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Una ceremonia religiosa en un lugar con un suelo decorado, donde se observa a un líder religioso y a una mujer en primer plano.
INVESTIGACIÓN

Los 'privilegios' del funeral del Papa: Cómo va a vestir Letizia Ortiz y otras 'bulas'

La reina Letizia romperá con la tradición de su suegra doña Sofía y despedirá a Francisco con mantilla, pero sin peineta

La mirada de todo el mundo sigue centrada en el Vaticano, donde este sábado se celebrará las exequias del Papa Francisco. Las Casas Reales y dignatarios de más de ciento setenta países se encuentran ya en la capital italiana. Todos están preparados para vivir uno de los eventos más importantes de los últimos años.

La delegación española, encabezada por los Reyes Felipe VI y Letizia se aloja, como es habitual, en la embajada española. Allí estarán rodeados por fuertes medidas de seguridad. La incógnita ahora es saber la vestimenta elegida por doña Letizia para el sepelio, aunque tal y como dictan las normas vaticanas, vestirá de luto riguroso.

Dentro de la Casa Real española, la imagen pública de la familia monárquica tiene una importancia crucial. Los gestos, las apariciones y las elecciones de vestuario, como el uso de la mantilla, son cuidadosamente calculados. Todo para transmitir una sensación de continuidad, estabilidad y respeto por la historia y los valores nacionales.

Tres personas posan juntas en una sala decorada con un cuadro grande en la pared.
Felipe VI y Letizia Ortiz, de blanco, con el Papa Francisco. | Europa Press

Mucho se ha hablado estos días del “privilegio del blanco”, por el cual las reinas católicas y las consortes de los monarcas católicos pueden vestirse de blanco en presencia del santo padre. 

Son seis las mujeres que han podido hacer uso de este 'privilegio', y entre ellas están doña Sofía de Grecia y Letizia Ortiz. Las cuatro mujeres restantes son las reinas de Luxemburgo, Mónaco y las dos monarcas de Bélgica. Sin embargo, este privilegio se reserva para las audiencias papales, no para los funerales.

Cuatro personas sentadas en una ceremonia formal, dos hombres en traje oscuro y dos mujeres con mantillas blancas, conversando entre sí.
Los reyes Eméritos en la canonización del Papa Francisco. | Europa Press

El protocolo vaticano dicta vestidos negros mates sin brillos, sin minifaldas, escotes ni brazos descubiertos, calzado negro cerrado y cabeza cubierta en señal de respeto. El maquillaje deberá ser discreto al igual que las joyas. Seguramente, en el funeral del papa veamos muchas perlas en orejas, cuello y algún broche discreto, ya que es la piedra que más se asocia con el luto.

Aún con este 'privilegio', tenemos el antecedente de la reina emérita. Doña Sofía lució un negro riguroso en 2005 cuando acudió al funeral del papa Juan Pablo II. Lo que seguramente marcará la distancia entre las dos monarcas es que, mientras doña Sofía vistió mantilla y peineta, doña Letizia prescindirá de estos complementos aunque sí acuda con la cabeza cubierta.

Sin ir más lejos, en el funeral de Juan Pablo II, la reina Margarita de Dinamarca optó por un sombrero para cubrirse la cabeza y mostrar respeto por el fallecido.

Sí hemos podido ver a la actual soberana española con mantilla y peineta en el año 2004, cuando era Princesa de Asturias. Pero desde que fue proclamada Reina, doña Letizia dejó claro que su camino era independiente del de su suegra.

La mantilla y la peineta de doña Sofía

La elección de la reina emérita de usar la peineta y la mantilla en diversos actos oficiales refleja su profundo respeto por la cultura española. Además, tiene un simbolismo más amplio relacionado con su papel como consorte real.

Una mujer vestida de negro camina frente a una banda militar con uniformes blancos y sombreros con visera.
Doña Sofía de luto con peineta y mantilla. | Europa Press

Doña Sofía, al ser una reina que vino de fuera, específicamente de Grecia, entendió la importancia de integrarse a la cultura española.También de conectar con su pueblo a través de gestos visibles de respeto a sus tradiciones. Desde su llegada a España, la reina emérita adoptó de forma decidida la mantilla y la peineta como parte de su vestuario. Sobre todo en los actos más ceremoniales, como las apariciones en la Semana Santa. En ellas es habitual ver a las mujeres de la aristocracia española portar estos elementos.

El uso de la mantilla por parte de doña Sofía también está estrechamente relacionado con su respeto hacia la Iglesia Católica, que ha tenido una influencia fundamental en la monarquía española. Durante muchos siglos, la mantilla fue un signo de pudor y devoción religiosa. Especialmente en la práctica de asistir a la misa o en las ceremonias de la Semana Santa, momentos en los que las mujeres solían cubrirse la cabeza como muestra  de respeto.

