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Hombre mayor con bigote y gafas usando abrigo marrón y corbata caminando al aire libre
INVESTIGACIÓN

La nueva vida de Luis del Rivero: De empresario zapaterista a puntal de Vox

El murciano, exmandamás de Sacyr, ha logrado una amarga victoria frente a los hoy dueños de la empresa que fundó en 1986

Luis del Rivero Asensio (Murcia en 1949) ha vuelto a los papeles a cuenta de la sentencia que condena a Sacyr a indemnizarlo por su despido en 2011. Hace 14 años, el actual presidente Manuel Manrique rompió su alianza con el murciano y se apoyó en Juan Abelló para echarlo por sorpesa.

El golpe fue durísimo para este ingeniero de caminos y empresario, que fue uno de los fundadores de Sacyr y su presidente entre 2004 y 2011. Durante años estuvo en lo más alto del poder económico en España. También fue protagonista de escándalos empresariales y varias causas judiciales.

Hace unos días, el Tribunal Supremo dictó sentencia definitiva sobre una larga batalla legal. El fallo señala que Sacyr debe pagarle 3,5 millones de euros (más intereses) por su despido en 2011. Sin embargo, rechaza su petición de elevar esa cantidad a casi 9 millones.  Lo cual le otorga una victoria parcial. Y amarga.

El proceso arrancó en 2018. El Juzgado de lo Mercantil n.º 10 de Madrid desestimó su demanda. Pero, en 2020, la Audiencia Provincial de Madrid falló a su favor. Sacyr recurrió al Supremo, que ahora da, en parte, la razón a ambas partes. También ha repartido las costas judiciales: cada uno pagará las suyas.

El nacimiento de un imperio

Luis del Rivero empezó a trabajar en 1972, en la empresa Hiceosa. En 1974 se unió a Ferrovial, donde ocupó cargos de responsabilidad. En 1986 fundó Sacyr junto a José Manuel Loureda y Félix Riezu, también ex-Ferrovial. Empezaron con apenas 480.000 euros entre capital y maquinaria.

Desde entonces, Sacyr creció con fuerza. Compraron autopistas, se fusionaron con Vallehermoso y adquirieron la Empresa Nacional de Autopistas. Entraron en Bolsa en 2004. Ese año, Del Rivero se convirtió en presidente del grupo. Bajo su mando, Sacyr se expandió rápido. Pero también asumió grandes riesgos. Y acabó pagando un alto precio.

En 2011, Del Rivero fue cesado como presidente de Sacyr. Fue sustituido por Manrique, otro de los fundadores. El motivo: las tensiones internas por la participación de Sacyr en Repsol, que rozaba el 30%. Del Rivero quería controlar la petrolera tras intentarlo con el BBVA. Para lograrlo en Repsol, pactó con Pemex, la compañía estatal mexicana.

Dos hombres con traje y corbata sentados en una mesa azul durante una conferencia de prensa
Manuel Manrique y Luis del RIvero. | EP

El intento de toma de control fracasó. La Comisión Nacional de Energía intervino. También hubo una investigación judicial.  El movimiento fue visto como una operación hostil. Y dejó al grupo con una deuda enorme: más de 4.900 millones de euros.

Su salida marcó el principio del declive de su figura pública. Aunque siguió influyendo desde la sombra.

Escándalos y sospechas

Luis del Rivero estuvo implicado en varios casos polémicos. En 2003 intentó tomar el control del BBVA. Compró el 3,1% del banco para forzar la salida de Francisco González, entonces presidente. No lo logró pese al apoyo que recibió desde el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. En 2006 trató de entrar en el grupo francés Eiffage. Compró acciones en el mercado, pero el regulador francés lo acusó de ocultar su participación real. Finalmente, tuvo que vender su paquete accionario.

Más tarde, fue vinculado al caso Bárcenas. No se hallaron pruebas sólidas. Bárcenas fue condenado a indemnizar a Del Rivero por dañar su honor. Paralelamente se le relacionó con la trama Gürtel. Pero tampoco se pudieron probar los delitos. Del Rivero salió impune de todos estos casos, pero su imagen mediática quedó muy dañada.

En 2019 volvió a la primera plana mediática al intervenir en una Junta de Accionistas del BBVA para criticar al saliente Francisco González y negar que Rodríguez Zapatero apoyase su intento de asalto al control del banco. 

De empresario a terrateniente

Con el tiempo, Luis del Rivero fue alejándose del mundo empresarial. Hoy es uno de los mayores terratenientes del Campo de Cartagena. Tiene grandes intereses en la agricultura intensiva de regadío. Por eso se opone a las leyes que protegen el Mar Menor, una laguna costera gravemente dañada. Algunos medios lo sitúan como cercano a Vox, partido con el que comparte posiciones en temas agrarios y medioambientales. 

Del Rivero también se ha vinculado a movimientos ideológicos ultraconservadores. Es docente estrella en el ISSEP, una institución de formación política creada en Francia por figuras ligadas a Marine Le Pen. El ISSEP se presenta como una escuela para las "nuevas élites europeas conservadoras". Este negocio tiene presencia en España desde 2020.

Un personaje controvertido

Luis del Rivero nunca ha pasado desapercibido. En su momento, fue un símbolo del auge de las constructoras españolas. Encabezó grandes operaciones. Movió miles de millones. Se enfrentó a bancos, políticos y reguladores. Pero muchas de sus apuestas fueron fallidas.

Hoy, vive más centrado en sus fincas que en los consejos de administración. Pero no ha desaparecido. Su influencia política sigue presente. En Murcia, algunas voces señalan que "su apoyo a Vox ha sido determinante para el cambio de rumbo regional". En la actualidad, sigue asistiendo a eventos empresariales y actos públicos de su entorno ideológico.

Una victoria amarga

La sentencia del Supremo que lo enfrenta a su pasado es el mejor resumen de su trayectoria. Gana una parte, pierde otra. Recibe millones, pero no los que pedía. La empresa que fundó deberá indemnizarlo, pero ya no la controla. Es una compensación económica, sí. Pero también es un recordatorio de cómo cayó del poder.

Luis del Rivero es una figura compleja. Empresario brillante para algunos, demasiado ambicioso para otros. Lo cierto es que su historia está llena de luces y sombras. 

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