Gil.
Como publicaba este jueves elcierredigital.com, en la emisión saldrán a la luz revelaciones nunca antes escuchadas sobre la familia Gil y su poder mediático, empresarial, político y social. Todos estos detalles se podrán descubrir en el segundo capítulo de la entrega.
Tal y como anticipaba el canal de televisión Telecinco, el polémico exedil marbellí sorprenderá a la audiencia con la narración de todos los detalles de su relación con la conocida tonadillera: "Estaba como si tuviera una caja metida en la cabeza y lo único que yo veía era Pantoja, Pantoja, Pantoja". Y ha añadido, entre otras cosas aún por desvelar, que "Más que una obsesión era una adicción. Y esa adicción acabó destruyéndome".
Por otro lado, Julián Muñoz también hablará de su vida como político y de los delitos que le llevaron a entrar en prisión. Muñoz entró en el Ayuntamiento de Marbella en 1991 de la mano del entonces todopoderoso Jesús Gil y Gil, desde esa fecha fue concejal de Fiestas, primer teniente de alcalde y finalmente, alcalde (desde abril de 2002 hasta agosto de 2003). En ese periodo, la Justicia investigó cohechos y sobornos recibidos. Propiedades y dinero, que fueron blanqueando para hacerse con un importante patrimonio.
Parte de ese patrimonio fue el resultado de las gestiones y negocios que Julián Muñoz hizo desde su puesto de mando con ciertos empresarios y promotores de la Costa del Sol a quienes, desde su prevalente posición en el Ayuntamiento de Marbella, podía beneficiar económicamente.
3,5 millones de euros ilícitos
La Justicia estimó que al menos 3,5 millones de euros los consiguió de manera ilícita, ocultando gran parte de ese dinero aparentemente en el extranjero. Y a pesar de todo este enriquecimiento, su declaración de la renta le salía negativa, obteniendo devoluciones por el IRPF en los años 2000, 2001 y 2002 por valor, respectivamente, de 1.966 euros, 1.963 euros y de 2.099 euros.
Fue a partir de finales del año 2002 y principios del 2003 cuando Julián Muñoz comenzó a desprenderse de los fondos que mantenía ocultos hasta entonces en el extranjero, preferentemente en Suiza, haciéndoselos llegar tanto a su todavía mujer y familia como a su por entonces compañera sentimental, la tonadillera Isabel Pantoja.
El blanqueo de Julián Muñoz
En un primer momento, se valió para dar salida a los fondos generados, y de procedencia presuntamente delictiva, de su entonces mujer Maite Zaldívar, de sus hijas y de su cuñado Jesús Zaldívar, que se convirtió en su presunto testaferro. Posteriormente, ya a partir de 2003, lo hizo también con Isabel Pantoja.
Muñoz tenía dos maneras de guardar su dinero más oscuro:
1) En su casa, en las famosas bolsas de basura que llegaban a su domicilio. Este era un dinero que, según testimonio de Maite Zaldívar, procedía de las comisiones que había cobrado su entonces marido. Cuando abandonó el hogar se llevó este dinero que sumaba cerca de 300.000 euros, según declaró Maite Zaldivar a la policía.
2) La otra inyección económica, que también recibió Maite Zaldívar, procedía de las cuentas abiertas por Muñoz en Suiza, contando con la colaboración de un banco privado, la entidad Ferrier Lullin&Cie SA, posteriormente absorbida por el banco Julius Baer.
Para tal fin, Julián Muñoz se sirvió de su excuñado, Jesús Zaldívar, que se convirtió en su presunto testaferro. Así se abrieron varias cuentas secretas en la entidad Ferrier Lullin, con nombres rocambolescos. Entre ellas, la cuenta DAMADENOCHE. A esta cuenta Damadenoche se hicieron varios ingresos. La Justicia española determinó que, al menos, se realizaron dos por un valor conjunto de 891.000 euros.
