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Hombre sonriendo frente a un fondo de musgo verde con símbolos geométricos en naranja y blanco.
INVESTIGACIÓN

El grupo galo Orange quiere dominar Masorange en España pese a incumplir sus promesas

La multinacional francesa prevé asaltar la teleco española este 2025 por una cantidad que rondará los 5.000 millones

Orange, la multinacional francesa de telecomunicaciones, ha iniciado contactos con bancos de inversión para preparar la compra del 50% de Masorange que aún no controla. Masorange surgió de la fusión entre Orange España y MásMóvil. 

La teleco está participada al 50% por Orange (a través de Orange Participations UK Ltd). Y al 50% por el hólding Lorca Midco, compuesto por varios fondos de inversión (Providence, KKR, Cinven). También hay accionistas minoritarios, incluido el CEO Meinrad Spenger. La operación, tal y como avanza Expansión, podría rondar los 5.000 millones de euros.  

Según el pacto de accionistas, hasta marzo de 2026 no se pueden vender acciones. No obstante, desde septiembre de 2025 se puede comenzar a preparar una posible salida a bolsa (OPV). Orange, aunque puede esperar a la OPV para tomar el control, considera más viable negociar directamente con Lorca la compra de su participación.

Al margen de estas intenciones, Masorange generó gran controversia al ejecutar un expediente de regulación de empleo (ERE). La medida afectó a 609 trabajadores, más del 8% de su plantilla total. Sindicatos y empleados afirman que es un claro incumplimiento de los compromisos adquiridos durante el proceso de fusión.

La promesa de la fusión se fue por el sumidero

Cuando se aprobó la creación de Masorange, la dirección de ambas compañías aseguraron que la operación no tendría un impacto negativo en el empleo. Sin embargo, apenas un año después del cierre oficial de la fusión, la nueva entidad ha puesto en marcha un recorte de personal que incluye tanto bajas voluntarias como despidos forzosos.

Fachada de una tienda de telecomunicaciones con el logotipo de Orange en la parte superior y carteles promocionales en la entrada.
Orange. | EP

El ajuste ha sido especialmente criticado por los sindicatos, que denuncian que se ha vulnerado el pacto de estabilidad laboral presentado. Aunque se han ofrecido indemnizaciones elevadas y prejubilaciones ventajosas (en algunos casos con hasta el 100% del salario hasta los 63 años), muchos consideran que estas condiciones no compensan la ruptura de la confianza ni el impacto humano de los ceses.

Además, el conflicto derivó en una división entre los representantes sindicales. UGT y Fetico respaldaron el acuerdo alcanzado con la empresa. Otros sindicatos, como CCOO, lo impugnaron ante la Audiencia Nacional. Alegaron irregularidades en el proceso y falta de justificación económica para el ERE. Pero este órgano judicial dio la razón a la empresa el pasado mes de abril. 

Desde la compañía se argumentó que la decisión responde a necesidades de eficiencia operativa tras la integración de las dos estructuras empresariales. También que se había intentado minimizar el impacto social. Sin embargo, fuentes del entorno laboral apuntan a que "la medida podría haber sido evitada con una mejor planificación".

El caso Masorange se suma a una larga lista de fusiones empresariales en las que las promesas iniciales de estabilidad laboral se diluyen con el paso del tiempo. Para muchos trabajadores, la fusión que prometía solidez y crecimiento se ha traducido, en la práctica, en incertidumbre y pérdida de empleo.

El sector de las telecomunicaciones anda revuelto

Telefónica presentó este miércoles unas pérdidas netas atribuidas de 1.304 millones de euros en el primer trimestre de 2025. La cifra contrasta con los 533 millones de beneficios logrados en el mismo periodo del año anterior. 

Este resultado negativo obedece, en gran medida, a un ajuste contable de 1.731 millones de euros derivado de la desinversión en sus filiales de Argentina y Perú. No obstante, este impacto fue parcialmente mitigado por los 427 millones de euros en beneficios provenientes de las operaciones que la empresa mantiene en funcionamiento.

Un hombre con traje y corbata hablando en un evento de economía en Barcelona.
Marc Murtra. | EP

La venta de la filial de Telefónica en Argentina generó un impacto negativo de aproximadamente 1.200 millones de euros.  Y la de la filial de Perú, un agujero en las cuentas cercano a los 500 millones de euros.

Telefónica ha asegurado que no descarta fusiones con otros grandes operadores europeos. Por lo pronto, su nuevo presidente, Marc Mutra, podría estudiar la compra de Vodafone al fondo británico Zegona. O la pequeña teleco Avatel. 

Por otra parte, la rumana Digi prosigue su camino en solitario. La operadora rumana ha experimentado un crecimiento notable en el mercado español de telecomunicaciones. Finetwork, por su parte, vive momentos de inestabilidad tras el cambio de su CEO. 

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