Indra coordinará la Fiesta Nacional de España en Angola a pesar de sus escándalos
La compañía con participación de la SEPI ha firmado un convenio con nuestra embajada en Luanda valorado en 4.600 euros
La reputación de la sociedad estatal Indra ha sido objeto de controversia en el último año. Especialmente tras las elecciones municipales del 28 de mayo de 2023 en España. En esos comicios, Indra fue la encargada de gestionar el recuento de votos, un proceso que suscitó dudas y críticas de diversos sectores políticos y ciudadanos.
Aunque no hubo pruebas concluyentes de irregularidades, la sombra de la desconfianza planeó sobre su desempeño en los comicios. En parte debido a errores menores en la transmisión de datos y a la opacidad con la que se trató este asunto.
Sin embargo, estos problemas no han frenado la expansión internacional de la compañía con participación de la SEPI. A pesar de la mala prensa en su país de origen, Indra sigue siendo un actor clave en sectores estratégicos. Sobre todo en el ámbito de la defensa.
En Polonia, por ejemplo, Indra ha mantenido relaciones comerciales sólidas con el Ministerio de Defensa. Participando en importantes proyectos tecnológicos y militares, lo que demuestra que su capacidad para generar negocios internacionales no se ha visto afectada por su deteriorada imagen en España.
Ahora, en un giro que ha levantado más quejas, Indra ha sido elegida para participar en la organización de la Fiesta Nacional de España. Que se celebrará el próximo 11 de octubre de 2024 en Luanda, Angola.
Según el Boletín Oficial del Estado (BOE), la embajada española en Luanda firmó un convenio con Indra. En el cual la empresa se compromete a realizar una contribución en especie para la celebración del evento, valorada en 4.600 euros.
Esta aportación cubre la contratación de servicios y suministros necesarios para la fiesta. Un acto de relevancia diplomática y cultural para España en el extranjero que muchos han afeado se haya adjudicado a Indra.
El ‘world tour’ de Indra y sus sombras
Este contrato para organizar la Fiesta Nacional ha generado críticas entre algunos sectores. Cada vez más voces ven en esta adjudicación un intento de rehabilitar la imagen de Indra tras los problemas en las elecciones.
Además, este acuerdo no es solo una cuestión ceremonial. Se enmarca dentro de la estrategia de la empresa de posicionarse como un socio estratégico en países clave. Un ejemplo es Angola, cuyas relaciones bilaterales con España están en pleno crecimiento.
La colaboración de Indra con la embajada también incluye la promoción de la empresa en el evento. Todo ello mediante la inclusión de su logotipo en materiales publicitarios y actos oficiales, lo que le otorgará visibilidad en el ámbito diplomático.
A pesar de las polémicas en su país, Indra ha seguido acumulando contratos internacionales. En Polonia, ha trabajado en proyectos vinculados al sector de la defensa. Siendo uno de los proveedores tecnológicos más importantes para el Ministerio de Defensa polaco.
Estas iniciativas, sumadas a su involucramiento en otros proyectos en Asia y África, demuestran la ambición global de la empresa. Que busca diversificar sus ingresos fuera de España.
Sin embargo, la participación de Indra en estos eventos y proyectos internacionales plantea interrogantes sobre su relación con el gobierno español. En un contexto político polarizado, algunos críticos ven estas adjudicaciones como un reflejo de las conexiones que la empresa mantiene con los estamentos del poder. Lo que les permite seguir accediendo a contratos importantes, tanto dentro como fuera del país, pese a los escándalos recientes.
Y es que aunque Indra enfrenta una reputación dañada en el ámbito nacional, sigue obteniendo contratos importantes en el exterior. Y su papel en la organización de la Fiesta Nacional en Angola es un recordatorio de su capacidad para mantenerse relevante en el escenario internacional.
Queda por ver si esta colaboración ayudará a mejorar su imagen o si, por el contrario, seguirá siendo objeto de controversia.
El ‘pelotazo’ de Indra en Polonia
Como ya informó elcierredigital.com, Indra ha firmado recientemente un contrato multimillonario con el Ministerio de Defensa de Polonia. En concreto para suministrar sistemas de radares avanzados. Este acuerdo, valorado en 257 millones de euros, ha sido uno de los mayores en Europa en términos de defensa terrestre.
Mientras la reputación de la empresa está en entredicho en España, parece que Indra se abre camino internacionalmente. El acuerdo con Polonia contempla la entrega de 15 sistemas transportables de radares para el control de tráfico aéreo militar y dual. Que serán desplegados en varias bases aéreas del país. Los ocho primeros sistemas se entregarán de aquí a 2028, con la posibilidad de añadir otros siete hasta 2031.
Estos radares cumplen con los estándares de la OTAN y las normas de seguridad de navegación aérea más estrictas. Representan una mejora significativa en la capacidad de defensa de Polonia, un país que ha estado reforzando su infraestructura militar a raíz de las crecientes tensiones en Europa del Este.
Indra se ha asegurado este contrato en un momento crucial y especialmente polémico. Cuando muchos países de Europa, especialmente aquellos cercanos a Rusia, buscan modernizar sus capacidades de defensa aérea.
Este aspecto no puede ignorarse según los expertos. Pues el aumento de la inversión en defensa en la región se enmarca dentro de la creciente militarización provocada por la invasión rusa de Ucrania. Polonia, en particular, ha jugado un papel importante en la defensa del continente, y este contrato refuerza su infraestructura militar ante posibles amenazas.
La tecnología que proporcionará Indra es de última generación, con sistemas capaces de detectar y rastrear aeronaves en 3D. Incluso en condiciones adversas de interferencias orográficas o meteorológicas.
Los sistemas incluyen la capacidad de integrar información de radares de identificación de amigo-enemigo (IFF). Esto permite discriminar entre aeronaves aliadas y otras en vuelo. Estos radares, además, pueden ser transportados en estructuras móviles y desplegarse en ubicaciones estratégicas. Ofreciendo una flexibilidad operativa vital en escenarios militares complejos.
Sin embargo, no todos ven el acuerdo con Polonia como un triunfo. Pues el trato plantea algunas preguntas sobre el papel que juega Indra en la creciente militarización de Europa. En un contexto donde el rearme y la inversión en defensa aumentan rápidamente, algunos críticos argumentan que este tipo de contratos contribuyen a una escalada de tensión.
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