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Hombre de traje azul posando frente a un estante con productos de la marca Fini y el logo de la empresa en la pared.
INVESTIGACIÓN

Quiénes son los dueños del imperio de las golosinas: La murciana Fini crece en América

La compañía de chucherías fundada en 1971 en Murcia se ha instalado en México y quiere duplicar su tamaño en solo 3 años

La empresa española Fini Golosinas, reconocida por sus coloridas y populares chucherías, ha trazado una ambiciosa hoja de ruta para los próximos años. Su intención es duplicar su tamaño global antes de 2028. Una pieza clave de este plan será la apertura de una nueva planta de producción en México, consolidando su apuesta por América Latina como motor de crecimiento.

Desde su fundación en 1971 en Molina de Segura (Murcia), Fini ha pasado de ser una empresa familiar a convertirse en uno de los principales fabricantes de golosinas en Europa. Con presencia en más de 80 países y una fábrica en Brasil que abastece al mercado sudamericano, la compañía se ha hecho grande. 

Ahora, con los ojos puestos en América del Norte y Centroamérica, la apertura de una planta en territorio mexicano representa un paso estratégico para mejorar tiempos de entrega. También quieren reducir costes logísticos y competir con mayor fuerza en una región donde el consumo de golosinas no deja de crecer.

Un hombre de pie con los brazos cruzados frente a una pared de vidrio y un fondo colorido.
Antonio Andrés Sánchez Bernal. | EP

La empresa fundada hace casi 45 años por Manuel Sánchez Cano está controlada por su hijo, Antonio Andrés Sánchez Bernal. Desde finales de 2023 la dirige el CEO José María Alcolea.

La intención es seguir creciendo gracias a la generación Z, la generación Alfa y los millenials. Para ello ha creado una golosina inspirada en un dulce japonés, el mochi. 

También ha llegado a un acuerdo con la firma riojana Victoria para lanzar unas zapatillas inspiradas en sus coloridas golosinas. Tiempo atrás ya creó una línea de ropa con el diseñador Mariano García. 

México: un paso natural

Elegir México no es casualidad. Se trata de un país con gran potencial de consumo interno y acceso preferencial a mercados como Estados Unidos y Canadá. Su ubicación geográfica es ideal para convertirse en centro logístico regional. Además, Fini ya cuenta con una presencia comercial sólida en el país, lo que facilitará el salto a la producción local.

La futura planta, cuya apertura está prevista para finales de 2026, tendrá una superficie inicial de unos 15.000 metros cuadrados. Y generará más de 300 empleos directos y cientos de indirectos relacionados con logística, distribución y materias primas.

Objetivos claros: duplicar tamaño en tres años

El gran reto para Fini no es solo abrir una nueva planta, sino duplicar su volumen de negocio en apenas tres años. Para lograrlo, quiere incrementar ventas en toda América Latina y reducir costes operativos mediante producción local. También aumentar la visibilidad de marca en mercados clave como México, Colombia, Perú y Centroamérica. Para ello, innovará en productos adaptados al gusto regional, incluyendo sabores tropicales, formatos económicos y empaques más sostenibles.

Fini también quiere conectar mejor con los consumidores latinoamericanos, especialmente con los más jóvenes. Para ello, apostará por campañas de marketing digital. Firmará colaboraciones con influencers y promociones con licencias reconocidas (como personajes animados o franquicias de entretenimiento).

La compañía prevé que la producción local no solo permitirá una personalización de sus productos,  también una distribución más ágil. Se eliminarán los largos tiempos de espera de productos importados desde Brasil o Europa.

Desafíos ante el creciente control sobre el azúcar

Aunque el mercado de golosinas sigue siendo dinámico y con alta demanda, Fini no ignora una de las principales preocupaciones actuales. Es el aumento de la regulación y la sensibilidad social respecto al consumo de azúcar, sobre todo en productos dirigidos a menores. En varios países de América Latina ya se han implementado etiquetados frontales de advertencia (como los sellos negros en México, Chile y Perú). Y las campañas de salud pública han comenzado a influir en las decisiones de compra de las familias.

Una tienda moderna y luminosa con estantes llenos de productos coloridos y un letrero que dice
Tienda de Fini. | EP

Ante este escenario, Fini está adaptando su estrategia. La empresa trabaja en el desarrollo de líneas con menor contenido de azúcar. Y en versiones sin azúcar o con edulcorantes naturales, como el stevia, para satisfacer las demandas del mercado y las exigencias regulatorias.

Por otro lado, se compromete a mejorar la información nutricional de sus productos y fomentar un consumo moderado y responsable. Este enfoque no solo responde a las tendencias sanitarias, también se presenta como una oportunidad para innovar y diversificar su portafolio.

La nueva planta mexicana incorporará tecnología de última generación para reducir el consumo energético y las emisiones de CO₂. Así como sistemas para la reutilización del agua y el uso de materiales reciclables en sus envases. Además, Fini pondrá en marcha programas de formación técnica y empleo local, contribuyendo al desarrollo de la comunidad donde se instale.

Con esta apuesta por México y el mercado latinoamericano, Fini Golosinas busca consolidarse como uno de los referentes globales en el mundo de las golosinas. 

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