
La historia oculta de Ignacio Aguado, exlíder de C's en Madrid: Cómo llegó al poder
Aguado reflexiona en su libro 'Volando entre halcones' su paso por Ciudadanos en Madrid, pero olvida sus negros inicios
Ignacio Aguado (Madrid, 42 años), exvicepresidente de la Comunidad de Madrid y antiguo rostro de Ciudadanos, ha vuelto al foco mediático. El motivo ha sido la publicación de su libro "Volando entre halcones" (editorial Media Luna).
En esta obra autobiográfica, Aguado repasa sus años en la primera línea de la política. También sus relaciones personales con otros líderes autonómicos y las turbulentas vivencias dentro del partido Ciudadanos, liderado entonces por Albert Rivera, cuya caída fue tan rápida como su ascenso.
El libro también lanza críticas veladas y otras muy directas a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, con quien compartió gobierno entre 2019 y 2021. Por otro lado, analiza el declive del proyecto liberal en Madrid.
Pero para entender realmente el papel que Aguado jugó en la política madrileña, es necesario retroceder al 19 de mayo de 2013. Fue la fecha en la que Ciudadanos Madrid se fundó con apenas 14 votos.
Las 'irregularidades' de Aguado en el C's
Elcierredigital.com reveló en exclusiva en 2021 el acta de constitución del partido Ciudadanos en Madrid. Un acta repleta de singularidades e irregularidades. Sin datos claros sobre cuántos militantes votaron ni sobre los candidatos a entrar en su organización. Algo que Aguado ha olvidado mencionar en su libro, donde solo vierte, al parecer, lo que a él le interesa.

Se trató por entonces, según denunciaron las voces críticas del propio partido, de un "pucherazo legalizado". Gracias a esta supuesta irregularidad, el control de la formación naranja en la capital de España pasó a manos de un pequeño grupo formado por tres hombres: César Zafra, Miguel Ángel Gutiérrez e Ignacio Aguado.
Este triunvirato consolidó poco a poco el control absolutista de la organización, señalando a dedo responsables locales y limitando la participación de las bases. Con ello, y con el beneplácito desde la sede de Barcelona, se marcó la dinámica interna del partido de Albert Rivera en la comunidad madrileña.
El propio Aguado aterrizó 'oficialmente' en la dirección regional de C´s en enero de 2014, tras unas elecciones a vacantes de la Junta Directiva. Un proceso electoral que trajo también polémica por su 'secretismo'.
Como destapó elcierredigital.com gracias a un documento interno que obra en nuestro poder, de un total de 67 votantes, Ignacio Aguado recibió 28 apoyos. Su inmediato rival, Miguel Gutiérrez, obtuvo 13. Los demás candidatos apenas reunieron entre 1 y 11 votos. Y de esta manera, con tan solo 28 votos, Ignacio Aguado llegó al poder.
Precisamente, esta escasa representatividad en la organización de Ciudadanos en Madrid, denunciada en su momento, fue el indicio de un sistema poco democrático. Y más aún si se tiene en cuenta que, en su constitución en 2013, su amigo César Zafra había sido elegido coordinador de Ciudadanos con solo 14 votos, en una votación aún más opaca.
Voces críticas del propio partido señalan que "estos datos alimentan la visión de que Ciudadanos Madrid nació como un chiringuito entre amigos, gestionado por un reducido grupo[Zafra, Gutiérrez y Aguado]. Un grupo que mantuvo el control a través de vínculos personales, mucho más que por méritos propios".
Fue en este sistema en el que Aguado ascendió rápidamente a la cúpula hasta liderar la candidatura regional en 2015. Un puesto que muchos consideraron fruto más bien de su cercanía al núcleo duro que de su capacidad política.
En aquellas fechas apenas había unos 60 afiliados en Madrid al partido Ciudadanos. Y siempre se denunció que "desde los primeros días Aguado ya compartió protagonismo con Zafra y Gutiérrez". También que juntos prepararon la maquinaria electoral del partido de Albert Rivera para las elecciones europeas.
Sin embargo, todos estos detalles, entre otras polémicas, no son mencionados en el libro autobiográfico "Volando entre halcones".
El ascenso ‘meteórico’ de Ignacio Aguado en la política madrileña
En las elecciones autonómicas de 2015, recien aterrizado, Aguado encabezó ya la lista de Ciudadanos Madrid. El partido de Rivera logró 17 escaños. Y su apoyo fue decisivo para que Cristina Cifuentes (PP) fuera investida presidenta de la Comunidad de Madrid.
Precisamente, como portavoz parlamentario, Aguado fue uno de los artífices del acuerdo de estabilidad con el PP en la región. Avaló los presupuestos y se construyó una imagen de político moderado, dialogante y reformista. Aunque su rol político en Madrid aún le deparaba más polémicas.