El primero de ellos, el 4 de junio de 2003, por un valor de 601.198,08 euros, procedentes de otra cuenta bancaria denominada “Luna llena”, abierta también en la misma sucursal bancaria Julius Baer. El otro, el 30 de julio de 2003, por valor de 290.000 euros, procedentes de otra cuenta bancaria denominada “El Batán”, abierta en la sociedad suiza Banque Vontobel Geneve S.A.
Sociedades interpuestas
Para hacer llegar este dinero a Maite Zaldívar se valía de una sociedad interpuesta denominada “Meja INC”, inscrita en el estado norteamericano de Delaware. Una vez constituida la sociedad Meja INC, Maite Zaldívar y su hermano Jesús abrieron otras dos cuentas bancarias más: una, en Gibraltar, en la entidad Credit Suisse; y, la otra, en Marbella, en la entidad Cajamar.
El dinero, una vez en la cuenta de Cajamar en Marbella, era sacado a través de reintegros en efectivo para, acto seguido, efectuar otra imposición simultánea en otras cuentas controladas por los hermanos Zaldívar, abiertas también en la misma sucursal bancaria de Cajamar.
Así se realizaron 112 apuntes, de octubre de 2003 a mayo de 2006, de retirada de las cuentas de Meja INC por valor de 601.016,79 euros y un valor de abono en las otras cuentas de los Zaldívar por 601.100,90 euros. Es decir, todo cuadra.
Entre las sociedades utilizadas por Maite Zaldívar para incrementar su patrimonio se usaron Outdoor Aventure SL, Alabama Consulting SL, Batua SA y Senior Servicios Generales Madrid SL. Esta última sociedad era propiedad del conocido constructor José Miguel Villarroya. Sin embargo, tan sólo tres meses después de su constitución, en marzo de 2000, se vendió a Maite Zaldívar por tan sólo 3.500 euros (100 participaciones a 35 euros cada una), que pagó con un dinero que le dio su exmarido Julián Muñoz.
La compra de las participaciones sociales de Senior Servicios Generales llevó consigo la adquisición de las propiedades que pertenecían a esta sociedad, entre ellas una vivienda de 113 metros cuadrados, con dos garajes y trastero, situada en la Avenida Ricardo Soriano, número 12, de Marbella. De este modo, se hicieron, a precio de ganga (3.500 euros), con dichos inmuebles.
Según la Fiscalía, se trataba de una contraprestación económica que le hizo el empresario Villarroya a Muñoz en pago de los favores recibidos por éste en sus actuaciones como alcalde y como regidor de algunas empresas municipales sobre las que había facturado ingentes cantidades el constructor.
El patrimonio inmobiliario de Julián Muñoz y Maite Zaldívar, adquirido gracias a los fondos ilícitos, se completó con un chalé en la urbanización “Las Petunias”, inscrito a nombre de sus hijas, Eloísa Muñoz Zaldívar y Elia Muñoz Zaldívar, ambas sin ingresos conocidos. El chalé se ubicaba en la urbanización “La Pepina”, de Marbella, luego vendido y que fue adquirido a la empresa Azalea Beach, del constructor Villarroya. La adquisición de esta vivienda fue muy rentable para Muñoz y su esposa ya que no pagaron por ella ninguna cantidad, ya que todo el precio de la misma se pagó mediante subrogación del préstamo hipotecario. Además Azalea Beach pagó el IVA correspondiente a la transmisión operada.
Isabel Pantoja usó tres formas
En el caso de la tonadillera el presunto blanqueo de capitales se hizo de tres formas diferentes. La primera fue mediante la compra del apartamento número 105 del Hotel Guadalpín, de Marbella. Se compró el día 24 de febrero de 2003 por parte de la entidad Franbel Artis SL (propiedad de Isabel Pantoja) a AIFOS Arquitectura y Promociones Inmobiliarias, por valor de 353.695 euros. La finca estaba libre de cargas y de toda situación arrendaticia. El apartamento se pagó en metálico y tuvo una reducción en su precio muy importante, en torno a un 33,75 por ciento respecto al precio de venta de otros inmuebles. El apartamento luego fue vendido en 2007 por Isabel Pantoja para con ese dinero pagar la hipoteca del chalé de "La Pera".
Cuando Franbel Artis compró en metálico el apartamento de Guadalpín por 353.00 euros, solamente en su caja contable había un saldo positivo de 14,98 euros. Además, hasta el año 2005 no se contabilizó dicha adquisición en el balance de Franbel Artis. A la vista de estos saldos bancarios, la Justicia dictaminó que “es evidente que Franbel Artias no tenía capacidad financiera alguna para poder afrontar el pago del apartamento”.
Pero además, los saldos bancarios de Isabel Pantoja y de todas sus sociedades (Pantomar, Panriver, Agosbril, Franbel Artis, Belfran Artis) sólo arrojaban un total de 490.326 euros a 31 de diciembre de 2002, por lo cual era muy difícil que sede gastaran ese dinero en pagar en metálico el apartamento en cuestión. Además, como contraprestación al comprar este apartamento, Julián Muñoz, solo dos días después de la citada compra, concedió la licencia de primera ocupación a la entidad AIFOS y también acordó el levantamiento de la paralización de las obras.
La segunda operación fue la compra del chalé “Mi Gitana”, en la urbanización “La Pera”. Un chalé de 650 metros cuadrados construido sobre dos parcelas de 3.169 y 328 metros cuadrados, respectivamente. El chalé fue adquirido por la sociedad de Isabel Pantoja, Panriver, por 3.365.667 euros el día 20 de abril de 2004. Se le compró a la sociedad Huracán del Oeste Inversiones, participada a su vez por una sociedad gibraltareña, Stonesseed Holdinsg Limited.
El pago del precio de la venta se produjo mediante la formalización de un préstamo con la entidad Banif. Esta fórmula fue ideada por Julian Muñoz e Isabel Pantoja para blanquear presuntamente el dinero a partir del pago de las cuotas del préstamo hipotecario y, por tanto, del precio de la casa.
Una vez con el préstamo de Banif en la mano sólo se le pagó al vendedor la cuantía de 2.644.453 euros y con el dinero restante -721.214 euros- se constituyó un fondo de inversión. No hay que olvidar que en ese periodo Julián Muñoz también invirtió 62.100 euros en Forum Filatélico.
Pago del IVA no abonado
El pago del IVA de la compra del chalé (235.596 euros) no fue abonado ni por Muñoz ni por Isabel Pantoja sino por otra sociedad llamada Hamurabi SL. Una vez detenido Julián Muñoz e ingresado en prisión fue cuando se produjeron impagos del préstamo hipotecario, que tenia cuotas en torno a 59.000 euros.
Así, el efectivo ingresado en el año 2002 ascendió únicamente a 4.816 euros. Por el contrario, a partir de 2003, cuando ya inició su relación formal con Muñoz, sus cuentas van ya recibiendo abonos de efectivo en metálico muy significativos, tanto en número como en cantidad, lo que supone un cambio radical en su perfil financiero en cuanto a la tenencia de dinero en efectivo.
Se producen operaciones llamadas en el argot financiero de fraccionamiento- técnica del Structuring o de pitufar-, es decir, ingresos inferiores a los 3.003 euros por entonces permitidos sin saltar las alarmas del Banco de España. Se efectuaron así diez ingresos en dos semanas, de los cuales ocho son consecutivos y diarios.
Estos ingresos en efectivo en sus cuentas personales y de sus sociedades se contradecían con todas sus declaraciones en las que afirmaba cobrar siempre las galas mediante un talón bancario conformado, por lo que nadie dudaba que se trataba de un dinero que se correspondía con los fondos ilícitos que le enviaba su amor, Julián Muñoz. Hoy despechado.
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