22 de mayo de 2024
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FIN DE SEMANA

El polémico letrado engañó a cuatro personas con un negocio que animó por sus supuestos contactos con el Gobierno argentino y la empresa estatal YPF

El abogado Rodríguez Menéndez vuelve a escena: Condenado a cuatro años de prisión por estafa

El Cierre Digital en Emilio Rodríguez Menéndez.
Emilio Rodríguez Menéndez.
El polémico abogado Emilio Rodríguez Menéndez vuelve a escena tras ser condenado a cuatro años de prisión por estafa e intrusismo profesional. En última instancia, engañó a cuatro personas y les hizo invertir en un falso negocio millonario de compraventa de petróleo de la empresa estatal argentina YPF. Esta no es la primera vez que se enfrenta a la justicia puesto que ya fue condenado por delitos de fraude a Hacienda así como por la distribución de un vídeo íntimo de Pedro J. Ramírez.

El abogado Emilio Rodríguez Menéndez ha vuelto a la palestra mediática. El letrado ha sido condenado a cuatro años de prisión por un delito de estafa y otro de intrusismo profesional. En última instancia, engañó a cuatro personas y les hizo invertir en un falso negocio millonario de compraventa de petróleo de la empresa estatal argentina YPF.

El abogado les aseguró, presuntamente, que iban a tener una alta rentabilidad al tener contactos en Argentina, el país en el que había vivido durante años. Un negocio del que él mismo se encargaría de ser su representante legal. Fue en Buenos Aires donde fundó un despacho, a pesar de no estar habilitado para ejercer la abogacía en el país. 

Precisamente, la Audiencia Provincial de Madrid lo ha condenado por hacerse pasar por letrado en ejercicio cuando a finales de 2014 ya se encontraba suspendido por el Colegio de Abogados de Madrid. Esta no es la primera vez que Rodríguez Menéndez se enfrenta a la justicia puesto que ya fue condenado por delitos de fraude a Hacienda así como por la distribución de un vídeo íntimo del periodista Pedro J. Ramírez.

Negocio inexistente

Los querellantes contra Rodríguez Menéndez son Ángel Luis E., Isaac S.,  y el matrimonio formado por Cristina R. Jesús V., todos ellos "inversores" en un negocio inexistente que, supuestamente, se inventó el abogado. El primero, le entregó la cantidad de 37.500 euros y el segundo, 33.100, cantidad que también aportó el matrimonio, con la promesa de que se estaba poniendo en marcha en Buenos Aires, Argentina, un negocio de compra-venta de petróleo con la empresa petrolera argentina YPF, según la acusación particular. A estas cantidades hay que sumarle 13.695 euros por gastos de vuelos y manutención, así como de notaría.

Este dinero se invirtió en la constitución de tres empresas (Energy Global Investment, S.A.; Latin American Petrolium Co. e Hidrocarburos American Co.), de las que el acusado, Rodríguez Menéndez, era el representante legal, además del intermediario del negocio.

"Estas tres sociedades se constituyeron con el fin de que a través de ellas se procediera a la compra-venta y suministro de petróleo con la entidad estatal energética YPF", sostiene el escrito de acusación. 

El juicio más importante de su vida

José Emilio Rodríguez Menéndez (Madrid, 1951) es una de las figuras más controvertidas de las últimas décadas. Ha protagonizado polémicas tanto en los tribunales de Justicia como en los medios de comunicación y en la arena política. Su nombre apareció por primera vez en los medios de comunicación a finales de los setenta y fue vinculado a la política cuando orbitaba en torno a la UCD de Adolfo Suárez en las primeras elecciones locales y autonómicas de la historia reciente de España, en mayo de 1979.

Poco después su nombre se asoció a escándalos, al ser condenado en Santiago de Chile, en plena era de Augusto Pinochet, por estafa, bigamia y ejercicio ilegal de las profesiones de abogado y psicólogo. Su verdadero salto a la popularidad se produjo cuando se encargó de la defensa de Neus Soldevila, conocida como la Dulce Neus, acusada de acabar con la vida de su marido, Juan Vila Carbonell, militante de Fuerza Nueva con el que tenía seis hijos.

Dos fugas

Rodríguez Menéndez fue condenado por hacer público el famoso vídeo protagonizado por el entonces director del periódico El MundoPedro J. Ramírez, en el año 1997. De hecho, fue condenado en 2004 a dos años de cárcel por atentar contra su intimidad, aunque huyó del país y en 2005 fue detenido en Argentina. No obstante, el abogado fue puesto en libertad 24 horas después mientras el Gobierno de España acordaba solicitar su extradición.

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Emilio Rodríguez Menéndez.

Un año más tarde, en 2006, pretendió entrar en España, pero finalmente fue detenido y trasladado a una prisión en Salamanca tras intentar huir de los controles policiales del aeropuerto de Lisboa. José Emilio Rodríguez Menéndez tenía en aquel momento vigente dos órdenes de busca y captura, una de ellas por el delito cometido tras la difusión del vídeo de Pedro J. y otra por fraude a la Hacienda pública.

