20 de junio de 2024
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FIN DE SEMANA

Francia vive un nuevo episodio de terror, después de que las facciones ultras del Olympique amenazaran de muerte a su presidente y entrenador

Los ultras, la gran lacra del fútbol: De las amenazas de muerte del Marsella a los líderes radicales en España

Ultras del Marsella
Ultras del Marsella
Los últimos episodios en Marsella reavivan una llama que Francia no está sabiendo contener. La inestabilidad en el club de la costa azul lleva años creando tensión entre la institución y su hincada más radical. La gota que ha colmado el vaso han sido los episodios vividos este lunes. Pablo Longoria, presidente del club, se reunió con los ultras para calmar las aguas y los radicales le amenazaron de muerte. Su dimisión y la de Marcelino están en el aire.

El fútbol ha dado cabida, sin saber muy bien porqué, a numerosas conductas y comportamientos propios de individuos incivilizados. Quizás no ha sido el fútbol, pero sí se ha utilizado como pretexto para realizar actos violentos, proferir amenazas y cometer delitos.

Este deporte sigue acogiendo a ultras entre sus aficionados y continúa otorgándoles espacios dentro de los estadios. Estos grupos llevan por bandera el amor hacia una institución deportiva y, al mismo tiempo, son capaces de presionar, coaccionar y amenazar a los profesionales que trabajan en dicha institución.

Ultras del Eintrach, el pasado mes de marzo, en Nápoles.

El regreso de la Champions League al panorama internacional trae consigo los desplazamientos de hinchadas a cualquier punto de la geografía europea. Unos hinchas entre los que se camuflan grupos ultras que emplean el fútbol como pretexto.

La pasada noche una marea inglesa aterrizaba en Milán. Los aficionados del Newcastle viajaron a la ciudad lombarda para disfrutar del regreso de su equipo a competiciones europeas tras más de 20 años fuera. Sin embargo, en la madrugada un hincha inglés tuvo que ser trasladado al hospital tras recibir tres puñaladas por parte un grupo de ultras milaneses.

Un suceso que no es algo aislado, ya que responde al escándalo que rodea a la ciudad de Marsella y a su equipo. En la mañana del martes saltaba la noticia de que Marcelino García Toral, entrenador del Olympique de Marsella, presentaba su dimisión tras dos meses en el cargo y después de recibir amenazas por parte de la facción ultra.

Marsella, foco del poder ultra

El pasado 24 de junio, el técnico español era presentado como nuevo entrenador del Olympique de Marsella. El cuadro marsellés es un histórico del fútbol galo, de hecho, es el único que ostenta un título europeo. Sin embargo, lleva más de una década sin celebrar ningún título y atravesando periodos muy convulsos.

Este verano llegaba Marcelino García Toral de la mano de Pablo Longoria, actual presidente de la entidad, y Javier Ribalta, director deportivo. El de Villaviciosa ya había coincidido con ambos directores en etapas anteriores y afrontaba el reto de hacer del Marsella un equipo competitivo.

Marcelino García Toral junto a Pablo Longoria el día de su presentación como técnico del Marsella. 

Una temporada que no arrancaba del todo bien tras quedar apeados de la Champions League al ser eliminados por el Panathinaikos. Una eliminación que generó las primeras brechas entre la hinchada gala. Pese a ello, en la competición doméstica no han perdido ningún encuentro y suman nueve puntos de los quince disputados, por lo que marchan cuartos clasificados.

A pesar de ello, el empate ante el Tolouse el pasado domingo detonó la bomba. Los jugadores fueron silbados y abucheados. A raíz de ello, la directiva acordó un encuentro con los ultras este mismo lunes. Los radicales amenazaron de muerte a Pablo Longoria, según la información de L’Équipe. El mandatario habría sopesado dimitir esa misma noche, pero desde el país galo dan por hecha su continuidad. El futuro de Marcelino está en el aire y estaría ligado a la decisión de Longoria.

Una lacra longeva 

Hay que remontarse hasta febrero de 2016 para recordar una escena que no tendría que haber sucedido nunca. El sorteo de la Europa League deparó una eliminatoria entre el Athletic y el Olympique de Marsella.

El partido en Marsella sirvió de preámbulo para una batalla campal que tendría su segunda parte la ciudad bilbaína. El 24 de febrero de 2016  el parque de Doña Casilda se convertía en el campo de batalla elegido por los grupos radicales de ambos conjuntos.

El lanzamiento de cohetes y bengalas dio paso a las peleas con navajas y botellas. De hecho, aquel día la intervención de la Ertzaintza hizo que la pelea fuese recorriendo las calles de la ciudad, creando un pánico generalizado. El saldo fue una infinidad de mobiliario público destrozado, cinco detenidos y un seguidor del Athletic trasladado al hospital con una herida grave en el cuello tras recibir un botellazo.

Francia mira para otro lado

El país galo tiene un gran problema con este tipo de altercados. En los últimos años se cuentan por decenas los incidentes provocados por ultras. Es ya habitual que suspendan encuentros y parece que se afianza como un mal endémico difícil de erradicar.

Payet en el suelo tras ser agredido con una botella, los ultras del Niza de fondo. 

En 2021 se suspendieron más de seis encuentros. El principal motivo fue la invasión de campo por parte de los grupos radicales, así como los lanzamientos de objetos a los futbolistas. Esta práctica alcanzó su punto álgido en un Niza – Marsella. Los ultras locales saltaron al césped para agredir a los futbolistas rivales, después de lanzar una botella a Payet (jugador del Marsella).

