
Diana Morant, la ministra 'atrapada': La supuesta trama del PSOE afecta a la ciencia
La valenciana, ingeniera de formación y política de confianza de Pedro Sánchez, amplía ahora su influencia en el partido
La ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant, ha reaccionado con dureza a la reciente trama de corrupción que sacude al PSOE. En sus declaraciones, Morant ha calificado de "sinvergüenzas" a los implicados en el conocido como 'caso Koldo' y ha asegurado sentirse "asustada y defraudada".
"No se puede permitir que tres personas manchen la trayectoria y el trabajo honesto de miles de militantes socialistas", ha afirmado. En plena tormenta interna, la ministra ha reclamado contundencia al partido y ha subrayado su desvínculo con los protagonistas de la trama. Morant ha insistido en que el PSOE debe actuar con firmeza y transparencia, sin esperar a sentencias judiciales para depurar responsabilidades.
Estas declaraciones llegan en un momento clave para la carrera política de Diana Morant. Una figura en ascenso dentro del PSOE que asumió recientemente la Secretaría General del partido en la Comunidad Valenciana.
Es ingeniera de formación, con experiencia en la gestión municipal y reconocida por su perfil técnico y su capacidad de comunicación. Ahora, Morant se encuentra en el foco mediático y político por su posición en el Gobierno y su papel dentro del partido.

Nacida en Gandía (Valencia) el 25 de junio de 1980, Diana Morant Ripoll creció en una familia valenciana alejada de los focos políticos. Cursó la enseñanza primaria en el colegio religioso Abat Solà y posteriormente completó el Bachillerato en el instituto María Enríquez.
Desde joven mostró interés por las ciencias y la tecnología, lo que la llevó a licenciarse en Ingeniería de Telecomunicaciones por la Universidad Politécnica de Valencia en 2007. Tras su formación universitaria, trabajó en el sector privado durante tres años, centrada en proyectos de investigación y desarrollo.
Su entrada en la política se produjo en 2011, cuando fue invitada por el PSPV-PSOE a integrarse en la lista para las elecciones en Gandía. Fue elegida concejala y, cuatro años más tarde, en 2015, encabezó la candidatura socialista a la alcaldía. Con el respaldo del ‘Pacte del Serpis’, formó un gobierno pluripartito y se convirtió en alcaldesa de Gandía.
Durante su mandato, la ciudad logró hitos como ser designada Capital Cultural Valenciana en 2017. Revalidó el cargo en 2019 con un segundo mandato al frente del consistorio.
El ascenso de Diana Morant al Gobierno
En julio de 2021, el presidente Sánchez la incorporó a su equipo ministerial como ministra de Ciencia e Innovación, en sustitución del astronauta Pedro Duque. Su llegada al Consejo de Ministros fue valorada como una apuesta por un perfil joven, preparado y con experiencia de gestión.
En noviembre de 2023, tras la renovación del Ejecutivo, Morant mantuvo su cartera y asumió también la de Universidades, consolidando su peso dentro del Gobierno.
Desde su llegada al Ministerio, Morant ha impulsado diversas iniciativas relacionadas con la investigación y el desarrollo científico. Entre ellas destacan la promoción de la vacuna española Hipra contra la COVID-19 o la reforma de la Ley de la Ciencia para mejorar las condiciones laborales del personal investigador. También destaca la atracción de fondos europeos Next Generation para el sistema de I+D+i.

Asimismo, ha apoyado activamente los programas espaciales europeos y la participación de españoles en misiones de la Agencia Espacial Europea.
Además, ha trabajado por reforzar la equidad en el acceso a la universidad e impulsar la digitalización de las instituciones de educación superior. Su discurso ha hecho hincapié en la ciencia como herramienta de cohesión social y progreso económico.
El liderazgo del PSPV-PSOE y la situación interna
En marzo de 2024, Morant dio un paso más en su trayectoria política al ser elegida secretaria general del PSPV-PSOE, convirtiéndose en la primera mujer en liderar la federación socialista valenciana. Este nuevo cargo le otorga una posición clave dentro del partido. Especialmente en un momento en que el PSOE busca recuperar la confianza de su base social tras las convulsiones generadas por los casos de corrupción.
En paralelo a su gestión ministerial, Morant ha tenido que afrontar la polémica surgida en torno al Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), un organismo público adscrito a su ministerio. La dirección del centro, encabezada por María Blasco, fue acusada de percibir retribuciones superiores a las estipuladas. También de destinar fondos a proyectos para nada vinculados a la investigación científica.

Morant ha defendido que el CNIO es un ente autónomo y que su ministerio no forma parte de su patronato. Sin embargo, la oposición y diversos sectores continúan exigiendo explicaciones y mayor transparencia.
El caso ha generado inquietud en el ámbito científico, donde reclaman mayor supervisión en el uso de fondos públicos destinados a la investigación. La ministra ha anunciado medidas de revisión y mejora de los mecanismos de control para garantizar que los recursos públicos se gestionen de forma íntegra.
Una vida personal discreta
En su vida personal, Diana Morant mantiene un perfil discreto. Se sabe que es la mayor de dos hermanas y que reside entre Madrid y Valencia, dependiendo de sus obligaciones políticas. Aunque no ha hecho pública su relación sentimental, se ha mencionado en ocasiones que mantiene una pareja estable alejada del mundo político. Su carácter cercano y su capacidad de comunicación han sido valorados tanto en el ámbito local como nacional.
Fuentes próximas la describen como una persona meticulosa, trabajadora y con un fuerte compromiso social. Ha defendido la importancia de fomentar vocaciones científicas entre las mujeres y ha promovido campañas de divulgación orientadas a acercar la ciencia a la ciudadanía.
¿Renovación o continuidad? El futuro de Morant en el PSOE
La ministra ha sabido proyectar una imagen de gestora leal, tanto en el Ayuntamiento de Gandía como en su paso por el Gobierno central. Su discurso contra la corrupción y su exigencia de depurar responsabilidades dentro del PSOE han sido interpretados como un intento de marcar distancias con una época anterior del partido, y de reforzar su perfil de dirigente renovadora.
La crisis actual podría convertirse en una oportunidad para consolidar su liderazgo o, por el contrario, en un obstáculo si no logra gestionar adecuadamente los desafíos que plantea.
Diana Morant se encuentra en una encrucijada. Debe demostrar que puede mantener la coherencia entre su discurso ético y su gestión, y que su compromiso con la transparencia no es solo una declaración de intenciones.

El desenlace del escándalo en el CNIO, así como su capacidad para contribuir a la regeneración interna del PSOE, serán determinantes para su futuro político.
En un contexto de creciente desafección ciudadana y de exigencia de ejemplaridad en los cargos públicos, la figura de Morant se convierte en un barómetro de la capacidad del PSOE para renovarse desde dentro y recuperar la credibilidad perdida.
Sus próximos pasos serán observados con atención tanto por la militancia como por la opinión pública. La forma en que afronte los retos actuales marcará no solo su porvenir, sino también el rumbo de una parte esencial del socialismo español.
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