La sala de lo penal del Tribunal Supremo elevó su condena por delito fiscal continuado de seis a 10 años de prisión al considerar que se habían cometido cuatro delitos. Tras ingresar en la cárcel, en el año 2008, en agosto de ese mismo año se fugó aprovechando un permiso que le había concedido un juez de vigilancia penitenciaria. 

El abogado había solicitado este permiso tras cumplir una cuarta parte de la condena, condición indispensable para poder disfrutar de este beneficio. Rodríguez Menéndez salió de la prisión de Teixeiro el 18 de agosto y tenía que haber regresado el 22, lo que supone un quebrantamiento de condena del que se dio cuenta la Policía Nacional, a la Guardia Civil, al juez de guardia y al de Vigilancia Penitenciaria. 

Emilio y su mujer, Vanessa Palomares, con la que se casó en 2005 poco antes de ingresar en prisión, partieron rumbo a Francia y luego a Paraguay. Acabaron de nuevo en Buenos Aires, donde la policía española los localizó y detuvo al abogado poco después, en octubre de 2010, al salir de un piso en el conocido barrio bonaerense de Palermo. En 2012 fue detenido en Lisboa y encarcelado en Salamanca temporalmente. España reclamaba su extradición, pero la justicia argentina lo denegó.  Entró de nuevo en España en 2014, cuando las condenas y el delito por la fuga habían prescrito.

Defenderse así mismo

Durante el juicio celebrado la mañana del 11 de abril de 2023 en la Audiencia Provincial de Madrid, Rodríguez Menéndez entró a Sala con la toga puesta, un gesto que parecía indicar que se iba a defender a sí mismo, aunque finalmente contó con el apoyo de su compañero de despacho Juan Carlos Gómez Ballester.  

En 2021, el  abogado de los denunciantes,  Rafael Bellido Cuesta, solicitaba por el primer delito de organización e inhabilitación especial, la pena de ocho años de prisión; tres años por el de falsificación en documento público; seis años por el de apropiación indebida; seis años por el de estafa; seis años, igualmente, por el de blanqueo de capitales así como 297.000 euros de multa; dos años por el de usurpación de funciones; seis años por el de fraude procesal, tres años por el de coacciones; y dos años por el de "phising". Todos ellos sumaban  36 años, que, de resultar culpable por todos, se quedarían en 24, el triple de la condena mayor, que sería la de 8 años.

Casi dos años más tarde, el tribunal acordó que se le juzgase sólo por el delito de estafa y no por los otros que solicitaba el abogado de la acusación particular. Un delito por el que la Fiscalía solicitaba cuatro años de cárcel, una multa de 3.600 euros y una indemnización de más de 100.000.

Por su parte, el  abogado de los denunciantes, al considerar escasa la condena, solicitaba ocho años de cárcel por la estafa. Y aunque decidió no atribuirle  los delitos de organización criminal, phishing y blanqueo de capitales, exigía la condena por falsificación de documento público, usurpación de funciones, coacción y fraude procesal, lo que habría elevado la condena a 21 años.

Otras condenas

Rodríguez Menéndez ha pasado a la historia como una de las figuras más polémicas de la abogacía española. En la década de los dosmil fue condenado en dos ocasiones. La primera fue en julio de 2002. La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Madrid le condenó a dos años de prisión por la distribución, en 1997, de un vídeo de contenido sexual del entonces director de El MundoPedro J. Ramírez, tipificado como delito contra la intimidad. 

La segunda tuvo lugar en febrero de 2005. El tribunal de la Sección 17 de la misma Audiencia –del que formaba parte la anterior alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena– lo condenó por un delito continuado contra la Hacienda Pública a 6 años de prisión, multa de 24.753.698,52 euros y a indemnizar con 1.839.716,85 euros a la Hacienda, además de suspenderle sus derechos a ejercer la profesión durante el tiempo de la condena. 

Esta nueva condena, a pesar de no ser firme, reactivó la anterior, que sí que lo era. En consecuencia, la Audiencia Provincial decretó, en junio de 2005, su inmediato ingreso en prisión. Pero Emilio Rodríguez Menéndez evadió la cárcel huyendo a Argentina, donde fue detenido en julio de 2005 y encarcelado en una prisión del país hasta que una juez le dejó en libertad.

Rodríguez Menéndez, sin embargo, regresó a España de incógnito, apenas 10 meses después, en mayo de 2006, para visitar a su madre que había caído gravemente enferma. Entonces fue detenido.

En octubre de 2006, la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo elevó la condena del delito contra la Hacienda Pública de 6 a 10 años de cárcel al estimar que en vez de un solo delito continuado se habían producido cuatro delitos, a los que le correspondían cuatro penas de dos años y medio cada una. En total, fue condenado a 7 años y medio de prisión.

Ingresó en la cárcel y permaneció preso hasta agosto de 2008 fecha en la que se fugó de nuevo, otra vez a Argentina, aprovechando un permiso de cuatro días de la prisión gallega de Teixeiro, donde cumplía condena.

Las autoridades españolas trataron, sin éxito, de extraditarle en repetidas ocasiones. Rodríguez Menéndez regresó a España a principios de 2014, una vez que las dos condenas, así como la fuga de la cárcel gallega, habían prescrito. La revista Interviú lo cazó en la Cava Baja del barrio madrileño de La Latina cenando en un famoso restaurante.

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