
'Corta el cable rojo', la fórmula de reirse a contrarreloj en la Gran Vía de Madrid
Creado por Carlos Ramos junto a José Andrés y Salomón, “Corta el cable rojo” lleva 8 temporadas en la Gran Vía madrileña
A lo largo de la historia contemporánea podemos reconocer muchas formas de humor. Todas ellas han sido representadas por grandes actores, humoristas y personajes serios, como Charles Chaplin, Groucho Marx o Buster Keaton. En la actualidad, encontramos estilos basados en chistes explicados con seriedad, lo que provoca risa tanto por la forma como por el contenido. En España tenemos ejemplos como Gila o Eugenio. Como se suele decir, sin malicia: “Este es un país de chiste”.
En tiempos modernos no se puede olvidar a Woody Allen, maestro del humor en el cine y del humor sarcástico. Como muestra, una de sus frases más célebres: “Dios ha muerto, Nietzsche ha muerto y yo no gozo de buena salud”.
Son muchos los dichos sobre el humor. Tal vez el más común sea: “Más vale caer en gracia que ser gracioso”. La idea es sencilla: si lo que cuentas no tiene gracia, mejor evitarlo y no hacer el ridículo.
La palabra humor (del latín humor, -ōris), según la Real Academia Española, se define como el modo de presentar, enjuiciar o comentar la realidad resaltando el lado cómico, risueño o ridículo de las cosas. Como forma de expresión social, tiene sus orígenes en la antigüedad. Ya en la comedia griega del siglo V a. C., con autores como Aristófanes, encontramos sus primeras manifestaciones.
Con el tiempo, el humor evolucionó. Pasó de la reflexión sobre la sociedad a ser una herramienta para expresar ideas, cuestionar normas y crear vínculos sociales, como se observa en la sátira romana.
El humor es, en sí mismo, una categoría estética. Expresa la disconformidad, total o parcial, respecto a fenómenos sociales, la conducta y costumbres de las personas o el curso de los acontecimientos. También frente al ideal estético de las fuerzas sociales progresistas, según la RAE.

Una variante de lo cómico es el intento de lo feo, históricamente condenado como asocial e inhumano, de presentarse hipócritamente como bello.
En esta línea, Francisco Giner de los Ríos afirmó en 1876: “El fundamento de la inmensa variedad de lo humorístico es el contraste, esto es, la conciencia de una contradicción, desajuste o desproporción que desbarata la realidad objetiva”.
Sin embargo, algunos consideran esta definición insuficiente. El comediógrafo francés Molière ya señaló en “Lettre sur la comédie de l'Imposteur” (1667): “Para conocer lo cómico es preciso conocer lo racional, de lo cual lo cómico señala ausencia. La incongruencia es el corazón de lo cómico”.
Joseph Klatzmann, en “L'Humour juif”, define el humor según la necesidad: «Reír para no llorar». Más pesimista, Nietzsche escribió: “El hombre sufre tan terriblemente en el mundo que se ha visto obligado a inventar la risa”. Una concepción cercana a la filosofía cínica, que entiende el humor como catarsis o contraveneno espiritual que hace más soportable la existencia. Humberto Eco, por su parte, sostiene que lo trágico y lo dramático son universales, pero lo cómico no.
El humor es social. La risa es una actividad comunal que crea vínculos, difumina conflictos y alivia el estrés y la ansiedad. Sin embargo, cambia de significado cuando se ejerce en soledad. En su uso más genuino, el humor se apoya en la comicidad como forma de entretenimiento y comunicación que busca mejorar el ánimo y provocar felicidad.
'Corta el cable rojo': el humor en vivo y en directo
Un ejemplo es el espectáculo “Corta el cable rojo”, que lleva ocho temporadas en la Gran Vía madrileña. Se representa en un pequeño teatro, siempre con lleno diario. Allí, el humor se combina con improvisación, ocurrencias y tecnología.
La obra, ideada por Carlos Ramos, se basa en tres cómicos que deciden improvisar según lo que proponga el público. Con las frases sugeridas crean un “sketch” lleno de gestos, juegos de palabras y apoyo audiovisual mediante un “video wall” que ocupa las tres paredes del escenario.
En compañía de Carlos Ramos participan José Andrés y “Salomón”, conocidos en el mundo de los monólogos por su paso por Paramount Comedy y El Club de la Comedia. Ramos dirige la estructura de cada cuadro, buscando siempre la originalidad y la comicidad.
En uno de los cuadros, el público aporta información personal como nombres u ocupación. Con respeto, los cómicos la transforman en situaciones cómicas que hacen reír sin ofender. También suben espectadores al escenario, como un niño al que Ramos preguntó: “¿Sabes por qué tu padre te trae a este espectáculo y no a ver El Rey León? Porque esto es más divertido”. Ejemplo claro de sarcasmo oportuno.

Cada cuadro se apoya en música en directo, que acompaña las escenas con efectos de tensión, ritmo o sorpresa. En total, son diez escenas durante 90 minutos de improvisación, siempre con la risa como objetivo principal.
“Corta el cable rojo” fue fundado en 2011 por Carlos Ramos, José Andrés y Salomón.
- Carlos Ramos es pionero de la stand-up comedy en España. Lleva más de 3000 actuaciones y ha grabado ocho monólogos en Comedy Central. Es fundador de la Escuela de Artes de la Comedia, donde enseña improvisación y técnicas humorísticas.
- Salomón, ingeniero informático, dejó la investigación tecnológica para dedicarse al humor. Ha participado en Paramount Comedy, en la obra “Los 39 escalones” y en la serie “Esposados”. También estudió improvisación en la Second City de Chicago.
- José Andrés, el más bajo del trío, ha grabado cuatro monólogos en Paramount Comedy y actuado en más de 500 ocasiones. Es autor de espectáculos teatrales como “Sinfonía manchega en Sol mayor” y “Humor Con-Sentido”. Además, escribe guiones de televisión y musicales.
Los tres han hecho de la improvisación su seña de identidad, demostrando que el humor, en esencia, es un lenguaje universal que conecta, alivia y hace felices a quienes lo comparten.
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