Antonio Moncayo, localizado tras 20 años huido voluntariamente por la Guardia Civil
La Jefatura de Bizkaia afirma que Antonio Moncayo vivía con una familia de feriantes en Caparroso desde 2007
La Guardia Civil de Bizkaia ha emitido un comunicado en relación a la desaparición en 2004 en Bilbao y el hallazgo en 2024 de Antonio Moncayo en un pueblo de Navarra. En un primer momento, la hija de Antonio, Begoña, señaló que el 20 de marzo la Policía Nacional contactó con ella para decirle que habían encontrado a su padre.
Sin embargo, ahora la Guardia Civil de Bizkaia ha confirmado –a través de unos informes a los que ha tenido acceso elcierredigital.com– que Antonio Moncayo fue localizado en el marco de la investigación ‘Desbizka’ realizada por la Benemérita. En este comunicado Guardia Civil resalta que “la denuncia de desaparicio?n fue presentada en dependencias de la Guardia Civil en Barakaldo (Bizkaia) en el an?o 2009, en ella se informaba que el u?ltimo contacto con el desaparecido se produjo el 1 de enero del 2003, que pudiera vivir en la calle en el barrio de Zorrotza de la capital vizcai?na y que teni?a diversos problemas me?dicos y econo?micos”.
La Guardia Civil trató de dar con Antonio Moncayo en este último domicilio, pero no hubo éxito. De acuerdo con el Protocolo de Actuación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad ante Casos de Personas Desaparecidas por el Centro Nacional de Desaparecidos (CNDES), la Guardia Civil procedió a la toma de ADN de uno de sus hijos a finales de 2023, dando resultado negativo. Tampoco en el registro civil figuraba certificado de fallecimiento alguno, ni empadronamiento de Antonio en ningún ayuntamiento.
Sin embargo, los investigadores de la Benemérita localizaron una cuenta corriente en uso en una sucursal de un banco en Caparroso (Navarra), en la que se seguía ingresando la pensión de la persona desaparecida, comprobando que se extraía la misma en efectivo en dos veces al inicio de cada mes. Como consecuencia, los guardias civiles de Bizkaia se desplazaron a esa localidad, con el fin de localizar a la persona que realizó estas extracciones. Finalmente, el pasado 19 de marzo se encontró a Antonio Moncayo residiendo en Caparroso en perfecto estado de salud.
En el comunicado, la Guardia Civil observa que “se le comunicó a Antonio que constaba de una denuncia por desaparición y si deseaba facilitar los datos de su paradero o de contacto a la familia que denunció su desaparición. El desaparecido informó de que, aunque no tenía teléfono, podían contactar con un conviviente o llegado el caso, ir a visitarlo. Aclaró que residía con una familia de feriantes, y que desde el año 2007 viajaba con ellos de feria en feria. Al tratarse de una desaparición voluntaria de una persona mayor de edad, las investigaciones están orientadas únicamente a su localización”.
El reencuentro de Antonio con su hija Begoña
Finalmente, fue la Guardia Civil quien notificó de la aparición de Antonio Moncayo a su hermana. Sin embargo, en caso de que Antonio no hubiese querido contactar con su familia, esta solo podrían haber sido informados de la localización. Debido a que Antonio le dijo a la Guardia Civil que su familia podía contactar con un conviviente o ir a visitarlo, el pasado 21 de marzo su hija Begoña se reencontró con él.
En una conversación con elcierredigital.com, su hija Begoña señalaba “el 20 de marzo ya pude hablar con él por teléfono, me dijo que estaba en shock y que no se creía que llevara tanto tiempo buscándole. Le he visto con la misma alegría que tenía siempre y estoy impaciente por darle un abrazo y disfrutar de la vida juntos”.
“El caso de mi padre confirma que siempre hay que mantener la esperanza. Sin vuestra ayuda y la de SOS Desaparecidos esta historia no hubiese sido posible. Me gustaría decirle a todas las personas que tienen desaparecidos que nunca dejen de luchar por lo que ellos quieren y que no se rindan. Aunque a veces no es así, el final feliz puede llegar y yo, después de 20 años, puedo decir que mi final es feliz”, concluía Begoña.
La desaparición narrada por su hija Begoña
La desaparición de Antonio ocurrió en un contexto complicado. Días antes se enteró de que su mejor amigo había fallecido, acudió a su entierro y desde aquel momento no se volvió a saber nada de él. Antonio sufría depresión y abandonó la casa de su hermana para ponerse a vivir en la calle. Conoció a un hombre con el que compartía los cartones, pero de un día para otro no le volvieron a ver.
En septiembre de 2022 Begoña explicaba a elcierredigital.com que su madre “puso una denuncia de desaparición en 2004, pero nadie le hizo caso. Mis padres en aquel entonces estaban separados, yo me fui a vivir a Reinosa con mi madre pero mantuve el contacto con él, un día me presenté en Bilbao para ir a verle y ya había desaparecido”. La familia confiaba en que con el paso de los años Antonio apareciese, pero eso nunca ocurrió”.
“Yo desconocía que había estado en casa de su hermana hasta que activé la denuncia y empecé a contactar con gente. Busqué su nombre y sus apellidos y me salió que tenía una denuncia por venta ambulante de juguetes. La denuncia de venta ambulante apareció en el BOE, también ponía que no le habían encontrado para notificarlo”, explicó Begoña.
Begoña aclaraba: “Me dijeron que no se podía activar la búsqueda a menos que pidiese unos justificantes del certificado de no defunción para demostrar que no aparecía entre los fallecidos. El 7 de julio fui al juzgado de Osuna y pedí un certificado de registro de esa zona para demostrar que mi padre no había fallecido. También pedí otro certificado en los juzgados de Bilbao porque sino no me activaban la denuncia”.
“El 14 de julio fui con los dos certificados al cuartel de la Guardia Civil de Reinosa para activar la denuncia, se puso en contacto SOS Desaparecidos conmigo para hacer el cartel y me comentaron que habían estado hablando con la Ertaintza de Bilbao para hacerme las pruebas de ADN”, señalaba Begoña.
Fue en diciembre de 2023 cuando según Begoña la Policía Nacional acudió a casa de la tía de Begoña preguntando si podían realizar las pruebas de ADN. Finalmente las pruebas fueron realizadas al hermano de Begoña. En esa conversación las autoridades le comentaron que Antonio había renovado su DNI en 2013, pero que se habían personado en la dirección registrada y que no estaba allí. Pese a todas estas situaciones Begoña nunca perdió la esperanza y el caso de su padre acaba hoy con un final feliz, un inesperado reencuentro después de 20 años.
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