Alberto Garzón en la diana: El exministro objeto de críticas de Podemos y parte de IU

La figura de Alberto Garzón se está debilitando en los sectores de la izquierda transformadora. El ex coordinador federal de Izquierda Unida y exministro de Consumo ha realizado varios movimientos que han "molestado" en los ambientes progresistas. 

En primer lugar, el polémico lobby Acento que lidera Pepe Blanco anunció su fichaje. Más tarde, su candidata favorita, Sira Rego, perdió las primarias por el liderazgo de Izquierda Unida frente a Antonio Maíllo. Y, por último, Podemos le ha colocado en la diana por acudir al besamanos del Palacio Real el pasado 12 de octubre. 

El exvicepresidente Pablo Iglesias  ha desvelado que él fue el único exministro que no recibió invitación al acto monárquico. Pese a lo cual, podría haber acudido como pareja de Irene Montero, que sí recibió invitación y tampoco acudió el evento. 

Garzón guarda silencio ante los dardos que le llueven desde el medio 'pablista' Canal Red. Y está centrado en su labor como investigador de la Universitat Autònoma de Barcelona, articulista de eldiario.es y escritor. 

Indignación en IU por su acercamiento a Pepe Blanco

Alberto Garzón acordó su incorporación al lobby Acento —que lideran Pepe Blanco y Alfonso Alonso— como director de Prospectiva GeoPolítica. Fuentes cercanas a IU explican que Garzón les contó "que sus labores no tenían implicaciones con su labor en el Gobierno de España",

Pero el exlíder de IU renunció finalmente a su fichaje tras la indignación que generó la noticia en amplios sectores de la coalición. Chats de afiliados a la formación se llenaron de mensajes críticos que tildaban la incorporación, entre otros calificativos, de "vergonzosa puerta giratoria". 

Otro asunto que atemorizaba al exministro de Consumo es la Oficina de Conflicto de Intereses, que previsiblemente hubiese frenado su incorporación. 

Del 15M al contratista de la Asociación Española de Empresarios de Salones de Juegos

Alberto Garzón fue el único diputado con aires del 15M que entró en el Congreso tras las elecciones generales de 2011. En las mismas, arrasó Mariano Rajoy. El bipartidismo todavía no tenía como rivales a fuerzas que supieran encauzar la indignación popular, tal y como sucedió a partir de 2014 con Podemos. 

Garzón, logroñés de cuna, era un economista que se hizo viral por sus intervenciones anticapitalistas en el programa de TVE '59 segundos'. Su figura había ganado enteros al firmar con Vicenç Navarro y Juan Torres López un exitoso ensayo. Este radiografiaba las salvajes medidas antisociales tomadas desde la Unión Europea tras la crisis de 2008, 'Hay alternativas'.

La falta de valentía que le achaca Podemos en los últimos años contrasta con su intrépida decisión de 2015 de echarse Izquierda Unida a la espalda para liderarla en las generales. Garzón salvó la representación del partido al obtener dos diputados.

Y al año siguiente tomó sus mandos para salvaguardar su viabilidad política, situación que consiguió firmando con Pablo Iglesias el 'pacto  de los botellines'.  Este pacto alumbró a Unidas Podemos en las generales de 2016 y ayudó a que IU rebajase su deuda. 

Su relación con Iglesias se fracturó. El exvicepresidente le acusa de una triple traición.  Primero, intentar torpedear la intentona de Podemos de repetir las elecciones generales de 2019 (gracias a lo cual el propio Garzón entró en el Consejo de Ministros).

Segundo, realizar un irregular borrador que era comprensivo con el lobby del Juego (que fue tumbado por Iglesias). Por último, abrazarse a Sumar tras la pelea con Yolanda Díaz. Garzón y Díaz apoyaron la cumbre madrileña de la OTAN, contra la que nació IU. 

Desde Podemos le recordaron que Acento era cliente de la Asociación Española de Empresarios de Salones de Juegos y Recreativos (ANESAR).