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Hombre sentado en un sofá tocando una trompeta roja sin camisa con cojines de colores y una pintura abstracta al fondo
CULTURA

Vuelve el sonido inmortal de Miles Davis: Una obra de teatro redescubre 'Kind of Blue'

Miles Davis grabó un disco que rompió con el 'bebop' y abrió la puerta a nuevas sonoridades con leyendas como Coltrane

En pocos días entramos en septiembre y este año se cumplen 24 años de la muerte de  Miles Davis III, considerado el trompetista y compositor de jazz más importante del siglo XX. Había nacido en Illinois en 1926 y se convirtió en una de las figuras más relevantes, innovadoras e influyentes de la historia del género, al nivel de Louis Armstrong, Duke Ellington, Charlie Parker o John Coltrane.

No son pocos los que recuerdan a Davis. De hecho, hasta esta semana el Festival Fringe de Edimburgo presenta 'Miles'. La aclamada obra teatral escrita y dirigida por Oliver Kaderbhai explora la creación de Kind of Blue. El montaje combina actuaciones vivas, música, biografía y contexto social, centrándose en la vida compleja de Miles Davis.

Publicado en 1959, Kind of Blue es una de las grabaciones más influyentes del siglo XX. Davis no grabó solo un disco: inauguró una forma de entender la música como experiencia trascendental. El álbum representa un sonido abierto, limpio, inagotable y fiel al ideal de libertad musical.

Su estatus canónico no se debe únicamente al éxito comercial, aunque sea el disco de jazz más vendido de todos los tiempos. La crítica lo considera “el álbum definitivo del jazz moderno” porque redefinió los fundamentos estéticos del género.

Ese año marcó un punto de inflexión. Además de Kind of Blue, se publicaron trabajos fundamentales como Time Out de Dave Brubeck y The Shape of Jazz to Come de Ornette Coleman. Davis planteó un viraje desde la tradición armónica compleja del bebop y el hard bop hacia un lenguaje modal que multiplicó las posibilidades expresivas.

La influencia del teórico George Russell fue decisiva. Su obra Lydian Chromatic proponía liberar la improvisación de la rígida sucesión de acordes y basarla en escalas modales. Davis adoptó la idea, no como un método cerrado, sino como un principio estético: reducir la armonía y devolver la libertad al intérprete.

El sexteto de Kind of Blue

El valor del disco no puede entenderse sin la interacción de su sexteto. John Coltrane, al saxofón tenor, estaba en plena búsqueda de un nuevo lenguaje. Cannonball Adderley, con el saxo alto, aportó raíces del blues y el góspel, equilibrando la abstracción modal con la energía del soul. Bill Evans añadió sensibilidad pianística, cercana al impresionismo europeo, con influencias de Debussy y Ravel.

El grupo se completaba con Wynton Kelly al piano, Paul Chambers al contrabajo y Jimmy Cobb a la batería. Formaban una base rítmica sobria y flexible que permitía la expansión melódica. Bajo la dirección de Davis, las personalidades del sexteto se fundieron en un diálogo sonoro común. El resultado fue un jazz inimitable, convertido en lección imprescindible para principiantes y veteranos.

Improvisación y estética

El rasgo definitorio del disco es la improvisación modal. Frente al bebop, que imponía secuencias armónicas vertiginosas, Davis construyó piezas sobre uno o dos modos. Lo relevante no es solo la estructura, sino su efecto estético: la música abandona la tensión y resolución típica del jazz tonal y entra en un terreno de contemplación. El tiempo deja de ser lineal y se convierte en un espacio sonoro en expansión. Escuchar Kind of Blue es entrar en otra dimensión.

El álbum fue recibido con entusiasmo desde su publicación, pero su canonización se consolidó con el tiempo. La crítica lo reconoció como una obra de iniciación al jazz, accesible incluso para oyentes no familiarizados con el género. La sofisticación convivía con una enorme claridad. El sonido de las escobillas de Jimmy Cobb se mantiene en segundo plano. El piano de Kelly acaricia suavemente la trompeta de Davis en una conjunción rítmica e instrumental única.

En 2002, la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos lo incorporó al National Recording Registry por su importancia histórica y cultural.

Influencia y legado

El musicólogo Ted Gioia señaló que Kind of Blue representa la síntesis más lograda entre innovación radical y aceptación masiva. En el jazz abrió camino a las exploraciones de los años sesenta y setenta y al free jazz, que encontró en la reducción armónica una herramienta de liberación.

Su influencia traspasó el género. Inspiró al rock de Pink Floyd y The Doors, que adoptaron atmósferas modales e improvisación expansiva. En la música académica contemporánea, los minimalistas Steve Reich y Philip Glass encontraron afinidad estética con su cualidad contemplativa. También dejó huella en géneros como el trip hop y la electrónica atmosférica.

