![Edificio en construcción con grúas en un paisaje árido y rocoso.](https://elcierredigital.com/filesedc/uploads/image/post/200814_1200_800.webp)
La historia interminable del Algarrobico: El polémico hotel costero tiene nuevo plan
La ministra Montero anuncia que el Gobierno expropiará el hotel Algarrobico para demolerlo tras muchos años de litigios
Tras casi dos décadas de litigios y controversias, el Gobierno ha anunciado la expropiación del Hotel El Algarrobico, situado en la costa de Carboneras, Almería. Concretamente, se ha declarado la demolición del edificio como una acción de interés público. El anuncio ha sido realizado por la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero.
Montero ha asegurado que el proceso de expropiación será inminente. También ha afirmado que se coordinará con la Junta de Andalucía para la recuperación ambiental de la zona. Este anuncio marca un hito en uno de los casos más emblemáticos de urbanismo ilegal en España. Poniendo fin a años de inacción y dilaciones judiciales.
El Hotel El Algarrobico comenzó a construirse en 2003. Todo tras obtener una licencia otorgada por el Ayuntamiento de Carboneras a la empresa Azata del Sol S.L. Se proyectó como un complejo de 21 plantas y 411 habitaciones en plena playa de El Algarrobico, dentro del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar.
![Edificio en construcción con un cartel que dice Edificio en construcción con un cartel que dice](/filesedc/uploads/image/post/200503_1200_800.webp)
Sin embargo, rápidamente se convirtió en un caso de estudio sobre la destrucción del litoral y la falta de control administrativo sobre el urbanismo.
El conflicto legal sobre el hotel se remonta a 1987, cuando el Ayuntamiento de Carboneras incluyó la zona en sus normas subsidiarias como urbanizable. Posteriormente, la Junta de Andalucía aprobó en 1994 el Plan de Ordenación de Recursos Naturales (PORN) del parque natural. Este inicialmente determinaba que El Algarrobico no podía urbanizarse.
Sin embargo, en 1997, la Junta modificó los planos sin publicación oficial ni expediente administrativo, permitiendo la construcción del hotel.
La construcción se realizó a pesar de que violaba la Ley de Costas de 1988. La norma establece una servidumbre de protección de 100 metros desde la ribera del mar, en la que no se puede construir. En este caso, el hotel se encuentra a solo 14 metros de la costa.
El largo proceso judicial
Desde su construcción, el hotel ha sido objeto de una batalla legal liderada por grupos ecologistas, entre ellos Greenpeace y Salvemos Mojácar. En 2006, un tribunal ordenó la paralización cautelar de las obras, y ese mismo año, la Junta de Andalucía anunció su intención de expropiar el hotel y proceder a su demolición.
A pesar de todo, la acción se demoró años por falta de consenso político y la resistencia legal de la promotora Azata del Sol.
![Un gran edificio blanco en construcción situado en una ladera montañosa junto a la playa. Un gran edificio blanco en construcción situado en una ladera montañosa junto a la playa.](/filesedc/uploads/image/post/200916_1200_800.webp)
A lo largo de los años, más de 40 sentencias judiciales han confirmado que el hotel es ilegal. En 2012 el Tribunal Supremo dictaminó que la edificación incumplía la legislación de costas y que su ubicación estaba dentro de un suelo no urbanizable. Sin embargo, la demolición no se llevó a cabo debido a la complejidad del proceso y la necesidad de definir responsabilidades económicas entre administraciones.
En 2016 el Tribunal Supremo reafirmó que los terrenos donde se ubica el hotel son no urbanizables y que el edificio debía ser demolido. No obstante, el conflicto legal continuó hasta ahora debido a la oposición de la promotora, que reclamó indemnizaciones por la paralización del proyecto.
La expropiación y los pasos a seguir
El reciente anuncio del Gobierno marca un punto de inflexión definitivo. La declaración de utilidad pública de los terrenos permitirá iniciar el proceso de expropiación y posterior demolición del edificio. El Gobierno ha subrayado que se coordinará con la Junta de Andalucía. De este modo, se asegura que el proceso se lleve a cabo de forma efectiva y que la zona sea restaurada a su estado natural.
No obstante, aún quedan por resolver cuestiones logísticas y económicas, como el coste de la expropiación y la indemnización a la promotora, que podría alcanzar los 100 millones de euros. A pesar de estos obstáculos, el Ejecutivo ha insistido en que la demolición es innegociable y que el hotel desaparecerá de la costa almeriense en los próximos meses.
Reacciones al anuncio
El anuncio de la expropiación ha generado reacciones diversas. Greenpeace y otras organizaciones ecologistas han celebrado la decisión como una victoria histórica para la protección del litoral español. "Este es un día histórico. El Algarrobico representa la lucha contra la destrucción de nuestras costas, y su demolición será un triunfo para la naturaleza y el estado de derecho", declara un portavoz de Greenpeace.
Por otro lado, la promotora Azata del Sol ha criticado la decisión. Argumenta que sus derechos han sido vulnerados y ha anunciado medidas legales para exigir una compensación económica. El Ayuntamiento de Carboneras, que concedió la licencia de construcción en su momento, ha evitado hacer declaraciones sobre el tema.
![Vista panorámica de una carretera costera serpenteante junto a un mar azul y montañas áridas. Vista panorámica de una carretera costera serpenteante junto a un mar azul y montañas áridas.](/filesedc/uploads/image/post/200936_1200_800.webp)
Con este anuncio, el fin de El Algarrobico parece finalmente estar cerca. Su demolición no solo supondrá la restitución del paisaje natural de la playa, sino también un precedente en la lucha contra la especulación inmobiliaria en el litoral español.
Con la demolición del hotel, la playa de El Algarrobico podrá recuperar su estado natural. También podrá volver a ser un ejemplo de conservación costera dentro del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar.
Este caso también servirá como un precedente para evitar futuras construcciones ilegales en zonas protegidas. Sobre todo, para reforzar la necesidad de cumplir estrictamente las normativas medioambientales.
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