Escuadrones de la muerte rusos en España: asesinato de Kuzminov alerta a desertores.
El 13 de febrero, sicarios atacaron al piloto moscovita tras ser considerado traidor por el Kremlin.
El asesinato del piloto ruso Maxim Kuzminov el pasado 13 de febrero en una urbanización de Villajoyosa ha hecho saltar las alarmas de los desertores rusos a quienes el Kremlin considera traidores. Kuzminov desertó el pasado agosto para entregarse al ejército ucraniano con el helicóptero que pilotaba.
Para Rusia, Kuzminov se había convertido en enemigo público y lo consideraban un traidor. El motivo, obtener información esencial sobre la tecnología militar rusa. Por su parte, Ucrania lo trató como un ‘héroe’ que había huido de la represión rusa poniendo su vida en juego y le ofreció protección, una identidad falsa y unos 500.000 euros.
Fue en octubre cuando Kuzminov abandonó Ucrania y se dirigió a Villajoyosa, donde se instaló en la novena planta de un edificio situado a diez minutos de la playa. No obstante, la elección no fue del todo acertada. El municipio alicantino es una base de operaciones de miembros del crimen organizado ruso, algunos de los cuales mantienen relación con los servicios de inteligencia del Kremlin.
El pasado 13 de febrero Kuzminov aparcó su coche en el aparcamiento de su edificio, donde le estaban esperando dos individuos en un Hyundai Tucson blanco. Cuando Kuzminov iba hacia los ascensores, estos dos individuos le dispararon en seis ocasiones. Kuzminov logró correr cierta distancia antes de desplomarse. Los dos asesinos le pasaron por encima con el coche para asegurar el éxito del encargo. Finalmente el coche, calcinado, fue localizado en la localidad alicantina de El Campello.
Pese a que no se ha confirmado la autoría del asesinato, las circunstancias y el contexto en el que falleció Kuzminov apuntan al Kremlin. En ningún momento Rusia ocultó su deseo de ver muerto a Kuzminov, de hecho, el propio representante de los servicios secretos rusos expresó su parecer sobre el suceso diciendo que un perro muere como un perro.
Es indudable que la guerra entre Rusia y Ucrania ha traspasado las fronteras. Los servicios de inteligencia españoles son conocedores de la presencia de agentes hostiles extranjeros destinados a controlar a posibles opositores. Por este motivo se piensa que el Kremlin podría estar detrás de este crimen. En 2019 se vinculó al Kremlin con el asesinato de un excomandante rebelde checheno en Berlín y en 2018 con el intento de envenenamiento del exagente de inteligencia militar ruso Sergei Skripal en Inglaterra.
Desertores rusos asilados en España
Actualmente en España hay unos 200 desertores rusos que tratan de ocultarse de la inteligencia del Kremlin, pero tras el asesinato de Kuzmino el temor de ser encontrados y asesinados se ha reavivado. De estas 200 personas al menos media docena están o han estado incluidas en las listas negras que elabora el Kremlin.
Este miedo nace de los conocidos 'escuadrones de la muerte', cuyo nombre hace referencia a las bandas paramilitares organizadas por regímenes dictatoriales o militares. Concretamente, en el caso de Rusia y Ucrania se trata de los mercenarios del Grupo Wagner —cuyo líder era Yevgueni Prigozhin— que fueron aliados del Kremlin en la invasión a Ucrania. El Grupo Wagner es un ejército privado de mercenarios que presuntamente podría ordenar los asesinatos de desertores rusos en todo el mundo.
Poco después de iniciarse la invasión rusa en abril de 2022, se hallaron los cadáveres de Sergey Protosenya, de su hija y de su mujer en Lloret de Mar (Girona). Protosenya era un ruso multimillonario, vicepresidente de la reconocida empresa de gas rusa Novotek. Cabe recordar que tras el inicio de la guerra se estipularon sanciones europeas sobre el gas y el petróleo ruso. Paralelamente, tuvieron lugar tres misteriosos fallecimientos de ejecutivos de empresas rusas de gas y sus familias vinculados al círculo íntimo de Vladimir Putin.
La principal hipótesis de los Mossos fue que Protosenya había cometido un crimen relacionado con la violencia de género en el que asesinó a su mujer y su hija con un arma blanca y posteriormente se ahorcó. Sin embargo, el escenario era muy similar al de otros ejecutivos rusos que fallecieron en las mismas fechas. En las armas del crimen no se encontraron huellas de Protosenya y varios medios eslavos y ucranianos atribuyeron las muertes a un directivo del Servicio Federal de Seguridad ruso (FSB), con la aprobación del Kremlin.
Uno de los desertores rusos que llegó a Madrid solicitando asilo político fue el ruso de 27 años Nikita Chibrin, quien perteneció a una unidad de la infame Brigada Motorizada de Fusileros número 64, acusada de cometer crímenes de guerra y a la que se atribuyó la masacre de Bucha. Sin embargo, Chibrin aseguró que no disparó ninguna bala cuando estuvo en el campo de batalla. Chibrin desertó de su unidad militar en junio de 2022 y huyó de Rusia.
Pese a llegar a España sin visado en noviembre de 2022, las autoridades españolas autorizaron su entrada en la península y se estableció temporalmente en Madrid. Posteriormente fue trasladado a un lugar secreto y obtuvo el permiso de residencia y empleo.
El abogado Anatoli Fursov es una de las caras visibles de la lucha contra Putin y su nombre está incluido en varias listas negras del Kremlin. Actualmente vive en el norte de España tratando de protegerse del Kremlin. Cuando Rusia supo que estaba en España le acusó de varios homicidios, aunque se sospechó que lo hacían para ocultar una persecución política, ya que Fursov es uno de los principales enemigos del Kremlin. Por ello, pidió asilo en España en octubre de 2023 para no ser extraditado.
En febrero de este año un exagente del Ministerio del Interior ruso llamado Stanislav llegó a España procedente de Dubai y solicitó asilo en España. Stanislav señaló que había que tenido que huir de Rusia debido a las amenazas de tortura y por miedo a ser asesinado. Asimismo, señaló que sentía temor por tener que servir como oficial en la guerra.
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