
Florentino Pérez 'se va de compras' por el mundo con ACS, mientras las evita en España
La constructora ACS se niega a pujar por la asturiana TSK tras lograr negocios en Malasia, Irlanda y pensar en Marruecos
La política de compras y adquisiciones de la constructora ACS se caracteriza desde hace un tiempo por una clara orientación hacia el crecimiento internacional. También por la simplificación de la estructura corporativa y por su firme apuesta por sectores estratégicos como infraestructuras, concesiones y transición energética.
Por eso, el gigante, presidido por el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, continúa reforzando su músculo internacional a golpe de adquisiciones estratégicas. Su foco está cada vez más definido en sectores de alto crecimiento, como el tecnológico y la infraestructura digital. Mientras la compañía despliega capital y ambición en Asia, Europa y América, se muestra cauta a la hora de realizar compras e inversiones en España.
La última muestra de esta estrategia dual se ha visto reflejada estos días al confirmarse que no pujará por la firma asturiana TSK. Esta está especializada en transición energética. La parte fiel a Florentino en ACS negó tajantemente la información publicada esta semana por un medio económico.

TSK podría estar valorada en torno a los 500 millones de euros, incluyendo unos 300 millones de deuda. La compañía asturiana busca un socio mayoritario que aporte capital y respalde su crecimiento en sectores alineados con las nuevas tendencias globales de descarbonización.
El atractivo estratégico del perfil de TSK ha despertado el interés de actores internacionales. Por ejemplo, Energy China, además de fondos soberanos de Oriente Medio, y constructoras estadounidenses. Pero ACS, sin embargo, ha preferido mantenerse al margen.
Compras de ACS en el mundo, lejos de casa
Lo que sí ha hecho ACS es mover ficha en otros puntos internacionales del mapa. En diciembre de 2024, cerró la adquisición de Maverick United Consulting Engineers. La firma, con sede en Malasia, está especializada en proyectos de infraestructura digital. Esta compra refuerza así su posición en los mercados emergentes.
Pero ya meses antes, en julio de 2024, ACS sorprendía con la compra del 100% de la irlandesa Dornan Engineering. Lo hacía a través de su filial estadounidense Turner. Dornan está especializada en ingeniería avanzada para sectores como los centros de datos y la biofarmacia; y emplea a unas 1.000 personas.
La operación tiene como trasfondo servir de plataforma para el desembarco de su filial americana Turner en Europa. Cabe recordar que Turner acaba de destronar a la alemana Hochtief como el principal negocio del grupo ACS.

Ambas adquisiciones comparten varios denominadores comunes: empresas extranjeras especializadas, con alta proyección en sectores estratégicos, y capaces de aportar capacidades complementarias al grupo constructor español.
Una política de adquisiciones medida de Florentino
Fuentes próximas al entorno empresarial de ACS señalan que esta política responde a una visión clara por parte de la cúpula que dirige Florentino Pérez. Esto pasa por diversificar riesgos o crecer en mercados donde la competencia es menos rígida. Así como por posicionarse en nichos tecnológicos que aseguren rentabilidad y contratos a largo plazo.
"La lógica actual de ACS no es comprar por comprar. El grupo ya no busca volumen, sino valor añadido. En España, ya tienen una posición dominante en muchas áreas", señalan fuentes del sector.
Pero ya han surgido las voces críticas dentro de la propia ACS. Por ejemplo, ante el deseo del consejero delegado del grupo, Juan Santamaría, de pujar por el contrato de Marruecos para el Mundial de Fútbol 2030.
Se trata de la construcción del mayor estadio del mundo con capacidad para 115.000 espectadores, con un presupuesto superior a los 300 millones de euros. La intención es que pudiera albergar la final del Mundial 2030. Un campeonato en el que el país alauita rivalizará con España en su organización y que competirá con el propio Estadio Santiago Bernabeú (de Florentino Pérez) para su cita decisiva.
El Grupo ACS pasa por por un buen momento de forma. Ha informado que en 2024 obtuvo un beneficio neto de 828 millones de euros, lo que representa un aumento del 6,1% respecto al ejercicio anterior. Este avance ha estado respaldado por el sólido rendimiento de sus distintas líneas de negocio, con especial protagonismo de su filial estadounidense Turner.
Además, el beneficio neto ordinario, que excluye elementos extraordinarios, ascendió a 684 millones de euros. Lo cual supone un incremento del 14% en comparación con 2023. Todo ello también refleja una mejora significativa en la actividad recurrente del grupo.
El freno doméstico: ¿estrategia o mensaje?
Quizá, el hecho de que ACS esté frenando su apetito comprador dentro del mercado español, incluso en sectores estratégicos como las renovables o la ingeniería energética, puede obedecer también a razones estructurales y políticas.
Dicen los expertos que "en España, los grandes grupos enfrentan un entorno regulatorio más complejo, una competencia más consolidada y márgenes que, en muchos casos, no compensan los riesgos".

Además, las compras internacionales permiten a ACS operar en economías con mayor crecimiento, condiciones fiscales más favorables y marcos normativos más flexibles. El atractivo geoestratégico de Asia o el dinamismo del norte de Europa resultan, hoy por hoy, más seductores que el mercado doméstico.
Eso sí, Florentino no descuida a España. Prueba de ello, según voces del sector de la construcción "es la constante presencia del ministro de Transportes del PSOE, Óscar Puente, en el palco del Santiago Bernabéu".
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