13 de junio de 2024
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FIN DE SEMANA

Las comunicaciones de la presa, condenada a 25 años de prisión por asesinar a un compañero agente, quedarán limitadas solo a familiares cercanos

Crimen de la Guardia Urbana: Rosa Peral podría ser 'castigada' por sus entrevistas en medios

Rosa Peral, coautora del crimen de la Guardia Urbana
Rosa Peral, coautora del crimen de la Guardia Urbana
El pasado martes, la Generalitat de Catalunya abrió un expediente a Rosa Peral, coautora del asesinato de su expareja en el que es conocido como el crimen de la Guardia Urbana. Peral cumple una condena de 25 años e incurrió en irregularidades al mantener contacto con medios de comunicación y audiovisuales, para los que ha concedido diversas entrevistas en los últimos años. Ahora, se estudia una sanción para Peral y la limitación en sus comunicaciones desde la cárcel.

El pasado martes se conoció que la Generalitat de Catalunya ha abierto un expediente a Rosa Peral por las entrevistas que la ex agente, condenada a 25 años por el asesinato de su expareja en el caso conocido como el crimen de la Guardia Urbana, ha concedido a medios de comunicación y también para un documental emitido por Netflix. 

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Rosa Peral 

El Departamento de Justicia estudia imponer una sanción a la presa, interna en la cárcel de Mas d’Enric (Tarragona), por un mal uso del régimen interno de comunicaciones, lo que supone una falta grave y la limitación de manera inminente sus llamadas y videollamadas a solo familiares directos. Está previsto que el miércoles 20, el programa ‘El Matí’ de Catalunya Ràdio, el programa matinal de la radio pública catalana, emita una entrevista con Peral.

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Rosa Peral en una de sus comunicaciones extraídas para el documental de Netflix 'Las cintas de Rosa Peral'

Los presos tienen autorización para comunicarse con familia o amigos, a una serie de números de teléfonos determinados y limitados. Cuando desean conceder entrevistas a medios, el interno debe comunicarlo a la dirección de la prisión, que es quien valora antes de tomar una decisión. La decisión se toma de manera conjunta con asuntos penitenciarios, la junta de tratamiento y comunicación.

A la hora de permitir o no estas entrevistas, se deben tener en cuenta diversos elementos, como que no altere la rutina del centro, cuestiones de seguridad, el impacto que puede tener en el proceso de inserción del interno o la protección a las víctimas, entre otros. En el caso de autorizarse, se llevan a cabo con papel y lápiz, a través de los locutorios de comunicación. Para medios audiovisuales, no se autorizan las comunicaciones.

 

Saltarse ese tipo de requisitos es una falta grave, indican desde el Departamento de Justicia, que insiste en que el modelo de ejecución penal catalán, que tiene transferidas las competencias, es garantista y preserva la intimidad en las comunicaciones de los internos con su familia y amigos. Eso supone que no se fiscalizan ese tipo de encuentros o llamadas. Las últimas entrevistas concedidas por Peral han sido telefónicas. El Departamento limitará de manera inminente sus llamadas y videollamadas, y solo podrá contactar con familiares directos. De detectarse que a través de esos números también se conceden entrevistas, podrían vetarse también.

El crimen de la Guardia Urbana en Netflix

Tal y como informó elcierredigital.com, el pasado 8 de septiembre Netflix lanzó El cuerpo en llamas, una serie protagonizada por Úrsula Corberó que revive el crimen de la Guardia Urbana, en el que dos agentes de la Guardia Urbana de Barcelona fueron detenidos y condenados a prisión por el asesinato de otro agente. Compuesta por ocho capítulos, la serie audiovisual muestra un mediático triángulo amoroso que acabó en un desafortunado crimen.

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Rosa Peral y Úrsula Corberó

Rosa Peral solicitó al Juzgado de Primera Instancia número 54 de Barcelona que paralizara el estreno de El cuerpo en llamas argumentando que podría vulnerar su derecho al honor y reclamando medidas cautelares para visionar la serie antes de su emisión en Netflix, de forma que, en su caso, se paralizara el estreno. 

