26 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

Su última aparición pública fue en Ginebra, como informó en exclusiva El Cierre Digital, y ahora se le volverá a ver en el funeral de Isabel II

La primera operación para 'Salvar al Rey' Juan Carlos I: Espías, cacerías y bailes eróticos recuperados por el CESID

El Cierre Digital en Juan Carlos I en su última aparición pública en Ginebra.
Juan Carlos I en su última aparición pública en Ginebra. / Foto: Elcierredigital.com
El estreno de HBO de "Salvar al Rey" ha desatado la polémica. Con más de cincuenta testimonios y documentos inéditos, la figura de Don Juan Carlos ha vuelto a saltar al foco mediático. La pretensión de la docuserie ha sido destapar la maquinaria que durante 39 años de reinado ha sido la encargada de salvaguardar la figura del rey Emérito a pesar de los constantes escándalos que han salpicado a la Corona española. Una de ellas es la operación Andoval, en la Rumanía del temido Ceaușescu.

“Salvar al rey” ha sido una de las sorpresas televisivas de esta temporada. HBO anunciaba el estreno de la producción el nueve de septiembre y casualidades de la vida, ha sucedido un día después del fallecimiento de la reina Isabel II. Cariñosamente, “tía Lilibeth” para la Casa Real española.

El rey Emérito ha vuelto a saltar al foco mediático y no solo por el estreno de la serie, sino porque a raíz del fallecimiento de la reina Isabel II, la Familia Real Británica ha invitado de manera formal a don Juan Carlos para que asista al funeral de Estado que tendrá lugar el 19 de septiembre en la Abadía de Westminster. Ante la duda sobre la asistencia del Emérito a las exequias de la reina, finalmente don Juan Carlos ha optado por confirmar que acudirá junto a la reina doña Sofía, además de los reyes, don Felipe y doña Letizia, al último adiós a la soberana británica.

El Emérito se desplazará hasta la capital británica donde pasó largas temporadas junto a una de sus polémicas amantes, la empresaria Corinna Larsen. Una historia que se trata a fondo en la docuserie. La producción prometía arrojar luz sobre una de las figuras trascendentales de la monarquía española. Y lo ha conseguido. A lo largo de la serie, se desgrana la figura de don Juan Carlos y junto a la colaboración de más de cincuenta testimonios –entre los que figura el de Juan Luis Galiacho, director de elcierredigital.com– se ahonda en los secretos más íntimos del que fue el monarca de la Transición. 

Su relación con el dinero, los affaires amorosos que mantuvo durante su reinado o su relación con el general Francisco Franco, son algunas de los asuntos que aborda el documental. Sin embargo, detrás de los focos había un claro objetivo: sacar a la luz la maquinaria que ha intentado proteger la imagen del monarca a pesar de los escándalos que han puesto en jaque el prestigio de la Monarquía española.

Don Juan Carlos y Ceaușescu, la amistad entre el príncipe y el dictador

Las grabaciones que realizó el excomisario Villarejo a la empresaria Corinna Larsen no dejaron títere con cabeza. No es de extrañar, ya que la examante del rey Emérito incluso llegó a compararle con el dictador rumano, Nicolae Ceaușescu . 

"A Juan Carlos le obsesionan el oro, los diamantes y los relojes, es como Ceaușescu”. Estas fueron las palabras con las que la alemana se refirió a don Juan Carlos, aunque también relató que una vez le hizo una comparativa de manera irónica con el tirano, lo que sacó de quicio al rey Emérito, según su testimonio. Un enfado que no es entendible si tenemos en cuenta que ambos líderes tuvieron una estrecha relación años atrás

Las verdaderas relaciones de Juan Carlos I y Ceaucescu | El Cierre Digital

Don Juan Carlos y Nicolae Ceaușescu.

