27 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

"El cirujano de hierro", un habitual del local La Caoba en la Belle Époque, gobernó en España desde 1923 hasta 1930 con el apoyo del rey Alfonso XIII

Primo de Rivera, el dictador loco por los burdeles: Casi 100 años de su golpe de Estado

Miguel Primo de Rivera.
Miguel Primo de Rivera.
En 1923 España se encontraba inmersa en una grave situación política debido a la crisis militar en Marruecos. Una situación que, según Joaquín Costa, debía de atajar una figura que "curara los males de España". Por ello, el 13 de septiembre de 1923 el capitán general Miguel Primo de Rivera dio un golpe de estado, con más éxito que el que tuvo lugar años más tarde a cargo del coronel Tejero. Durante su gobierno, "el cirujano de hierro" trató de regenerar la nación y convertirla en potencia.

A lo largo de su historia, España ha sido testigo del golpismo militar a cuyo frente se encontraban personalidades castrenses absolutamente mitificados. En la memoria colectiva de la población española quedará aquella tarde del 23 de febrero de 1981 en la que un coronel, con pistola en mano, se alzó en el Congreso de los Diputados y pronunció aquella frase de: "¡Quieto todo el mundo!". Todo quedó en una simple intentona aunque, años atrás, fue el general jerezano Miguel Primo de Rivera, quien sí que consiguió su objetivo tras la sucesión de terribles desastres políticos en torno a la crisis militar en Marruecos.

El general tomó las riendas y el 13 de septiembre de 1923 dio un golpe de estado que derivó en una dictadura hasta el 28 de enero de 1930, con el sorprendente apoyo del rey Alfonso XIII. El coetáneo de los dictadores Mussolini, Salazar y Alejandro El Unificador, ha pasado a la historia entre luces y sombras como uno de los generales cuyas últimas horas de vida transcurrieron en la ciudad de la luz, el Hotel Pont Royal, añorando a su querida España.

“El cirujano de hierro”

Miguel Primo de Rivera fue el patriarca de una de las sagas más relevantes del ámbito castrense. Casado con la guipuzcoana Casilda Sáenz de Heredia, fue padre de seis hijos, entre los que se encontraban Jose Antonio Primo de Rivera, fundador de la Falange Española y Pilar Primo de Rivera, una de las tantas musas del franquismo encargada de adoctrinar al público femenino durante el régimen para crear a la perfecta mujer sumisa. 

El afán de su hija dista mucho de los avances del movimiento feminista durante el gobierno de Primo de Rivera, aunque de carácter tímido, el Real Decreto del Estatuto Municipal de 8 de marzo de 1924 en su artículo 51 otorgó a las mujeres el derecho a votar por primera vez y durante la segunda parte de su mandato, la alfabetización de las mujeres y la lucha por la igualdad de derechos se encontraban en auge.

Miguel Primo de Rivera, el hombre, el político y el soldado

Familia Primo de Rivera.

El que fuera ministro de Estado provenía de una de las familias aristocráticas más influyentes de Jerez de la Frontera y durante su trayectoria militar se codeó con la alta sociedad. A pesar de su comparativa con la dureza de la dictadura franquista, Miguel Primo de Rivera siempre defendió un gobierno basado en la intolerancia a la crueldad.

Alfonso XIII y la dictadura de Primo de Rivera

El rey Alfonso XIII y Miguel Primo de Rivera.

“... Esa política quirúrgica, repito, tiene que ser cargo personal de un cirujano de hierro, que conozca bien la anatomía del pueblo español y sienta por él una compasión infinita (…)". Así se refería el político Joaquin Costa, figura política influyente, en sus constantes escritos a Primo de Rivera.

Telefónica, 95 años al servicio de las telecomunicaciones

Compañía Telefónica Nacional de España en sus inicios.

Durante la dictadura de Primo de Rivera, España se posicionó como una de las potencias más prósperas a nivel europeo, pues propició la producción nacional mediante la creación de la Compañía Arrendataria del Monopolio de Petróleos (CAMPSA) o la Compañía Telefónica Nacional de España. Además, el general estuvo muy comprometido con las causas sociales y en relación al impulso de la educación, desarrolló la enseñanza pública y la construcción de la Ciudad universitaria de Madrid.

La Caoba, la mayor locura de Primo de Rivera

Dorados, locos y felices. Así fueron los años veinte. La década del jazz, los flecos y el charlestón. Y España se quiso unir a la fiebre de la Belle époque. La noche española era el epicentro de la libertad y el divertimento en los cafés y las tabernas donde  las señoritas, ligeras de ropa, campaban a sus anchas, como en las primeras revistas eróticas.

Felices años veinte – Aquí Madrid

Jóvenes paseando por el Madrid de los años 20.

Hasta allí se acercaban curiosos que buscaban evasión entre el humo, las drogas y el sexo desenfrenado. E incluso, el dictador. Al enviudar de su esposa, fallecida durante el parto de su sexto hijo, Miguel Primo de Rivera comenzó a frecuentar los burdeles en los que conocería a La Caoba, por la que perdió completamente la cabeza. Adicta a la cocaína, era una de las mujeres más conocidas en los cabaret. 

Cabe destacar que un año después del golpe de estado, se promulgó la Real Orden de “seguridad ciudadana” con el fin de “intervenir y reglar la vida ciudadana en forma que el recreo y el placer no degeneren en vicio y perversión”, previendo quince días de cárcel para homosexuales, negociadores y usuarios de drogas. Por ello, La Caoba fue detenida y a partir de ese momento, se convirtió en la mayor locura del capitán. 

Tras el arresto de la prostituta, Miguel Primo de Rivera se mantuvo reticente a intervenir por los rumores que surgirían en torno a su figura. Aunque finalmente decidió interceder entre el juez Prendes Pando y su amante. El magistrado se negó y jamás volvió a ejercer. La Caoba fue puesta en libertad y meses más tarde, el Dictador vivió los peores años de su vida, fue víctima de traiciones y conspiraciones, que derivaron en su exilio. 

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