'Debacle' de Renfe: Se dispara su gasto en personal mientras aumentan sus incidencias
La empresa pública ha invertido más de mil millones en contratación pero registra un 7% más de reclamaciones de usuarios
Renfe, la principal operadora ferroviaria de España, está atravesando una situación compleja marcada por el incremento sin precedentes en sus gastos de personal, que superaron los 1000 millones de euros en 2022 según sus cuentas, y una serie de problemas operativos que están afectando significativamente la calidad del servicio y la percepción pública de la empresa desde hace varios años.
En sus datos económicos relativos al año 2022, Renfe vio cómo sus gastos de personal escalaron a más de 1000 millones de euros. Este aumento es el resultado de varias decisiones estratégicas, incluyendo la subida de salarios y la contratación de nuevo personal. Sin embargo, este crecimiento ha generado una presión significativa sobre las finanzas de la compañía, que no arrastra su mejor momento en lo relativo a las incidencias reportadas.
Raül Blanco, presidente de Renfe, ha destacado que la empresa ha tenido que implementar medidas de ahorro para intentar compensar estos gastos. Entre ellas se incluye un plan de contención del gasto, una mayor internalización de actividades previamente subcontratadas y esfuerzos para reducir la factura energética, en colaboración con Adif y otros operadores para la compra conjunta de energía.
A pesar de estos esfuerzos, la carga financiera sigue siendo alta, con los gastos de personal representando una parte considerable del presupuesto de la empresa. Además, Renfe ha continuado invirtiendo en la renovación de su flota y en mejoras de infraestructura, lo cual, aunque necesario, ha añadido una capa adicional de complejidad financiera.
Simultáneamente, Renfe ha estado lidiando con una serie de problemas operativos. Los retrasos y cancelaciones de trenes han aumentado, afectando la puntualidad y fiabilidad de sus servicios. Este deterioro en la calidad del servicio ha sido una fuente de frustración para los usuarios y ha dañado la imagen pública de la empresa. De igual manera, iniciativas como el 'verano joven' de Renfe se han visto salpicadas por la polémica tras las quejas de numerosos usuarios.
La liberalización del sector ferroviario y la entrada de nuevos operadores como Iryo y Ouigo han exacerbado los problemas de Renfe, incrementando la congestión en las vías e infraestructuras. Los datos de retrasos en los servicios de AVE muestran un deterioro significativo en los últimos cinco años. En 2019, el 17,33% de los trenes sufrían demoras, cifra que ha aumentado al 24,27% en 2022, año en que Renfe gastó más de 1.000 millones en personal. Este incremento del 7% en los retrasos refleja la creciente dificultad de Renfe para mantener la puntualidad en sus servicios de alta velocidad.
Las principales causas de las incidencias recientes incluyen averías en los trenes, problemas en la señalización y retrasos derivados de la gestión del tráfico ferroviario. Estos problemas han sido especialmente notables en áreas metropolitanas como Madrid y Barcelona, donde los usuarios han experimentado frecuentes retrasos y cancelaciones.
Las incidencias de Renfe se acumulan mientras los gastos crecen
Los datos del gasto en personal relativos al año 2022 en Renfe contrastan con las denuncias de muchos usuarios, que lamentan que los trenes cada vez sufren más retrasos mientras que las facilidades para las reclamaciones han disminuido. Los pasajeros afectados llevan meses expresando su frustración a través de las redes, destacando el impacto negativo en sus rutinas diarias.
En respuesta a esta situación, Renfe no ha mejorado la situación para los usuarios, sino que ha endurecido las condiciones de devolución de billetes por retraso, ajustando su política de compensación para ofrecer reembolsos en efectivo, puntos de fidelización o vales de compra, dependiendo del retraso y la preferencia del pasajero.
Hasta el 1 de julio, se devolvía el 50% del importe del billete por retrasos superiores a 15 minutos y el 100% por demoras de más de 30 minutos. Sin embargo, las nuevas condiciones exigen retrasos de 60 minutos para compensaciones del 50% y de 90 minutos para el 100%. Esta medida ha generado críticas en las redes sociales y entre los usuarios, quienes han manifestado su descontento con las nuevas políticas.
Sobre los principales motivos de las incidencias en Renfe, uno de los problemas más críticos es el envejecimiento de la flota de trenes. A pesar de las recientes inversiones en nuevos trenes para servicios de Cercanías y Media Distancia, una parte significativa de la flota sigue siendo antigua y propensa a averías frecuentes, lo que dificulta el correcto funcionamiento de las líneas. La adquisición de nuevos trenes es un proceso lento y costoso, que requiere planificación y recursos significativos.
Las huelgas y paros laborales también han sido un problema recurrente. Los empleados de Renfe han llevado a cabo varias huelgas en protesta por las condiciones laborales y salariales en los últimos años, lo que ha provocado interrupciones en el servicio y ha señalado tensiones internas dentro de la empresa que necesitan ser abordadas de manera efectiva.
Más noticias: