Suthida está en España: La reina en la sombra de Tailandia que puede perdonar al chef
La cuarta mujer del Rey Rama X se halla en Mallorca para ver regatas y 'relajarse' en pleno proceso judicial de Sancho
En medio de la expectación generada por el caso Daniel Sancho y su condena a cadena perpetua, la visita estos días de la Reina Suthida de Tailandia a Mallorca ha despertado un interés significativo. No solo por la presencia de la realeza en la isla, sino también por las sombras que rodean a la monarca asiática.
Mientras la prensa tradicional tiende a centrarse en la figura pública y protocolaria de la reina, detrás de su imagen se ocultan episodios de sufrimiento y controversias. Algunas de ellas han dejado huella en su vida desde que ingresó en la monarquía tailandesa.
La llegada de la Reina Suthida a Mallorca no es solo una visita de placer. La monarca ha viajado a la isla para apoyar al equipo tailandés que participa en la 52 Super Series, un prestigioso evento de regatas considerado el “Fórmula 1 del mar”.
Además de su asistencia a los eventos deportivos, se espera que la Reina Suthida aproveche la oportunidad para explorar Mallorca. Esta es su primera visita a la isla. La llegada de la monarca, acompañada de un impresionante séquito de seguridad y asistentes, ha generado expectación entre los residentes y turistas.
Suthida Bajrasudhabimalalakshana, nacida como Suthida Tidjai, es una figura que simboliza tanto el glamour como las dificultades de una monarquía envuelta en problemas.
Nacida el 3 de junio de 1978, Suthida comenzó su carrera como azafata en Thai Airways. Fue durante este período cuando conoció al príncipe Maha Vajiralongkorn, quien más tarde se convertiría en el rey de Tailandia.
Aunque su relación comenzó de manera privada, pronto se hizo pública cuando Suthida se unió a la Guardia Real. Desde entonces fue ascendiendo rápidamente en las filas militares hasta convertirse en comandante adjunta de la unidad de guardaespaldas del príncipe.
Su matrimonio en 2019 con el rey, apenas tres días antes de su coronación, sorprendió a muchos. Sin embargo, este evento marcó el inicio de una vida pública llena de desafíos y un papel complicado dentro de una de las monarquías más poderosas y controvertidas del mundo.
Detrás de las puertas doradas de los palacios tailandeses, la vida de Suthida parece ser mucho menos idílica de lo que las imágenes oficiales sugieren. Reportes y fuentes cercanas a la realeza han descrito su vida como un verdadero “infierno”.
Desde el principio, Suthida ha tenido que lidiar con un rey cuyo comportamiento errático y demandas excesivas la han sometido a una constante presión. El mismo rey que podría perdonar la condena a Daniel Sancho en Tailandia.
El rey Maha Vajiralongkorn (Rama X) conocido por su estilo de vida lujoso y controvertido, ha estado en el centro de numerosos escándalos. Algunos ya los repasamos en elcierredigital.com. Como su decisión de pasar gran parte de la pandemia de COVID-19 en Alemania acompañado de un séquito selecto y un “harem” personal.
Cada vez son más las voces que apuntan que las excentricidades del rey han tenido un impacto directo en la vida de la reina.
Numerosos medios internacionales apuntan que la reina ha sido forzada a vivir bajo estrictas restricciones. Con muy poco contacto con el mundo exterior y constantemente bajo la vigilancia de las autoridades reales.
Según reportes, el rey la habría enviado a vivir en Suiza durante la pandemia, lejos de él y de la vida pública. Mientras él se encontraba en Alemania con su corte personal. Estas informaciones sugieren que Suthida podría haber sido sometida a un régimen de aislamiento emocional. Una táctica para mantener su control y lealtad dentro del matrimonio, apuntan algunos expertos.
Un reinado señalado por controversias y represión
La monarquía tailandesa, bajo el liderazgo de Vajiralongkorn, ha sido criticada por su autoritarismo y por las severas medidas adoptadas contra cualquier tipo de disidencia.
La ley de lesa majestad en Tailandia, una de las más estrictas del mundo, castiga duramente cualquier crítica hacia la monarquía. Esto ha generado un ambiente de represión donde la figura de la reina, aunque pública, está protegida por un muro de secretismo y miedo.
Suthida, aunque vista públicamente como una figura de apoyo a su esposo, podría estar experimentando una realidad muy diferente. La situación política en Tailandia, caracterizada por protestas pro-democráticas que han exigido reformas a la monarquía, también añade presión sobre su rol como reina consorte.
El descontento popular y las demandas de mayor transparencia y rendición de cuentas han puesto a la monarquía en una posición defensiva. Suthida, como símbolo de esta institución, no ha escapado a las críticas.
La visita a Mallorca: ¿Un respiro temporal?
La presencia de la Reina Suthida en Mallorca, en el marco de la 52 Super Series de regatas, ha sido vista por algunos como una oportunidad para la monarca de escapar momentáneamente de las tensiones en Tailandia. Sin embargo, esta visita también destaca el contraste entre su vida pública y su aparente vida privada llena de dificultades.
Acompañada de un extenso séquito de seguridad, la reina ha mantenido un perfil bajo durante su estancia en la isla.
Sin embargo, es difícil no considerar que, detrás de esta visita oficial, Suthida podría estar buscando un respiro de su complicada vida en la corte tailandesa.
Numerosos expertos internacionales han descrito a la Reina Suthida como una figura atrapada entre dos mundos. Por un lado, el glamour y el poder de la realeza. Por otro lado, las sombras de una vida llena de control y aislamiento.
Su visita a Mallorca, que coincide con el desenlace del caso Daniel Sancho, pone de relieve las tensiones que existen dentro de su vida personal.
Mientras los desafíos para la monarquía tailandesa continúan creciendo, el futuro de Suthida como reina consorte es incierto. Aunque su vida está envuelta en secretismo, las pocas revelaciones que han surgido pintan un cuadro de sufrimiento y represión. Esto contrasta fuertemente con la imagen pública cuidadosamente cultivada.
Mallorca, aunque solo sea por unos días, podría haber sido un breve refugio de su realidad, pero las tensiones y las dificultades que enfrenta están lejos de resolverse.
Suthida sigue siendo una figura clave en el drama de la monarquía tailandesa. Pero su historia también es un recordatorio de los sacrificios personales que a menudo conlleva estar en el centro del poder.
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