25 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

El 9 de agosto de 1921, el general Berenguer, Alto Comisario de España en el Protectorado, autorizó la rendición formal de las tropas españolas

'Desastre de Annual' (final): El desenlace de la masacre que supuso el fin de la Restauración

El Cierre Digital en Cien años de El desastre de Annual.
Cien años de El desastre de Annual.
El 9 de agosto de 1921 el general Navarro capitulaba en Monte Arruit, tras incesantes días de barbarie, en lo que ha trascendido a la historia como ‘El Desastre de Annual’. Los rifeños asesinaron a sangre fría a casi 3.000 soldados desarmados; chicos cuyo premio por resistir once jornadas sin apenas agua fue la muerte. El desenlace de la tragedia, no obstante, se prolongaría en el tiempo. El cierredigital.com cierra hoy una serie de 11 capítulos en los que ha querido rendir un merecido homenaje.

Hace justo un siglo y un año, en julio de 1921, España vivía un momento que determinaría el devenir de su historia. El conocido como ‘Desastre de Annual’ -sus errores militares, las deficiencias políticas, las acciones estremecedoras de heroísmo, los desaparecidos y los caídos, la reacción patriótica sin precedentes-, fue el prólogo de un golpe de Estado, el de Primo de Rivera y, en consecuencia, del final del reinado de Alfonso XIII.

El 9 de agosto de 1921, tras las duras jornadas que precedieron al desenlace fatal de la contienda, las pocas fuerzas que pudieron salir vivas, bajo el mando del general Navarro, segundo jefe de la Comandancia de Melilla, alcanzaron el campamento de Monte Arruit. Los 3.017 hombres que llegaron a la posición intentarían recomponerse allí. Sin embargo, Monte Arruit fue también cercado y, pronto, se convertiría en túmulo de miles de jóvenes españoles que, por convicción o por mala fortuna, habían visto su destino ligado a Annual. 

Ante las terribles condiciones, en las que el agotamiento físico, la desmoralización de la tropa y la carencia de agua estuvieron, en ocasiones, a punto de provocar la insurrección; el general Berenguer, Alto Comisario de España en el Protectorado, autorizó la rendición formal. 

Se pactó entonces con los rifeños comandados por Abd el-Krim la entrega de las armas a cambio de respetar la vida de los soldados. Aceptadas las condiciones, los españoles salieron de la posición y amontonaron sus armas, se prepararon para la evacuación. 

Monte Arruit. 

Pero cuando se dio la orden de partir, los rifeños atacaron y de los poco más de 3.000 hombres de Monte Arruit, sobrevivieron tan solo 60. Sus cuerpos sin vida, masacrados y torturados, permanecieron a las puertas del municipio marroquí, abandonados, durante meses.

No se depuraron responsabilidades  

Pero el fatal desenlace no terminó, sin embargo, de cerrar este terrible capítulo de la Historia. 

No fue hasta enero de 1923, después de un año de negociaciones, cuando fueron liberados en Axdir los 326 cautivos españoles. A su llegada a Melilla, ni Alfonso XIII, ni el jefe de Gobierno, entonces García Prieto, ni ninguno de sus ministros, ni tampoco militares con graduación superior a general de brigada, estuvieron en los muelles para recibirles. Tampoco contribuyeron ellos al rescate, sino que fue, Horacio Echevarrieta Maruri, un empresario de Bilbao, quien protagonizó las negociaciones con el dirigente rifeño Abd-el-Krim. Aunque, Alfonso XIII quiso recompensarle por esta labor concediéndole el título de marqués del Rescate, Echevarrieta lo rechazó alegando su ideología republicana.

Y es que, en realidad, los encargados de tomar las decisiones que finalmente desencadenaron el 'Desastre de Annual', nunca depuraron todas las responsabilidades. El 'Expediente Picasso', que se presentó en el Parlamento en abril de 1922, levantó ampollas en el Ejército. La negligencia de los altos mandos, con el general Silvestre y el propio rey Alfonso XIII a la cabeza, provocarían el golpe de Estado del general Miguel Primo de Rivera, que salvaguardó de este modo a todos aquellos que podían haber resultado cómplices forzosos de la masacre. 

El 'Expediente Picasso' se tapó y las copias escasearon con los años. Sólo se conserva hoy una de ellas con menos de 300 folios, de los más de 2.400 que tenía sólo el informe final.

El horror de las familias

El dolor de las familias que durante aquellos días de 1921 perdieron a sus series queridos en Annual, también perdura hasta hoy. La mayoría de los soldados, chicos que con 21 años vieron sesgadas sus vidas, no regresarían a sus casas. 

Enrique Cerro, profesor de la Universidad de Castila-La Mancha y autor del libro Camino de Annual: Albacete y el desastre de 1921, contaba en elcierredigital.com, hace unos días, las duras historias personales de algunos de aquellos soldados. Una, que conviene ahora recuperar, versaba sobre una familia que, muchos años después del desastre, y gracias a la labor indagatoria de este profesor, lograba dar con el paradero de los restos de uno de los soldados desaparecidos. Pudieron, en definitiva, descansar tras años de incertidumbre. 

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