El juzgado abrió un procedimiento para responder y tramitar la parte necesaria antes de contestar la petición. También trasladó a la parte actora la solicitud para que corrija errores formales y se pronuncie sobre la competencia del juzgado. En línea con esto, se ha dado traslado a la Fiscalía para que se pronuncie sobre la competencia. A pesar de todo, el estreno de El cuerpo en llamas siguió adelante, pues se desestimó la petición de Peral.

La plataforma de streaming, además, ha estrenado 'Las cintas de Rosa Peral', un documental con entrevistas exclusivas a Peral en las que ella misma —junto a abogados y periodistas— relata su vida y cómo sucedió el crimen de la Guardia Urbana.

Las tres relaciones que desencadenaron el crimen de la Guardia Urbana

Tal y como se relata en Las cintas de Rosa Peral, la mujer que ahora tiene 42 años comenzó a trabajar con 16 como camarera en una discoteca. Fue ahí donde conoció al que fue su marido y padre sus dos hijas —de 10 y 12 años—, Rubén Carbo. Según fuentes del documental, Peral mantuvo varias relaciones amorosas mientras era novia de Rubén.

Un día ambos decidieron opositar. Ella, para la Guardia Urbana de Barcelona; él, para los Mossos d'Esquadra. Tras casarse, Peral conoció a Albert López, el segundo condenado por el crimen de la Guardia Urbana. Ambos congeniaron y comenzaron una relación de "amigos con derecho a roce", como ella misma la definió.

Más tarde, conoció a Pedro Rodríguez, la víctima del crimen y también agente de la Guardia Urbana. Lo hizo durante una salida motera, uno de los pasatiempos favoritos de la condenada. Rosa comenzó entonces una nueva relación. Casada con Rubén, todavía se veía con Albert y comenzaba a conocer a Pedro.

Este cuadrado amoroso acabó en desgracia. La madrugada del 1 al 2 de mayo de 2017 Pedro Rodríguez fue asesinado. Su cadáver fue encontrado un par de días después, en el maletero de un coche. Estaba calcinado y tenía las extremidades amputadas.

Fue la noche del 2 al 3 de mayo cuando los agentes Rosa y Albert se deshicieron del cuerpo de Pedro metiéndolo en el maletero de su coche, un Golf, que quemaron en una zona deshabitada del pantano de Foix, en Barcelona. Allí fue encontrado un día después, precisamente cuando arrancó la investigación por parte de los Mossos d'Esquadra que acabó con la detención de Rosa y de Albert. Su intento de culpar a una cuarta persona, Rubén, con el que Rosa tiene dos hijas en común y del que estaba divorciada, no funcionó. En 2020 ella fue condenada a 25 años de prisión y él a 20.

Una actitud desafiante

Desde que Rosa entró en prisión, se la ha trasladado de cárcel hasta en 5 ocasiones distintas, principalmente por problemas que podrían poner en peligro su propia seguridad. Primero ingresó en Wad Ras en el año 2017, de manera preventiva y, como informa Las Provincias, allí contó a varias internas cómo mató a Pedro.

Rosa Peral durante el juicio

Una de ellas lo testificó durante el juicio y aseguró que le había envenenado antes de asesinarlo: “Le dio un medicamento en agua para que se calmara porque estaban discutiendo muy fuerte”. Como indica el medio, Peral fue trasladada de Wad Ras por su comportamiento conflictivo, tal y como señaló la directora de la cárcel: “Rosa Peral suele crear vínculos intensos con las internas. Crea grupos cerrados que duran poco tiempo. Cuando la relación entre estas internas se rompe, se crea un alto nivel de hostilidad entre ellas”.

El resto de traslados también estuvieron originados por conflictos con el resto de presas. También ha sufrido varias sanciones, como el aislamiento, y ha cometido varias faltas, como ocultar un teléfono móvil en su celda, algo completamente prohibido en este tipo de centros.

En una ocasión, una de las compañeras de celda de Rosa explicó en El programa de Ana Rosa que “Rosa traficaba con pastillas de la enfermería e incluso con drogas del exterior. Empezó a trabajar en la enfermería hace un mes y ahí empezaron todos los problemas. Se dedicaba a robar pastillas de la enfermería y las vendía por cinco euros a todas las personas que quisieran”.

En cuanto al crimen que la llevó a prisión, tanto Rosa como Albert todavía se siguen echando la culpa el uno al otro y defendiendo que son "inocentes".

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