
Qué es de Marimar Díaz, la última novia de Miguel Ángel Blanco: Su vida hoy tras ETA
La que fue pareja del edil del PP asesinado en Ermua vive en un pueblo catalán, está casada y tiene una hija de 16 años
Han pasado más de dos décadas desde que España se plantara frente al horror terrorista. El 10 de julio de 1997, la banda ETA secuestró al concejal del PP Miguel Ángel Blanco Garrido (Ermua, 1968). Tras 'cien horas de angustia', la organización criminal acabó asesinando al joven político con tan solo 29 años.
Su asesinato desató una ola de indignación en la sociedad española y dio pie al conocido como 'espíritu de Ermua'. También marcó para siempre a una familia de esta localidad vizcaína y a una joven desconocida para la opinión pública. Hablamos de Marimar Díaz González (Ermua,1973), la última pareja sentimental de Miguel Ángel Blanco.
Pero, ¿qué ha sido de ella?
La vida actual de Marimar Díaz, la última novia de Miguel Ángel Blanco
Agosto de 1997. Había pasado un mes desde que la banda terrorista ETA acabara con la vida del concejal Miguel Blanco. Por aquel entonces, la familia del político intentaba recomponerse tras el terrible asesinato del joven político, al igual que Marimar Díaz, su última pareja sentimental.

La joven intentó mantener un perfil bajo frente a la prensa. Sin embargo, todo el mundo quería saber cómo se encontraba la última novia del concejal del Partido Popular.
A partir de aquel momento, la vida en Ermua se hizo insoportable para Marimar Díaz. La joven fue víctima de habladurías sobre su persona. Era señalada y muy criticada, según confirman fuentes cercanas al municipio vizcaíno.
También la acusaron de mantener una relación amorosa con el entonces presidente del PP vasco, Carlos Iturgaiz. Estos rumores se originaron a causa de que, en aquella época, Marimar le trasladó el deseo de que quería marcharse de Ermua.
Ante este escenario, Marimar Díaz decidió romper con la localidad vizcaína y se refugió en un pueblo barcelonés.
Sin embargo, se desconoce cuál es la ubicación exacta de este municipio. En esta localidad, Marimar reside en un piso localizado en una urbanización de una zona residencial a las afueras del citado municipio.
Allí, Marimar disfruta de una vida tranquila junto a su familia. En 2007, contrajo matrimonio con un hombre llamado Jaume, quien trabaja como representante comercial de una empresa catalana. El matrimonio tuvo una hija que cuenta con 16 años de edad.
Desde que abandonara la localidad de Ermua, Marimar ha blindado su vida personal. No ha ofrecido declaraciones. Tan solo participó en el homenaje que recibió Miguel Ángel Blanco diez años después de su muerte en Ermua.
En cuanto a su situación laboral se sabe que, cuando llegó a Barcelona, Marimar comenzó a trabajar en la empresa de construcción Fomento de Construcciones y Contratas (FCC). Sin embargo, se desconoce si, actualmente, mantiene su puesto en este grupo empresarial.

Tal y como ha podido constatar Elcierredigital.com, no cuenta con perfiles públicos en las redes sociales.
En 2016 Marimar recibió otro de los golpes más duros de su vida. Su madre, Carmen González, falleció a los 74 años de edad.
La madre de Marimar se encontraba de viaje en Segovia junto a un grupo de excursionistas. Había dejado Ermua y se había instalado en Reina (Badajoz). Allí era conocida por los vecinos como 'Carmen, la de Ermua'.
Al igual que su madre, Marimar dejó de ir habitualmente a esta localidad vizcaína después de la muerte de Miguel Ángel Blanco. Un asesinato que truncó su vida.
Un secuestro que 'paralizó la vida de Marimar Díaz
Nadie puede olvidar la imagen de la joven Marimar Díaz abrazada a su cuñada Marimar Blanco en uno de los balcones del ayuntamiento de Ermua. Su rostro estaba desencajado, pues, como toda España, tenía esperanzas de que la banda terrorista ETA no cumpliera con su objetivo y liberara con vida a su novio, Miguel Ángel Blanco.

Durante los tres días de cautiverio del concejal, la joven, que contaba con 24 años, fue un apoyo fundamental para los Blanco Garrido.
Participó en las movilizaciones. También en las vigilias que se organizaban para exigir la liberación de Miguel Ángel. Ambos habían crecido en Ermua y siendo unos chiquillos comenzaron su relación sentimental.
Tenían planeado comprarse una casa y un coche. De igual manera, tenían previsto celebrar su boda en diciembre de 1997.
Pero un secuestro truncó los planes de la joven pareja. El 13 de julio la vida se paralizó para Marimar Díaz. Aquel día se confirmó la noticia del asesinato de Miguel Ángel Blanco, el amor de su vida.
El 14 de julio de 1997, Marimar asistió al funeral. Llevaba consigo las baquetas que Miguel Ángel Blanco utilizaba para tocar la batería con Póker, su grupo musical. En este acto, los medios captaron cómo el entonces príncipe Felipe de Borbón le daba el pésame a la vizcaína.
Una 'víctima silenciada'
Tras la muerte de Miguel Ángel, Marimar se fue alejando del foco.
Tan solo ofreció dos entrevistas para las revistas ¡Hola! e Interviú. Se le acusó de haber recibido compensación económica por ambas intervenciones. Una circunstancia que desmintieron 'voces' de su entorno que afirmaron que "Marimar lo llegó a pasar muy mal".

Dicen que los Blanco Garrido no habrían estado conformes con los reportajes que concedió Marimar. Cuentan que su relación se agrietó y, finalmente, perdieron el contacto.
Harta de las habladurías y los comentarios hirientes sobre su persona, Marimar decidió 'romper' con su vida en Ermua. Casi tres décadas después del asesinato de Miguel Ángel Blanco, la vizcaína no quiere recordar aquel episodio que desató la indignación de todo un país. Aunque, para muchos, Marimar Díaz siempre será la 'víctima silenciada' del asesinato del que nacieron las manos blancas contra ETA.
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