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Un grupo de mujeres en trajes de baño vintage posando con manzanas sobre un fondo morado.
CULTURA

Quiénes son las 'Sinsombrero': Las mujeres olvidadas de la Generación del 27

Maruja Mallo, Concha Méndez, Rosa Chacel y María Zambrano fueron parte del grupo, pero su legado fue entonces silenciado

Si piensas en la Generación del 27, seguramente te vienen a la mente nombres como Federico GarcíaLorca, Rafael Alberti,Luis Cernuda o Pedro Salinas. Son figuras icónicas de la literatura española, celebradas por su talento y su espíritu vanguardista. Pero, ¿qué pasa con ellas? ¿Dónde están las mujeres que también formaron parte de este movimiento?.

No fue hasta 2015, con el documental de RTVELas Sinsombrero, cuando se acuñó este término para darles la visibilidad que siempre merecieron. Ellas, en los años 1920 por las artistas Maruja Mallo y Margarita Manso, junto con Salvador Dalí y  Federico García Lorca.

Durante un paseo por la Puerta del Sol, decidieron quitarse el sombrero en público. Un gesto que desafió las convenciones sociales de la época que dictaban que tanto hombres como mujeres debían llevar la cabeza cubierta en espacios públicos. Este gesto provocó la reacción airada de los transeúntes, quienes les insultaron y les lanzaron piedras.

Un grupo de mujeres de pie juntas, vestidas con ropa de época, sobre un fondo morado.
Las Sinsombrero | El Cierre Digital

Maruja Mallo, Concha Méndez, María Zambrano, Rosa Chacel y muchas más. Fueron poetas, pintoras, filósofas y dramaturgas que innovaron y desafiaron las normas de su tiempo.

Sin embargo, sus nombres quedaron en la sombra. La historia, escrita desde una perspectiva patriarcal, las silenció. La censura y el franquismo terminaron de borrar su legado, consolidando la idea de que la Generación del 27 solo estaba formada por hombres. Hoy vamos a conocer a algunos de estos nombres que marcaron historia. 

Maruja Mallo: La pintora de la libertad

Maruja Mallo fue una de las artistas más innovadoras de su tiempo. Nació en 1902 en La Rasa, Soria, y se trasladó a Madrid para estudiar en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

Influenciada por el surrealismo y el cubismo, su obra no solo reflejó la modernidad, sino también una profunda conexión con la esencia de lo popular. En 1929, obtuvo una beca para estudiar en París, donde su arte comenzó a ser reconocido en importantes galerías.

Retrato en blanco y negro de una mujer con expresión pensativa y mirada hacia arriba.
Maruja Mallo | WikimediaImages

Además de su destreza artística, Maruja Mallo fue una mujer comprometida con su tiempo. Su participación en movimientos sociales y su colaboración con las Misiones Pedagógicas durante la Segunda República  son muestras de su activismo.

Durante su estancia en Galicia con las Misiones Pedagógicas, compartió experiencias con el sindicalista trotskista Alberto Fernández Mezquita, considerado su gran amor tras Rafael Alberti. Sin embargo, la Guerra Civil los separó y nunca volvieron a encontrarse.

Mallo tuvo una relación intensa y creativa con Rafael Alberti, quien se inspiró en su obra para escribir el libro 'Sermones y moradas' y algunos poemas de 'Sobre los ángeles'. También colaboró con él en diversas obras teatrales, como La pájara pinta. No obstante, su ruptura fue traumática. 

Cuando Alberti inició una relación con María Teresa León, optó por minimizar la influencia de Mallo en su obra. Más tarde, vivió un romance con el poeta Miguel Hernández. Con quien le dedicó varios sonetos en su poemario 'El rayo que no cesa' (1936). Reflejando la pasión y el dolor de su vínculo con la pintora.

Una pareja posando junto a una barandilla de madera en un entorno oscuro, ambos vestidos con ropa formal de época.
Maruja Mallo y Rafael Alberti | Archivo

Su pintura 'Sorpresa del trigo' (1936) es una de las más emblemáticas de este periodo, mostrando su sensibilidad ante los problemas sociales y su vinculación con el pueblo. Tras la Guerra Civil, Mallo se exilió en Argentina, donde continuó con su producción artística. A lo largo de su vida, fue una mujer de personalidad desbordante, atractiva y provocadora. Disfrutaba escandalizando a los sectores más conservadores de la sociedad.

Mantuvo múltiples aventuras amorosas, pero nunca contrajo matrimonio. Su legado, aunque en un principio fue relegado, fue valorado en su justa medida con el tiempo. Convirtiéndola en una figura imprescindible del arte del siglo XX.