Kind of Blue no es solo un álbum, es un paradigma. Transformó la relación entre estructura y libertad, entre lo individual y lo colectivo, entre lo inmediato y lo eterno. La apuesta de Davis por el minimalismo modal fue un gesto estético, filosófico y político. Recuperó el espacio para la respiración, el silencio y la emoción desnuda.

Su relevancia cultural y académica radica en ser un caso excepcional donde innovación y éxito coincidieron. Davis inauguró una manera de pensar la música como experiencia trascendental y siempre abierta.

Una carrera en constante evolución

La trayectoria de Miles Davis se extendió por cincuenta años. Recorrió la historia del jazz en la segunda mitad del siglo XX, caracterizándose por la búsqueda constante de nuevos caminos. Participó con fuerza en la vanguardia jazzística, en el jazz modal y en la fusión con el rock y el funk.

El sonido de su trompeta se reconocía al instante. Utilizaba una sordina Harmon de acero, fabricada expresamente para él, que producía un toque personal e íntimo. Su estilo era suave y melódico, con notas cortas, tendente al lirismo y la introspección.

Comenzó a interesarse por la música en su infancia. A los 12 años ya recibía clases de trompeta y tocaba en bares locales mientras estudiaba. Con 16 actuaba fuera de la ciudad los fines de semana y, a los 17, se unió a la banda Eddie Randle's Blue Devils, llegando a ser director musical.

Su primera gran oportunidad llegó en 1944. La banda de Billy Eckstine estaba de gira y necesitaba un trompetista. Davis se unió dos semanas y compartió escenario con Parker y Gillespie, pioneros del bebop.

En 1945 abandonó sus estudios para dedicarse por completo al jazz. En noviembre participó en la primera sesión de Charlie Parker como líder para Savoy Records. Se convirtió en miembro fijo de su quinteto y grabó algunas de las piezas más célebres del género.  Su estilo, más suave y minimalista, contrastaba con el virtuosismo del bebop. Permaneció cuatro años con Parker.

Después colaboró con Tadd Dameron y viajó a París en 1949 para participar en el Festival International de Jazz. Allí fue recibido como estrella por la intelectualidad francesa, conoció a Picasso y Sartre y vivió un romance con Juliette Gréco. La experiencia le marcó, al compararla con el racismo sufrido en Estados Unidos.

En los años cincuenta contribuyó a definir el hard bop con temas como Walkin’. Este estilo retomaba la energía del bebop e incorporaba elementos del rhythm and blues, en contraste con el sonido calmado del cool jazz. En 1955 brilló en el Festival de Newport con ’Round Midnight y su uso de la sordina Harmon. La crítica lo consagró como la nueva estrella del jazz moderno.

Un año después firmó contrato con Columbia Records y formó su Primer Gran Quinteto. Grupo formado junto a Red Garland, John Coltrane, Paul Chambers y Philly Joe Jones. Grabaron ’Round About Midnight, que presentó a Davis al gran público. Paralelamente, Prestige Records publicó grabaciones previas en forma de cuatro álbumes.

El quinteto ofreció una mezcla de bebop, baladas y canciones del American Songbook. Mientras Davis mantenía un estilo melódico y ligado, Coltrane desplegaba solos intensos y desafiantes. Garland, influido por Ahmad Jamal, reforzaba la sonoridad con acordes en bloque. El grupo se convirtió en una referencia ineludible del jazz moderno.

En 1957, Columbia lo unió de nuevo a Gil Evans para grabar Miles Ahead, un éxito que consolidó su colaboración.  Ese mismo año compuso la banda sonora de Ascensor para el cadalso, improvisada en directo sobre la película de Louis Malle. En 1958 lanzó Porgy and Bess, con Evans adaptando El Concierto de Aranjuez de Joaquín Rodrigo, un hito en la fusión entre música clásica y jazz.

Finalmente, entre marzo y abril de 1959, Davis reunió a Evans y Coltrane en los estudios de Columbia para grabar Kind of Blue. El álbum fue la mayor incursión del sexteto en el jazz modal y el proyecto más ambicioso de Evans. Con el paso de las décadas alcanzó el reconocimiento mundial y se convirtió en el disco de jazz más vendido de la historia.

Reconocimiento y últimos años

El éxito de sus trabajos con Evans y de su quinteto lo lanzó al estrellato. Davis permitió que muchos aficionados al rock descubrieran la belleza del silencio y la respiración musical.

En 1991 ofreció uno de sus últimos momentos memorables en el Festival de Jazz de Montreux, donde tocó con la orquesta de Quincy Jones. Ganó varios Grammy por álbumes como We Want Miles (1982), Tutu (1986) y Aura (1989).

Murió el 28 de septiembre de 1991 a los 65 años, en el hospital St. John de Santa Mónica, donde estaba ingresado por problemas de salud. Su último álbum, Doo-Bop, fue lanzado póstumamente. Está enterrado en el cementerio de Woodlawn, en Nueva York.

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