La relación entre Rumanía y España no comenzó en la Transición Española, sino durante la dictadura franquista, momento en el que se asentó una conexión meramente comercial. Fue en 1971 cuando el entonces príncipe don Juan Carlos y el líder comunista, Nicolae Ceaușescu tuvieron su primer encuentro. Con motivo del aniversario del Imperio Persa y el cumpleaños de la tercera esposa del sha Mohammad Reza Pahlaví de Irán, Farah Diba, Persépolis se vistió de gala y acogió a gran parte de la realeza mundial en un multitudinario evento. 

No hay que olvidar que el régimen franquista estaba en la recta final y por aquel entonces, el líder comunista, Santiago Carrillo, tenía una grata relación con el dictador. Un hecho que aprovechó don Juan Carlos en 1975 para que de alguna manera, Ceaușescu intercediera para garantizar la paciencia de Santiago Carrillo durante la Transición. El rey lo tuvo claro y envío a uno de sus hombres de confianza, Manuel Prado y Colón de Carvajal, para entrevistarse con el líder rumano. Consiguió una respuesta firme: “Carrillo no moverá un dedo hasta que seáis rey”. 

Ceaușescu y Santiago Carrillo - Archivos de la Historia | Tu página de  divulgación

Santiago Carrillo y Nicolae Ceaușescu.

Años mas tarde, sería don Juan Carlos quien se desplazaría hasta el país de los Cárpatos y su íntimo amigo, el escritor Jose Luis Vilallonga lo plasmaría en su novela El Rey, donde relató el encuentro al más puro estilo de trama de espías. “Lo encerraron durante dos días en una especie de entresuelo, donde sólo entraba luz a través de un ventanuco con un par de barrotes”.

Operación Andoval: espías, cacerías y bailes eróticos

Décadas más tarde, la caída de Ceaușescu comenzó a generar inquietud entre altos mandos políticos y  jefes de estado, pues era de sobra conocido que el líder rumano era aficionado a grabar vídeos de alto contenido erótico durante las visitas oficiales. La Securitate, el servicio de inteligencia rumano, tenía en su poder dichas cintas. Fue Emilio Alonso Manglano, al frente del CESID, hoy CNI, quien  envió al país a un curioso personaje del mundo del espionaje en España Juan Alberto Perote, que entonces era el jefe de operaciones del CESID. El objetivo estaba claro: conseguir aquellas cintas que podían comprometer a altos cargos españoles. 

Fallece Emilio Alonso Manglano, director del CESID durante 14 años

Emilio Alonso Manglano.

Como si de una película de James Bond se tratara, Perote se encargó de enviar a cuatro personas hasta Rumanía, dos hombres, guardias civiles, y dos mujeres. Uno de ellos confesó años más tarde que ““En mayo de 1990 participé en Washington en un intercambio de información entre el CESID y el FBI y, al regresar a Madrid, tuve que salir zumbando para Rumanía. Manglano me quería allí para dirigir sobre el terreno la Operación Andóval, consistente en el doble de un agente de Securitate, el servicio externo del depuesto régimen comunista”.

"[…] Las guerras de poder entre anticomunistas y neocomunistas seguían en pie. En realidad, no se sabía quién de ellos había dirigido el golpe ni quién mandaba. Los ajustes de cuentas, las tradiciones y las delaciones estaban a la orden del día. En medio de todo ello seguían los de siempre, la temible Securitate. Uno de sus oficiales, al que llamábamos Andóval, venía siendo desde hacía tiempo el objetivo de nuestra misión".

Portada de la revista "Tiempo".

"Nuestro hombre del CESID en la Embajada de España había contactado con él en plena revolución e intentaba doblarle. Andóval estaba en condiciones de ofrecernos la red de espías y confidentes del Este que tanto en España como en otros países aliados se acababan de quedar huérfanos. A cambio, nos pedía algo muy simple: dinero para comprarse un Mercedes en Austria. Aquel hombre se convertía también en la llave para llegar a otros compañeros suyos dispuestos a entrar en ese mercadeo”.