Ya en 2019 Ciudadanos aumentó su representación a 26 diputados. Y aunque el PSOE fue la fuerza más votada, Aguado pactó con el PP, liderado ya por Isabel Díaz Ayuso. Esto le valió finalmente entrar en el Gobierno de Madrid como vicepresidente, portavoz y consejero de Deportes y Transparencia.
Esta alianza se presentó entonces como un ejemplo de estabilidad, pero la tensión entre ambos socios no tardó en estallar. Una 'batalla' que muchos tradujeron como un intento de C's por dinamitar al PP, su compañero de coalición en Madrid, pero su rival natural en las urnas.
El gobierno de coalición y las fricciones con Ayuso
Durante la pandemia de COVID-19, Aguado tuvo un papel relevante en la gestión de la crisis, aunque también muy criticado. Impulsó un ambicioso plan de ayudas de 1.000 millones de euros (600 millones para empresas y 400 millones para familias).
El plan lo presentó incluso antes de pactarlo con Ayuso. Algo que fue interpretado como un movimiento unilateral y que recordó a la opaca creación del propio partido naranja en Madrid.
Aguado también actuó como intermediario clave entre Ayuso y Pedro Sánchez. Promovió una reunión histórica entre ambos en un momento de máxima tensión. Sin embargo, su rol, a pesar de su intento, no fue del todo determinante.

La convivencia dentro del Ejecutivo autonómico se volvió cada vez más tóxica. Por ejemplo, respaldó la apertura ad hoc de una comisión de investigación sobre Avalmadrid, solo por estar vinculada a la familia de Ayuso.
También tuvo que lidiar con escándalos como el "Caso Room Mate" o la adjudicación de contratos para el apartahotel donde Ayuso vivió durante la pandemia.
Aguado defendió la transparencia y ordenó ceses. Pero desde la otra acera, la de su socio de legislatura, se le acusó de maniobrar para desgastar a la presidenta y socia de gobierno Isabel Díaz Ayuso. Unas decisiones que se volvieron, sin embargo, en su contra.
El fin del experimento naranja y la salida de la política
El 10 de marzo de 2021 Ayuso rompió la coalición en Madrid tras conocerse la moción de censura impulsada por Ciudadanos y el PSOE en Murcia. Disolvió la Asamblea y cesó a todos los consejeros de C's.
Aguado, excluido ya de la lista electoral por su propio partido, anunció semanas después su retirada de la vida política. Algo que muchos interpretaron como una muestra del frágil proyecto político que Aguado planteaba.
Para otros, quizá, esto evidenció que los verdaderos intereses de Aguado no pasaban solo por la política.

El partido naranja se hundiría definitivamente en las elecciones madrileñas de mayo de 2021. Pasó de 26 diputados a cero. Aguado se despidió con un mensaje en redes sociales en el que este 'estratega' reivindicaba su trayectoria.
También se mostró orgulloso por haber liderado la organización de C's en Madrid, a la que llegó con solo 28 votos. Una etapa que desde su entorno calificaron como 'agridulce'.
Nueva etapa profesional y reflexiones públicas
Tras dejar la política, Ignacio Aguado fundó la consultora Jastag, centrada en comunicación y estrategia digital. Además, actualmente ejerce como profesor universitario, colabora en medios televisivos como "Todo es mentira" (Cuatro) o "La Hora de La 1" (RTVE) y forma parte del Madrid Foro Empresarial.
En su libro autobiográfico "Volando entre halcones", Aguado se reivindica como un político que apostó por el consenso y la gestión. También critica la polarización creciente de la política madrileña.
Además, cuestiona las decisiones de Ayuso y afirma que, de poder volver atrás, no habría facilitado su investidura. Al mismo tiempo, reconoce ciertos errores y reflexiona sobre la dificultad de mantener la integridad política dentro de partidos altamente jerarquizados y con estructuras poco democráticas.

El libro también deja entrever su visión sobre la génesis de Ciudadanos Madrid. Pero no entra en la verdad real del pequeño núcleo fundacional que integraban Aguado, Zafra y Gutiérrez. Un triunvirato que se perpetuó en el poder y moldeó la estructura interna del partido naranja a su conveniencia, limitando la participación de las bases y consolidando un modelo jerárquico.
Este hecho, como denunció en su día elcierredigital.com, generó críticas internas desde el inicio. Muchos militantes denunciaron "que se favoreció la llegada de arribistas y oportunistas. Todos atraídos por el crecimiento rápido de la formación de Albert Rivera".
En ese contexto, "Volando entre halcones" aparece no solo como un testimonio personal de un expolítico. También como un ajuste de cuentas con un sistema que, según Aguado, "ha sacrificado la gestión eficaz en favor del choque permanente".
Pero para los verdaderos militantes del partido, "la figura de Ignacio Aguado representa tanto el éxito fugaz como el fracaso de Ciudadanos". Para ellos, fue uno de los rostros más visibles del llamado "centrismo moderno". Pero acabó devorado por las mismas lógicas de poder que compartía y que intentaba, según él, combatir.
Hoy, desde fuera de las instituciones, reflexiona sobre ese pasado oscuro. Su libro es, según numerosas voces, una pieza importante para entender una etapa clave de la política madrileña. Pero pasa por alto las intrigas e entresijos de su llegada a la cúpula de C's. Todo por un puñado de votos. Al final, 28 amigos le dieron el poder.
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