
Problemas en Celsa: Su plan de salvación tras el enfrentamiento entre Fainé y Moncloa
El presidente de Criteria Caixa Fainé se negó a rescatar a la siderúrgica catalana Celsa como se quería desde La Moncloa
La siderúrgica catalana Celsa ultima una emisión de bonos de entre 1.000 y 1.400 millones de euros para refinanciar la mayor parte de su deuda. Así lo adelanta Expansión y lo ha podido confirmar Elcierredigital.com.
Su pasivo actualmente supera los 1.400 millones. La iniciativa busca adaptar la estructura de su capital a una nueva realidad corporativa. La compañía siderúrgica pretende dejar atrás años de crisis y volver a beneficios gracias a un profundo proceso de transformación accionarial.
Desde finales de 2023 Celsa es propiedad de un consorcio de fondos internacionales compuesto por SVP, Attestor, Deutsche Bank, Golden Tree y Cross Ocean. Asumieron el control tras capitalizar deuda por valor de 1.352 millones de euros. Con esta operación, el grupo logró reducir de forma drástica su deuda total, que llegó a superar los 4.000 millones. Pero los costes financieros siguen siendo elevados dada su reciente trayectoria de dificultades.

Cabe recordar que Isidre Fainé se negó a que Criteria Caixa rescatase Celsa, tal y como se deseaba desde La Moncloa. Esta operación fallida le costó el puesto a Ángel Simón, que era el CEO de este gran vehículo de inversión nacional.
Objetivo: rebajar el coste del endeudamiento
Celsa trabaja desde hace meses con el banco de inversión Houlihan Lokey en el diseño de esta refinanciación. El propósito es claro: disminuir el alto coste actual de la deuda y mejorar las condiciones de financiación del grupo. Para llevar la operación a los mercados, la empresa prevé contar con Goldman Sachs y JPMorgan como coordinadores globales. Sin embargo, no se descarta la participación de más entidades financieras según fuentes conocedoras consultadas por Expansión.
Para que la colocación de los bonos sea viable en los mercados internacionales, Celsa deberá obtener una calificación crediticia de agencias como Moody’s, S&P o Fitch. El importe exacto de la emisión se ajustará cuando se decida lanzar formalmente la operación, aunque la horquilla prevista se sitúa entre los 1.000 y los 1.400 millones de euros.
Reducción de costes financieros
El contexto actual en los mercados de renta fija resulta favorable para Celsa. La empresa espera aprovechar esta coyuntura para reducir sustancialmente los intereses que paga por su deuda. Hoy por hoy, el coste medio de su financiación supera con creces el 10%, un nivel habitual en empresas que han atravesado procesos de reestructuración. La intención es que, tras esta emisión, ese porcentaje se reduzca hasta situarse en un rango más manejable, entre el 6% y el 8%. De conseguirlo, el ahorro anual en costes financieros sería considerable.

Desde que se cerró el cambio de propiedad en otoño del año pasado, Celsa ha dado muestras claras de recuperación. Según indican fuentes cercanas, el grupo podría volver a los beneficios. Esta sería una señal del impacto positivo que han tenido los ajustes operativos y la nueva estrategia financiera.
Además, la compañía ha logrado esquivar impactos negativos derivados de factores externos. Algunos de ellos son las tensiones comerciales provocadas por los aranceles impuestos por la administración de Donald Trump a las importaciones de acero. Pese a las incertidumbres globales, el negocio de Celsa ha mantenido una evolución positiva en los últimos meses.
Criteria Caixa sigue en el radar
En paralelo al proceso de refinanciación, Celsa ha mantenido conversaciones con Criteria Caixa para una posible entrada del holding inversor en su capital. La operación, que iba a suponer la adquisición de un 20% del accionariado por parte de Criteria, se ha enfriado.

Aunque el interés de Criteria sigue vivo, el grupo emitió un comunicado en abril en el que dejaba claro que aún no se ha tomado una decisión definitiva. En aquella ocasión, la entidad presidida por Isidro Fainé aclaró que su eventual participación en Celsa "se encuentra en fase de análisis por parte del equipo directivo y de gestión, sin que se haya concretado nada al respecto". La declaración respondía a informaciones que apuntaban a un acuerdo inminente, que finalmente no se materializó.
Reconstruyendo tras la tormenta
La historia reciente de Celsa es la de una compañía que ha logrado evitar el colapso tras años de asfixia financiera. Lo ha hecho gracias a una compleja operación de reestructuración que supuso la pérdida del control familiar de los Rubiralta. Hoy, el grupo aspira a consolidar su recuperación mediante una estructura financiera más sostenible. Y unos niveles de deuda asumibles que le permitan competir en igualdad de condiciones con otros gigantes del sector.
La emisión de bonos será una prueba de fuego para medir la confianza del mercado en esta nueva etapa. Si logra atraer inversores en buenas condiciones, Celsa podrá cerrar definitivamente una larga etapa de crisis y mirar al futuro con más certezas.
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