Ultimátum para Peugeot, Citroën y Opel, marcas arrastradas por la crisis de Stellantis
Las 14 firmas del conglomerado automovilístico de Stellantis deberán dar resultados de sus beneficios antes de 2026
El adelanto del ultimátum a 2026 por parte de Carlos Tavares, CEO de Stellantis, ha sacudido la industria automotriz. Poniendo bajo la lupa a las 14 marcas que conforman el conglomerado, como Citroën, Peugeot, Fiat y Jeep.
El mensaje es claro: aquellas marcas que no sean rentables en este plazo se enfrentarán a la posibilidad de ser desmanteladas o vendidas. Este cambio acelera el proceso originalmente previsto para 2031.
La estrategia responde a una crisis más profunda en el sector automotriz. Exacerbada por varios factores globales que están presionando a los fabricantes tradicionales.
La pandemia de COVID-19 tuvo un impacto devastador en la industria automotriz mundial. Stellantis no fue una excepción, ya que vio disminuciones importantes en sus ventas en diversas regiones clave como Europa, América del Norte y China.
Aunque muchas industrias han mostrado signos de recuperación en 2024, la automotriz sigue luchando por reponerse debido a problemas en las cadenas de suministro.
La crisis también se ha agravado debido a la escasez de chips semiconductores y el aumento en los costos de materias primas.
Durante el primer semestre de 2024, Stellantis experimentó caídas de hasta el 18% en sus ventas en América del Norte. Impulsadas en parte por la descontinuación de modelos icónicos como el Dodge Charger y el Jeep Cherokee.
En Europa, la situación no fue mucho mejor. Con un descenso del 6% en los envíos y una disminución de ingresos del 14% debido a un débil desempeño en las ventas de modelos como el Fiat 500 y el Opel Mokka.
Estas cifras subrayan la magnitud del desafío que enfrenta Stellantis para mantener la competitividad en un mercado global cada vez más complejo.
Uno de los principales catalizadores de este cambio es la urgente necesidad de adaptarse a la transición hacia la electrificación. La movilidad eléctrica se ha convertido en el centro de la innovación automotriz.
Los fabricantes de automóviles están invirtiendo grandes sumas de dinero para desarrollar nuevas plataformas. También para mejorar la tecnología de baterías y cumplir con las normativas medioambientales cada vez más estrictas en mercados como la Unión Europea.
En este contexto, las marcas de Stellantis se encuentran en una encrucijada. Ya que deben competir no solo con gigantes tradicionales como Volkswagen, sino también con nuevos jugadores como Tesla y BYD.
El reto de la electrificación es particularmente difícil para marcas que históricamente se han apoyado en modelos de combustión interna.
La transición hacia vehículos eléctricos implica enormes inversiones en I+D y producción. Y no todas las marcas dentro del grupo Stellantis han demostrado ser capaces de adaptarse a este nuevo panorama.
Carlos Tavares, CEO de Stellantis, ha sido claro en su postura. Aquellas marcas que no logren ofrecer vehículos eléctricos competitivos y rentables para 2026 corren el riesgo de desaparecer.
La rentabilidad como clave de supervivencia
El principal criterio que ha establecido Tavares para evaluar a las marcas de Stellantis es su capacidad para generar beneficios.
Este es un enfoque pragmático que refleja la filosofía de "supervivencia del más apto" que ha adoptado el CEO.
Marcas como Citroën y Peugeot, que en su momento fueron pioneras en innovación automotriz, hoy se enfrentan al desafío de reinventarse en un mercado que prioriza la sostenibilidad y la tecnología.
Si no logran cumplir con los estándares de rentabilidad, podrían enfrentarse a una restructuración radical o ser vendidas.
Fiat, otra de las marcas más icónicas del grupo, ha mostrado señales mixtas. Aunque algunos modelos como el Fiat 500 siguen siendo populares en ciertos mercados, la marca en su conjunto ha enfrentado caídas en las ventas. Especialmente en regiones fuera de Europa.
En América del Sur, donde Fiat ha mantenido una fuerte presencia durante décadas, las ventas de modelos clave han disminuido. Lo que ha afectado los ingresos de Stellantis en esa región.
La reorganización interna
Además de la presión sobre las marcas para generar beneficios, Stellantis también ha anunciado una importante reestructuración interna. Carlos Tavares, quien ha sido CEO desde la creación del conglomerado en 2021 tras la fusión de PSA Group y Fiat Chrysler Automobiles, se retirará en 2026. Coincidiendo con el nuevo plazo de rentabilidad impuesto a las marcas.
Esto añade una dimensión aún más urgente a la transformación que está llevando a cabo el grupo. Ya que los sucesores de Tavares heredarán un conglomerado posiblemente más reducido, pero con una estructura más sólida y enfocada.
En preparación para esta transición, Stellantis ha comenzado a simplificar su organigrama. Promoviendo a nuevos líderes en varias regiones clave.
Jean-Philippe Imparato ha sido nombrado CEO de Europa, mientras que Jeep tendrá un nuevo jefe en América del Norte, Antonio Filosa, quien también asumirá el rol de COO de la región.
Estos cambios son indicativos de la estrategia de Stellantis de consolidar su liderazgo en las regiones más rentables, mientras continúa evaluando el futuro de sus marcas más débiles.
Con la fecha límite de 2026 acercándose rápidamente, el futuro de algunas marcas de Stellantis es incierto. Marcas históricas como Lancia y Alfa Romeo, que han tenido un rendimiento irregular en los últimos años, están bajo una intensa presión para demostrar que pueden ser rentables en el nuevo panorama de la movilidad eléctrica.
Si bien algunas de estas marcas han lanzado nuevos modelos eléctricos, aún está por verse si podrán competir en un mercado cada vez más saturado.
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