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Una pareja sonriente posa frente a un edificio histórico con detalles arquitectónicos ornamentados.
INVESTIGACIÓN

Josep Santacana, cerca de prisión: 'El pacto Sánchez Vicario y Fiscalía le perjudica'

El exmarido de Arantxa Sánchez Vicario enfrenta una condena de 3 años y tres meses por alzamiento de bienes

El pasado 13 de septiembre, el caso judicial entre Arantxa Sánchez Vicario y su exmarido, Josep Santacana, dio un giro casi definitivo. La Justicia desestimó el recurso de apelación presentado por Santacana ante la Audiencia Provincial de Barcelona. 

Santacana fue condenado en enero a tres años y tres meses de prisión por un delito de alzamiento de bienes. Ahora el empresario ha agotado uno de sus últimos cartuchos para evitar la cárcel. El tribunal rechazó los argumentos presentados por su defensa, lo que confirma la sentencia inicial y lo deja al borde del ingreso en prisión.

Elcierredigital.com ha contactado con la defensa de Santacana, dirigida por el letrado Juan Segarra. Segarra ha explicado que en su apelación subrayaron que se habían vulnerado los derechos fundamentales de Santacana. Entre ellos el derecho a la presunción de inocencia y a un proceso con las debidas garantías. 

Según Segarra, “el acuerdo que Sánchez Vicario alcanzó con la Fiscalía, en el que aceptaba su responsabilidad a cambio de una reducción de pena, perjudicó directamente al señor Santacana”. 

Dos hombres caminando por la calle, uno con traje y corbata y el otro con camisa azul y gafas de sol, con un autobús amarillo y negro de fondo.
El abogado Juan Segarra junto a Josep Santacana | Europapress

Por otra parte, la defensa señala que el proceso judicial, que se prolongó por más de ocho años, debería haberse considerado como un atenuante por dilaciones indebidas.

No obstante, la Audiencia Provincial desestimó estos argumentos hace escasos días en una sentencia concisa de 23 páginas. En la que reiteró que Santacana fue el cerebro detrás de las maniobras destinadas a ocultar el patrimonio de la pareja. Todo para evitar el pago de una deuda millonaria al Banco de Luxemburgo

La justicia considera sobradamente probado que el empresario ideó y ejecutó las operaciones de despatrimonialización. Operaciones que impidieron a Sánchez Vicario hacer frente a la deuda.

Tras este revés, a Santacana solo le queda la opción de recurrir al Tribunal Supremo. Aunque puede hacerlo, las posibilidades de éxito en esta última instancia son escasas, según los expertos legales. El Supremo raramente anula decisiones de instancias inferiores en casos de este tipo, lo que sugiere que Santacana podría estar más cerca que nunca de ingresar en prisión.

Un hombre rodeado de periodistas y cámaras frente a un edificio con el letrero
Josep Santacana | Europapress

En este sentido, su abogado Juan Segarra ha señalado que “si el Supremo no estima los argumentos recurriríamos al Constitucional.  Por lo que el caso no se puede dar por terminado todavía”.

El propio Segarra añade que “me parece que fue una sentencia injusta conforme a lo que ocurrió en el juicio. Por lo tanto consideramos que la desestimación del recurso también es injusta”. 

“Todo se sustenta en un acuerdo entre acusaciones y coacusados. Aun no existiendo prueba de cargo contra el señor Santacana, construyeron esta prueba para incriminarlo. No entendemos cómo esto se ha podido permitir porque se opone al derecho de defensa. También es opuesto al derecho a un procedimiento con todas las garantías”, sostiene Segarra.

“Si no hay prueba para condenar, no se puede condenar. Entendemos que no es justo que determinados coacusados y las acusaciones se pongan de acuerdo para construir una prueba que no existe. Esta es la conclusión”, señala la defensa de Santacana.

El inicio del caso: De la gloria al escándalo

La historia judicial de Arantxa Sánchez Vicario y Josep Santacana comenzó en los tribunales, pero tiene raíces en su matrimonio. La extenista, una de las figuras más importantes del deporte español, conoció a Santacana en 2007. Cuando aún disfrutaba del prestigio y el éxito cosechado tras su brillante carrera en las pistas de tenis. 

