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Hombre de traje tocando una campana dorada y haciendo señal de aprobación con el pulgar frente a un fondo con el logo de COX
INVESTIGACIÓN

Riquelme se hunde con Cox pese a sus beneficios: Qué esconde su debut en Bolsa

La energética que lidera el alicantino, sucesora de Abengoa, no se une al subidón del Ibex35 y pierde un 15% de su valor

Desde su estreno en el parqué español en noviembre de 2024, el recorrido bursátil de Cox  no ha seguido el rumbo esperado. La compañía, fundada y presidida por Enrique Riquelme, ha visto cómo sus acciones pierden un 15% de su valor en lo que llevamos de año.

Esta evolución contrasta con el excelente comportamiento del Ibex 35 en el mismo periodo, que se ha convertido uno de los índices europeos con mejor desempeño este año. Lo ha logrado con una revaloración superior al 20%. 

La pasada semana marcó un nuevo hito negativo para Cox. Sus títulos tocaron fondo, al situarse en 8,04 euros, su mínimo histórico desde el debut bursátil. Ese valor queda muy por debajo de los 10,23 euros con los que arrancaron su cotización. Al menos, este lunes experimentaron una leve subida hasta los 8,20 euros. Pero aun así la compañía sigue sin recuperar el terreno perdido ni lograr la estabilidad esperada por los inversores.

Expectativas truncadas desde la OPI

La salida a Bolsa de Cox estuvo rodeada de ambición y altas previsiones. El plan inicial contemplaba una captación de hasta 300 millones de euros a través de una oferta pública de acciones (OPI). Sin embargo, la falta de apetito inversor obligó a reducir esa meta a 230 millones. Finalmente, la operación cerró con una recaudación de solo 175 millones de euros. Es decir, un 42% menos de lo proyectado. Fue un revés importante para una empresa que aspiraba a consolidarse como uno de los grandes actores del sector energético y del tratamiento de aguas.

Mural en una sala de juntas con el logotipo de COX y el texto The power of imposible junto a un diseño azul con ondas de agua
Cox. | EP

A pesar del tibio respaldo recibido por parte del mercado, Cox ha continuado adelante con su hoja de ruta.  La compañía ha fijado como objetivo para 2025 una inversión de 600 millones de euros en las áreas de agua y energía. El propósito es alcanzar un beneficio neto de 80 millones y un EBITDA de 230 millones.

Esa apuesta por crecer no ha estado exenta de dificultades. La integración de los activos adquiridos ha supuesto un esfuerzo significativo en términos operativos y financieros. A cierre de 2024, la deuda financiera neta de la compañía ascendía a 62 millones de euros. Sin embargo, la liquidez disponible a corto plazo superaba los 268 millones, lo que permite mantener una posición financiera razonablemente sólida. No obstante, la inestabilidad bursátil y las dudas del mercado han dificultado que Cox atraiga nuevos inversores institucionales.

Resultados que sorprenden, pero no convencen

En términos estrictamente financieros, el ejercicio 2024 fue positivo para Cox. Según datos ofrecidos por la empresa, el grupo logró cerrar el año con un beneficio neto de 59 millones de euros. Esto representa un incremento del 62% respecto a los 36 millones registrados en 2023. Este notable crecimiento se atribuye a una mejor eficiencia operativa y a la optimización del negocio tras una serie de ajustes estratégicos realizados en los últimos doce meses. Aun así, esta mejora no ha sido suficiente para trasladar confianza al mercado, que continúa castigando la cotización de la compañía.

Ante este escenario, Enrique Riquelme ha insistido en su confianza en el modelo de negocio de Cox. El empresario alicantino ha destacado el potencial que representa la combinación de energía renovable y tratamiento de aguas como sectores estratégicos con alto margen de crecimiento a medio y largo plazo. 

Hombre con barba y cabello oscuro vestido con traje azul marino y camisa blanca sentado en un escenario con fondo azul y micrófono en la mejilla
Enrique Riquelme. | EP

Paralelamente, Cox también evalúa opciones para simplificar su estructura societaria. Una de las posibilidades que se baraja, según El Economista, es la exclusión de cotización de su filial Cox Energy América, actualmente listada en el mercado mexicano. 

Una apuesta de alto riesgo

La trayectoria de Cox desde su entrada en Bolsa ilustra los riesgos que entraña salir al mercado con una estrategia agresiva. Y también con grandes expectativas sin haber consolidado previamente una base de apoyo inversor sólida. Aunque la compañía muestra indicadores financieros positivos, los mercados han respondido con escepticismo.

El caso de Cox plantea una paradoja empresarial: por un lado, una compañía que crece en ingresos y beneficios. Por otro, un valor bursátil que no deja de caer. El contraste entre su desempeño operativo y su evolución en bolsa expone las tensiones entre la ambición corporativa y la percepción del mercado. 

Enrique Riquelme y su equipo tendrán que redoblar esfuerzos para convencer a los inversores de que su apuesta estratégica es sólida. Solo entonces podrá la cotización acompasar al discurso optimista de sus responsables.

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