Doña Letizia, una monarca del siglo XXI

La monarquía española, bajo la figura de la reina Letizia, ha pasado por un proceso de modernización y adaptación al siglo XXI. Desde su llegada al trono, la reina Letizia ha intentado consolidar una imagen de sobriedad, accesibilidad y cercanía. Esto incluye su enfoque en la moda y los símbolos tradicionales.

Doña Letizia es conocida por su enfoque minimalista y elegante cuando se trata de moda. Y esta filosofía se extiende también a su elección de vestuario en eventos formales.

Una mujer elegante con un vestido negro y un abrigo rojo posa en una lujosa habitación decorada con intrincados detalles artísticos en las paredes y el techo.
La Reina Letizia Ortiz. | Europa Press, Annie Leibovitz, Banco de España

En este contexto, la elección de no usar la peineta, pero seguir utilizando la mantilla, debe interpretarse como una forma de mantener la tradición. Pero sin caer en el lujo o en elementos poco representativos de la sociedad actual.

Es importante destacar que doña Letizia mantiene la mantilla en sus apariciones más solemnes. Particularmente en eventos religiosos como la Semana Santa o las audiencias con la Iglesia.

La mantilla, a pesar de su origen y asociación con la tradición, sigue siendo un símbolo de respeto y devoción. Y la reina, al igual que su predecesora, utiliza esta prenda como un gesto simbólico de conexión con el pueblo español y con las tradiciones religiosas de la nación.

Una pareja vestida de negro comparte un paraguas bajo la lluvia.
Felipe VI y Letizia Ortiz en un funeral. | Europa Press

Sin embargo, la elección de la reina Letizia de no llevar la peineta en sus apariciones públicas, es una cuestión de estilo personal. Y, en parte, una manifestación de su enfoque más moderno y pragmático de la monarquía española.

La “chiusura” previa al funeral del Papa Francisco

El último ceremonial previo al funeral del Papa Francisco ha sido el rito de “chiusura”. Es una ceremonia solemne guiada por el camarlengo en la que se ha honrado la vida del Pontífice fallecido y se ha sellado y cerrado el féretro.

Junto al cuerpo del monarca se introduce un cilindro metálico dentro del cual se incluyen monedas, medallas y el llamado “rogito”. Este último es un pergamino en el que a modo de semblanza, se resume el ministerio del papa fallecido.

Tras su lectura, el rostro del Papa ha sido tapado por un velo de seda blanco y rociado con agua, en memoria de su bautismo. Después, el ataúd ha sido sellado con los escudos del Vaticano, una cruz y una placa con su nombre.

Tras este ritual, todo quedará dispuesto para la misa fúnebre del sábado. Y también se terminará la preocupación de ciertos expertos tanatoestéticos. Muchos han comentado con preocupación el evidente deterioro del rostro del papa fallecido.

Un hombre mayor vestido con atuendo religioso blanco está sentado en una silla con detalles dorados, con las manos entrelazadas y un bastón apoyado en el brazo de la silla.
Papa Francisco. | Europa Press

El Papa Francisco no quiso ser embalsamado, pero sí fue sometido a tanatopraxia. Se trata de una disciplina forense especializada en la conservación temporal de los cuerpos tras la muerte. Esta técnica involucra procedimientos químicos que permiten mantener el cuerpo en condiciones dignas y adecuadas, respetando los principios éticos en el trato con los difuntos. Este procedimiento es imprescindible cuando, como es en este caso, el cuerpo ha sido expuesto durante varios días.

En estos momentos, el Vaticano no puede olvidar el funeral del Papa Pío XII, fallecido en 1958. El médico particular del pontífice quiso someter al cuerpo a un tratamiento experimental a base de baños de aceites y hierbas aromáticas. Según el planteamiento del doctor Riccardo Galeazzi, tratar el cuerpo del finado con óleos y envolverlo en celofán, sería suficiente para frenar la descomposición.

Sin embargo, el calor de ese otoño, la falta de refrigeración, y los gases naturales provocados por el cuerpo hicieron que el pecho del papa reventase. Todo antes de poder ser enterrado, ante el horror de todos los presentes. Aunque presentaron públicamente al pontífice con una máscara de cera y se elevó el féretro con un catafalco de gran altura para que los visitantes no pudieran verlo, el escándalo del funeral tuvo tal envergadura que los responsables del Vaticano hicieron que el protocolo del entierro fuese aún más estricto y calculado.

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