Sánchez Vicario ganó cuatro torneos de Grand Slam y ocupó el número uno del mundo, acumulando un patrimonio significativo durante su carrera. En 2008, la pareja contrajo matrimonio. Fue entonces cuando Santacana asumió un papel clave en la gestión de las finanzas de la extenista.

Sin embargo, lo que empezó como una relación que parecía estable y prometedora, pronto se vio empañado por problemas financieros y tensiones familiares. Al parecer, la familia de Sánchez Vicario, especialmente su padre, nunca vio con buenos ojos la relación y los negocios de Santacana. 

Estas tensiones se agravaron cuando, en 2009, el empresario asumió el control total del patrimonio de su esposa.

El conflicto estalló en 2010, cuando el Banco de Luxemburgo inició acciones legales contra la pareja por una deuda de 7,5 millones de euros. La entidad financiera alegaba que Sánchez Vicario y Santacana habían llevado a cabo una serie de operaciones para ocultar bienes y evitar el pago de dicha deuda. 

Según las acusaciones, se vendieron propiedades y se transfirieron fondos sin que el dinero se destinara a saldar la deuda. Lo que constituyó el delito de alzamiento de bienes.

El Juicio y la sentencia

En enero de este 2024, después de más de una década de litigios y recursos, la Audiencia Provincial de Barcelona dictó sentencia contra ambos. Arantxa Sánchez Vicario fue condenada a dos años de prisión. Pero evitó entrar en la cárcel al no tener antecedentes penales y llegar a un acuerdo con la Fiscalía, en el que aceptó su culpabilidad. 

Este pacto le permitió eludir la cárcel. Aunque tuvo que asumir la responsabilidad civil conjunta con Santacana de pagar más de 6,6 millones de euros al Banco de Luxemburgo.

Un hombre con camisa azul claro es entrevistado por varios periodistas con micrófonos y cámaras frente a un edificio de oficinas.
Josep Santacana | Europapress

Por su parte, Josep Santacana recibió una condena más severa de tres años y tres meses de prisión. El tribunal determinó que él había sido el cerebro detrás de las operaciones para despatrimonializar los activos de la pareja. Privando así al banco de recuperar la deuda.

Durante el juicio, Sánchez Vicario testificó en contra de su exmarido. Afirmando que confiaba plenamente en él y que desconocía las gestiones financieras que este realizaba. "Yo soy una jugadora de tenis, no entiendo de negocios", declaró la extenista, añadiendo que su único error había sido “confiar ciegamente” en Santacana.

Un matrimonio marcado por la polémica

La separación de Sánchez Vicario y Santacana en 2018 no fue menos controvertida que su matrimonio. Tras una década de convivencia, la pareja puso fin a su relación en medio de acusaciones mutuas. Sánchez Vicario acusó a su exmarido de haber dilapidado su patrimonio. Mientras que Santacana argumentó que había sido excluido de los bienes de su esposa debido a las capitulaciones matrimoniales que la familia de ella le impuso al casarse.

A pesar de la separación, el proceso de divorcio sigue sin resolverse, al menos legalmente en Estados Unidos, donde la extenista reside desde hace más de una década, concretamente en Miami. Sánchez Vicario vive allí junto a sus dos hijos, Arantxa y Leo, de 15 y 12 años, mientras que Santacana ha continuado con su vida personal en España. De hecho, en junio de 2024 se supo que Santacana espera un tercer hijo con su actual pareja.

El futuro del caso

El fallo del caso ha dejado huellas profundas en la vida de ambos protagonistas. Para Arantxa Sánchez Vicario, este escándalo ha dañado gravemente su imagen pública. Pasando de ser una de las deportistas más queridas de España a estar envuelta en un polémico proceso judicial.

Por otro lado, Josep Santacana enfrenta un futuro incierto. A pesar de haber presentado todos los recursos posibles, la última desestimación de su apelación hace escasos días lo deja a las puertas de prisión. 

Si el Tribunal Supremo no anula la sentencia, Santacana agotará un preciado cartucho. Solo le quedaría el Constitucional, aunque su defensa sostiene que agotarán todas las vías.

En cuanto a la deuda, ambos siguen obligados a pagar más de 6,6 millones de euros al Banco de Luxemburgo. Este será un desafío financiero para Sánchez Vicario, cuyo patrimonio se ha visto considerablemente reducido a lo largo de los años.

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