Agustín Gómez Arcos, el dramaturgo castigado por la censura: Se recuperan 17 obras

Tras el éxito obtenido por las novelas de Agustín Gómez Arcos, Editorial Cabaret Voltaire ha publicado su dramaturgia. Ha sido reunida por primera vez en un solo volumen. 

Dos años de ambicioso y cuidado trabajo editorial han permitido que vea la luz un total de diecisiete obras, en su gran mayoría inéditas. Hasta ahora se encontraban dispersas en distintos archivos personales e institucionales.

Mil páginas de piezas desafiantes y revolucionarias que acabaron prohibidas por la censura y obligaron a su autor al exilio. En ellas ya se prefiguran algunos de los temas, tramas y personajes que más tarde caracterizarían también su narrativa. Así como una destreza que él mismo consideraría crucial en su escritura: el dominio de los diálogos.

Agustín Gómez Arcos nació en la localidad almeriense de Enix en 1933 y falleció en París en 1998.  Su labor de dramaturgo es merecedora, en dos ocasiones, del Premio Nacional Lope de Vega.

Al sentirse acosado por la censura de la dictadura franquista, decide exiliarse: primero en Londres; luego, definitivamente, en París, donde se instala en 1968.

Gómez Arcos murió tras haber publicado catorce novelas en francés y haber sido galardonado con numerosos premios literarios. También fue condecorado con la Orden de las Artes y las Letras francesas con grado de caballero en 1985 y de oficial en 1995. 

“Su obra fue osada y comprometida y, desgraciadamente, recuperada luego con considerable retraso.  Ha sido víctima de una injusticia”, decía Francisco Nieva, dramaturgo. 

“Un autor llamado ‘hereje’ por su extraordinaria personalidad”, afirmaba, el prestigioso crítico teatral periodista Arcadio Baquero.

Los inicios de Agustín Gómez Arcos

Fue a mediados de los 50, en su época universitaria en Barcelona, cuando Agustín Gómez Arcos descubrió su pasión por el teatro. Género al que se dedicará por entero, abandonando la poesía, tanto en su etapa madrileña como en los primeros años de exilio. 

Su primera pieza estrenada fue ‘Elecciones generales’, en 1960. Dos años más tarde ganó el Premio Lope de Vega con ‘Diálogos de la herejía’. Se trata de un drama en el que la Inquisición sirve como metáfora para aludir a la situación política del momento. 

El premio le fue retirado, y se prohibió su representación. No iba a ser la última vez que sus obras enfrentasen la censura: más bien se convirtió en una constante.

Pero ante las dificultades de escribir en libertad y los continuos desencuentros, Gómez Arcos se vio abocado al exilio en 1966. ‘Decidí que no tenía nada que hacer en este país’, explicaría años más tarde. Vivió primero en Londres, y más tarde en París, a donde llegó en 1968.

Comenzó a trabajar en un café-teatro del Barrio Latino, para el que escribió dos piezas breves. Continuó escribiendo teatro hasta 1972, cuando se dio cuenta de que “había dejado de ser un arte de la palabra viva y un arte combativo y conflictivo”. En adelante, se dedicaría por completo a la narrativa.

Las claves de su estilo y principales obras

En su teatro se pueden distinguir dos etapas. La primera, aún en España, se caracteriza por sus ecos de picaresca, esperpento y voces lorquianas. En la segunda, ya en Francia, se acerca al teatro del absurdo y al surrealismo. 

Su escritura es una intersección entre tradiciones, que aúna transgresión y lirismo. La alegoría le sirve de recurso para reflejar la sociedad del momento. También le vale para trascenderla en un revelador análisis atemporal de los mecanismos del poder y su contrapunto.

Desde su exilio, sus obras no volvieron a representarse en un escenario español. Sin embargo, en 1991 comenzaron a recuperarse por iniciativa del Centro Dramático Nacional. 

Se pondrán en escena tres de ellas, ‘Los gatos’ y ‘Queridos míos, es preciso contaros ciertas cosas’ y ‘Interview de Mrs. Muerta Smith por sus fantasmas’.

En la edición de este volumen de 1000 páginas, se han ordenado las piezas teatrales cronológicamente, respetando el año de escritura. 

‘Elecciones generales’, es la primera obra teatral que se representó en los escenarios, en 1960. A un pueblo hasta entonces ajeno a la política, llega un diputado dispuesto a comprar las almas de los muertos para construir un pasado para su partido.

En ‘Balada matrimonial’ aparece un tema clave en la dramaturgia de Agustín Gómez Arcos como son las relaciones sentimentales. Irreverente en tema y lenguaje, la obra presenta a un matrimonio inmerso en un doble adulterio. 

‘Los gatos’, es una obra que fascinó en el teatro, trata de la intolerancia y está plagada de humor negro. Fue estrenada en 1965 en el Teatro Marquina de Madrid. Se trata de una tragicomedia que emplea el esperpento para satirizar sobre las costumbres de los estratos más rancios de la sociedad española. 

‘Mil y un mesías’, es una obra que ejemplifica uno de los temas más recurrentes en el teatro de este autor, el cuestionamiento del ejercicio del poder. La figura de un salvador que parece llegar para derrocar al autoritarismo y acaba por reproducirlo.

Dirige su crítica con firmeza contra toda actitud que considera un abuso o una incoherencia, la ejerza quien la ejerza.

El tema central de ‘Queridos míos, es preciso contaros ciertas cosas’, es la búsqueda de la verdad. Escrita en 1966, la censura tampoco permitió su representación, en una involuntaria confirmación de su propio argumento.

‘Prepapá’, se enmarca en el teatro del absurdo evocando al teatro de Ionesco. Esta es una de las últimas obras de Agustín Gómez Arcos antes de dedicarse por entero a la narrativa. Se estrenó en el café-teatro L’Odéon de París en el año 1969.

‘Interview de Mrs. Muerta Smith por sus fantasmas’, fue la primera que la directora teatral, Carme Portaceli recuperó para el Centro Dramático Nacional. Estrenada en la sala Olimpia de Madrid en 1991, había sido representada ya en sus versiones en inglés y francés en distintos países. 

En ella, Mrs. Muerta, el cadáver de una vieja dama americana resucitada, surca en su nave espacial los confines del Universo a la búsqueda del significado de Dios.

Su obra forma parte del programa educativo de los liceos franceses y ha sido traducida a catorce idiomas. Murió, en suma, como un escritor prestigioso y, como tal, fue enterrado en el cementerio de Montmartre de París, en una tumba en cuya lápida se puede leer: ‘Un hombre libre’.