Un ejemplo más reciente ocurrió en el verano de 2022. El Saint–Ettiene, otro histórico del fútbol galo, certificaba su descenso tras perder una tanda de penaltis. Los radicales no dudaron en saltar al verde, los lanzamientos de bengalas y las imágenes de los futbolistas huyendo al túnel de vestuarios demostraron el problema que Francia arrastra desde hace años.

Los ultras en España

El denominado caso Vinicius ocasionó hace unos meses un gran revuelo en todos los ámbitos, tanto a nivel nacional como internacional. ¿Hacía falta que un jugador señalase con el dedo para tratar de hacer frente al racismo en el fútbol español? Desde que Vinicius Jr. decidió decir "hasta aquí" y señalar a quien le había hecho gestos racistas, se han producido siete detenciones y se han condenado los hechos en todos los ámbitos, desde el deportivo hasta el político. Pero detrás de esos cánticos, voces y gritos, algunos de odio y de racismo, se esconden determinados grupos ultras que controlan el fútbol español.

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Los Ultras Yomus.

Los Yomus son uno de los grupos más polémicos en España. Uno de los supuestos líderes actuales de Ultras Yomus es Ramón Castro, presunto impulsor del retorno de estos ultras a Mestalla. Ramón Castro, alias Levis, cuenta con un amplio historial fascista y fue condenado a dos años y medio de cárcel por agredir a policías en una invasión de campo en 2002. 

Además, se sabe que acudió a una manifestación en Chueca a gritar “fuera sidosos y maricas de Madrid”. También ha reconocido que es de extrema derecha, “de los que levanta el brazo y canta el cara al sol”. Levis fue visto en enero hablando con Genaro Gattuso, exentrenador che, debido a que el club se encontraba en una situación tanto directiva como deportiva muy complicada.

Otros ultras problemáticos son los pertenecientes al Frente Atlético, grupo ultra radical del Atlético de Madrid. La fundación del Frente Atlético tuvo lugar en 1982 y en 2014 ya contaba con cerca de 2.500 miembros. Este grupo ultra fue clasificado por los medios como una organización de extrema derecha. En 2005 la Comisión Antiviolencia propuso varias sanciones por la exhibición de una pancarta que “incitaba a la xenofobia y al racismo”.

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Ultras del Frente Atlético.

Un hecho similar ocurrió en los aledaños de Valdebebas, en enero de 2023, donde cuatro ultras del Frente colgaron un muñeco hinchable con la camiseta del Real Madrid de Vinicius en un puente. Esos cuatro ultras fueron detenidos en mayo y se les ha prohibido entrar en estadios de fútbol.

Sin salir de la capital nos encontramos con los Ultras Sur, grupo ultra radical asociado con el Real Madrid. Ultras Sur nació en 1980, es un grupo radical de extrema derecha y está vinculado al Real Madrid y al movimiento Hogar Social Madrid. Su fama nacional e internacional se disparó por las peleas y disturbios que protagonizaron sobre todo a finales de los años 80. Al nacionalismo que expresaban en sus cánticos añadieron el rechazo a los inmigrantes, los musulmanes, árabes, vagabundos, prostitutas, negros y homosexuales.

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Miembros de Ultra Sur.

Fueron disueltos en 2013 por Florentino Pérez, algo que acarreó más de un disgusto al actual presidente del club merengue, porque llegaron a profanar la tumba de la que fue su mujer. José Luis Ochaíta fue uno de los líderes más famosos de los Ultras Sur del Real Madrid. Fue un hombre muy admirado por miembros de la sección más radical del conjunto blanco debido a sus pericias en las peleas callejeras y por querer llevar a lo más alto a los Ultras Sur en el mundo ultra español.

Otro de los que mayor repercusión tiene en España son los Boixos Nois, que apoyan al FC Barcelona. El grupo nació en 1991 y tienen ideología de extrema derecha nacionalista. En el año 2003, cuando llegó a la presidencia del FC Barcelona Joan Laporta, se les prohibió a los Boixos Nois la entrada en el campo y que se desplazasen con el equipo. Este grupo fue el responsable de la muerte de un seguidor del Espanyol en 1991. En 2014 dos seguidores del PSG fueron apuñalados por los Boixos Nois tras el partido de Champions que enfrentó al FC Barcelona y al PSG.

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Ricardo Mateo, exlíder de los Casuals.

Ricardo Mateo, alias Lucho, fue líder de los Casuals, la facción más violenta del grupo ultra Boixos Nois. Líder de los Casuals desde la década de los 90 fue condenado por extorsionar, traficar con drogas, dar palizas por encargo y hacer ‘vuelcos’ a narcotraficantes.

En la zona de Vallecas, en Madrid, nos encontramos con los Bukaneros, grupo ultra vinculado al Rayo Vallecano. Todo comenzó a finales de la temporada 91/92, cuando un grupo de siete jóvenes, fieles seguidores del Rayo Vallecano, decidieron crear un foco de animación antifascista en el Estadio de Vallecas para la temporada siguiente. El desarrollo y la consolidación de los "Bukaneros" como grupo ultra principal del Rayo Vallecano tuvo lugar durante los éxitos que el equipo de la popular barriada madrileña logró siendo propiedad de la familia Ruiz Mateos.

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