Rosa Chacel: La exploradora de la psicología humana

Rosa Chacel (1898-1994) fue una escritora que destacó por su estilo único y su profundidad intelectual. Su obra 'Memorias de Leticia Valle' (1932) es una de las más representativas de la  Generación del 27.

Chacel se formó en Madrid y tuvo una estancia en Roma gracias a una beca. Le permitió relacionarse con figuras clave de la vanguardia europea. Su exilio en Brasil y Argentina a partir de 1939 marcó un hito en su carrera, impidiéndole el reconocimiento inmediato en España. Sin embargo, en las últimas décadas, su obra ha sido redescubierta y reivindicada.

Retrato en blanco y negro de una mujer con abrigo de piel.
Rosa Chacel | WikimediaImages

En cuanto a su vida personal, su relación más significativa y conocida fue con el pintor Timoteo PérezRubio, con quien contrajo matrimonio en 1921. Fruto de esta unión nació su único hijo, Carlos, en 1922.

Chacel y Pérez Rubio compartieron gran parte de sus vidas. Incluyendo períodos de residencia en diversas ciudades europeas y latinoamericanas debido al exilio provocado por la Guerra Civil Española. Durante estos años, su esposo desempeñó un papel crucial en la protección y traslado de obras de arte del Museo del Prado para salvaguardarlas del conflicto.

Una familia de tres personas posa para una fotografía en blanco y negro, con un niño a la izquierda, una mujer en el centro y un hombre a la derecha, todos vestidos con ropa de época.
Rosa Chacel, su hijo Carlos junto a Luis Cernuda | La Metrópoli de las Mujeres

A lo largo de su carrera, Chacel también incursionó en el ensayo y la poesía, además de la narrativa. Obras como 'Barrio de Maravillas'  (1976) destacan por su estilo introspectivo y su capacidad para capturar la memoria y la identidad. Su enfoque en la psicología de los personajes, así como en la experimentación formal, la convirtió en una figura singular dentro de la literatura española del siglo XX.

En 1989, la Universidad de Valladolid le otorgó el título de Doctora Honoris Causa y en 1990 recibió el Premio Castilla y León de las Letras. También fue galardonada con el Premio de las Letras Españolas en 1991, consolidando su lugar en el canon literario español. A pesar de la distancia y la falta de reconocimiento en vida, Rosa Chacel dejó un legado literario de gran valor. Con una narrativa introspectiva y poética que abarcaba las complejidades del alma humana.

Concha Méndez: La poeta de la Modernidad

Concha Méndez (1898-1986) fue una destacada poeta, dramaturga y editora española, asociada a la Generación del 27. Nació en Madrid, siendo la mayor de once hermanos en una familia burguesa. Desde joven, mostró interés por la cultura y las artes. Influenciada por su educación en un colegio francés y su afición por la gimnasia y la natación, deporte en el que fue campeona.

Una mujer con cabello corto y ondulado mirando hacia adelante en una fotografía en blanco y negro.
Concha Méndez | WikimediaImages

En 1919, durante sus veranos en San Sebastián, conoció a Luis Buñuel, con quien mantuvo una relación de siete años. Esta relación le permitió integrarse en círculos literarios y artísticos, conociendo a figuras como Federico García Lorca, Maruja Mallo  y Rafael Alberti. Buñuel le regalaba insectos y ratones blancos, y aunque su relación fue cercana, nunca la presentó a sus amigos de la Residencia de Estudiantes.

Tras su ruptura con Buñuel, Concha se casó en 1932 con el poeta y editor Manuel Altolaguirre. Juntos fundaron la imprenta La Verónica  y lanzaron revistas literarias como Héroe y Caballo Verde para la Poesía. La pareja tuvo una hija, Paloma, nacida en 1935.

Dos personas sentadas en una habitación con una lámpara sobre una mesa y una estantería al fondo.
Manuel Altolaguirre y Concha Méndez | La Metrópoli de las Mujeres

En 1926, publicó su primer libro de poemas, Inquietudes, al que siguieron otros como 'Canciones de mar y tierra'  (1930). A través de su relación con artistas como Luis Buñuel y Federico García Lorca, y con su esposo, el poeta y editor Manuel Altolaguirre. Concha Méndez  desempeñó un papel clave en la difusión de la literatura española. Con el estallido de la Guerra Civil, se exilió primero en Cuba y luego en México, donde continuó su labor literaria.

En 1944, Manuel abandonó a Concha por otra mujer, lo que la llevó a alejarse de la vida pública. A pesar de las dificultades personales, mantuvo correspondencia y amistad con otros poetas exiliados, como LuisCernuda.