Sin embargo, la operación que Perote narra casi como un paseo en barca y sin especiales riesgos, pronto encontraría dificultades: "Tres equipos completos [de la AOME] entraron en Rumanía en coche y por diferentes fronteras. Yo, como en otras ocasiones, llegué en avión y con pasaporte diplomático con el fin de introducir con más facilidad el material técnico que mis hombres iban a necesitar".

"Nuestros puntos de contacto eran la media docena de iglesias coptas que hay en Bucarest. Debido a que el número de agentes desplegados era importante, nos reuníamos en pequeños grupos en cualquiera de ella, camuflados entre los turistas que la visitaban. Cada punto de contacto estaba identificado con un número y una hora. En el primero de ellos entregué el material al jefe del Grupo y éste me dio novedades".

"Desde ese momento, Andóval se convirtió en el hombre más espiado de Rumanía. No sólo vigilábamos sus movimientos, sino que además intentábamos garantizar que no fuera seguido por sus propios compañeros. Sus entradas y salidas del trabajo, sus vecinos, su familia, sus amigos, su coche, un destartalado Renault 12 azul y su propio domicilio, fueron objeto del más minucioso examen. Sólo nos faltó entrar en la Seguritate”.

No les hizo falta esa excursión al corazón de los servicios secretos rumanos ya que Andóval les hizo entrega de la información que buscaban previo pago de su importe, siempre según Perote, que, además, filmó la entrega para evitar cambios de decisión futuros o traiciones de Andóval. Sin embargo, algo debió suceder en esos trepidantes días ya que la excursión de Perote acabó en la portada de la revista Tiempo que entonces dirigía José Oneto.

Pepe Oneto, ni más ni menos que un periodista. Por Casimiro García-Abadillo

José Oneto.

Según afirma Fernando Rueda en su libro La Casa lo que ocurrió es que los jóvenes de la troup de Perote intentaron camelarse a periodistas desplazados a Bucarest que, con la excusa de las elecciones, en realidad buscaban la filmoteca X de Ceaușescu.

Fue Alfonso Chinchilla, secretario de la embajada española, quien invitó a Perote y sus jóvenes acompañantes a una fiesta en su casa tras llamar la atención de los periodistas bailando de forma erótica una canción de moda de la época "La Lambada". Siguiendo el relato de Rueda, los periodistas descubrieron pronto la torpeza de los acompañantes de Perote y sospecharon rápidamente de ellos. Finalmente, el viaje de los enviados del CESID acabó en la portada del citado semanario del Grupo Zeta bajo el título Altos cargos chantajeados por sus orgías. El antetítulo también era especialmente gráfico: “Un comando del CESID intenta recuperar vídeos comprometedores en el Este”.

La versión de Perote varía con respecto a la de Fernando Rueda. Según él, ya habían conseguido la información sensible gracias a Andóval y el 24 de mayo, efectivamente, Chinchilla les invitó a una fiesta con periodistas destacados en la capital rumana para cubrir las primeras elecciones tras la larga dictadura. Perote afirma que ni hubo baile sensual ni mucho menos intentos de seducción por parte de sus chicos para conseguir información. Según Perote, Chinchilla informó a los periodistas de quién era él y el corresponsal de Tiempo le preguntó que si era verdad que estaba en la ciudad buscando los vídeos porno de Ceaușescu y si era cierto que entre los personajes grabados se encontraba Santiago Carrillo. Perote se lo confirmó al periodista y la información acabó en portada para cabreo de Perote, Alonso Manglano, Carrillo y otros altos e importantes personajes del poder a los que se apuntaba como involuntarios protagonistas de videoclips de alta temperatura.

Un territorio, la Rumanía de Ceaușescu en la que tanto Juan Carlos I como los nombres del poder en España se movieron como pez en el agua al menos durante un tiempo en el que iban de cacería y a hacer negocios.

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