A través de su obra, Concha Méndez exploró temas como la libertad, el amor y la naturaleza, siempre con una mirada profunda hacia lo humano. Sus memorias, recopiladas por su nieta Paloma Ulacia Altolaguirre. Estas ofrecen una visión íntima de su vida y de las mujeres de la Generación del 27, conocidas como Las Sinsombrero. Concha Méndez fue una mujer adelantada a su tiempo, que desafió las convenciones sociales y luchó por su independencia y reconocimiento en el mundo literario.

María Zambrano: La filósofa de la razón poética

María Zambrano (1904-1991) fue una de las filósofas más importantes de la España del siglo XX. Su concepto de 'razón poética' representa una de sus mayores contribuciones al pensamiento contemporáneo.

Tras la Guerra Civil, debido a su implicación con la causa republicana. Se exilió durante más de 40 años, viviendo en diversos países y desarrollando una obra filosófica y literaria. En ellas, abordó la relación entre razón, emoción y poesía.

Una mujer con abrigo y boina oscura con un símbolo en la parte frontal posa al aire libre en una fotografía en blanco y negro.
María Zambrano | WikimediaImages

Durante su adolescencia en Segovia, María experimentó un amor platónico por su primo Miguel Pizarro. Un joven poeta vinculado al círculo intelectual de 'El Rinconcillo', que incluía a figuras como Federico García Lorca. Sin embargo, su padre, Blas Zambrano, desaprobó esta relación y decidió enviar a Miguel a Japón para separarlos. Esta intervención paterna marcó uno de los primeros giros significativos en su vida emocional.

Tras la partida de Miguel, María conoció al alférez de artillería Gregorio del Campo. A los 19 años, quedó embarazada, pero la relación fue breve y el embarazo terminó en pérdida. María expresó su dolor en una carta de despedida a su hijo no nacido. Reflejando una profunda conexión emocional y su temprana experiencia con la maternidad y la pérdida.

Tres personas posan frente a una rueda de carreta en un entorno de ladrillos.
Zambrano y Alfonso Rodríguez Aldave con Luis Cernuda | La Metrópoli de las Mujeres

En 1933, María y Miguel anunciaron su compromiso, aunque este matrimonio nunca se materializó. En 1936, se casó con Alfonso Rodríguez Aldave, historiador y compañero en las Misiones Pedagógicas.

Juntos se exiliaron en Chile tras el estallido de la Guerra Civil Española. Aunque la relación se fue deteriorando debido a las dificultades del exilio y diferencias personales, lo que culminó en su separación alrededor de 1947.

Durante su exilio, María mantuvo relaciones con diversas figuras intelectuales que enriquecieron su vida. En Roma, cultivó amistades con las hermanas Elena y Silvia Croce, así como con escritores como Diego de Mesa  y Jorge Guillén.

En París, entabló relaciones con pensadores como Albert Camus y René Char, aunque no todas fueron profundamente satisfactorias. A lo largo de su vida, marcada por constantes traslados y adaptaciones, María mantuvo un firme compromiso con su labor intelectual.

Una pareja posando frente a un acueducto antiguo.
María Zambrano y Rafael Alberti | La Metrópoli de las Mujeres

En 1988, Zambrano recibió el Premio Cervantes, el máximo galardón literario español, convirtiéndose en la primera mujer en obtenerlo. Su legado sigue vivo, siendo estudiada y admirada en todo el mundo. La Cátedra María Zambrano en la Universidad Nacional Autónoma de México  (UNAM) es un claro ejemplo del impacto duradero de su pensamiento.

El Silencio de la Historia

La mayoría de estas mujeres vivieron el exilio tras la Guerra Civil, lo que dificultó aún más su reconocimiento en la memoria cultural del país. Aquellas que se quedaron en España sufrieron la represión del franquismo, que las excluyó del canon literario y las silenció en los libros de texto.

En este contexto, las mujeres de la Generación del 27  fueron víctimas de un doble olvido: el del exilio y el de la historia patriarcal.

En las últimas décadas, se ha realizado un importante esfuerzo por rescatar la memoria de estas mujeres gracias a iniciativas como  Las Sinsombrero. 

A través de documentales, exposiciones y libros han contribuido a visibilizar sus vidas y sus obras. Universidades y editoriales han comenzado a reeditar sus textos y a incluirlas en los programas de estudio. Lo que les ha devuelto el lugar que siempre debieron ocupar en la historia de la literatura española.

Las Sinsombrero | Imprescindibles

Las Olvidadas de la Generación del 27, las Sinsombrero, no solo rompieron moldes en su tiempo, sino que dejaron un legado que sigue vivo hoy en día. Recordarlas y estudiarlas no solo es un acto de justicia cultural, sino también un paso importante hacia una historia de la literatura más completa.

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