Los 'novios' de Federico García Lorca: Todos los hombres del mito de la literatura
La vida sentimental de Lorca, icono de la literatura hispana, estuvo marcada por figuras como Dalí o Emilio Aladrén
Federico García Lorca es, sin lugar a dudas, uno de los mitos literarios más grandes del siglo XX. Su genio como poeta, dramaturgo y artista ha sido aclamado en todo el mundo.
Su muerte, ocurrida el 18 de agosto de 1936, a manos del franquismo, ha alimentado una leyenda sobre la que se han escrito innumerables libros, artículos y ensayos.
En la actualidad, Lorca es uno de los iconos más relevantes dentro de la literatura española. En particular, en la literatura LGTB de nuestro país.
Sin embargo, este reconocimiento ha eclipsado a otros coetáneos del granadino. Luis Cernuda, Emilio Prados o Vicente Aleixandre, cuyas obras también abordan, de manera directa o figurativa, temáticas relacionadas con la homosexualidad. Estas figuras, aunque menos reconocidas, son fundamentales para comprender el movimiento literario que representó la Generación del 27.
Hay un aspecto de la vida de Lorca que, hasta ahora, ha permanecido en las sombras: su vida sentimental.
Aunque muchos estudiosos han indagado en su sexualidad y cómo influyó en su obra, la dimensión más personal de sus relaciones amorosas había quedado relegada a un ámbito difuso y poco explorado. El escritor y periodista Pablo Ignacio Massas da un paso adelante con su exhaustivo trabajo. Los novios de Federico: Gozos y quebrantos sentimentales de Federico García Lorca.
En este libro, Massas analiza las figuras que formaron parte de las relaciones amorosas del poeta. Y explora las complejidades de su sexualidad y cómo sus amores y desamores moldearon su carácter y su obra.
Este trabajo nos presenta un Lorca más humano, menos envuelto en los mitos que lo han elevado a la categoría de figura universal.
La homosexualidad de Lorca: Un tema tabú
La homosexualidad de Lorca ha sido durante mucho tiempo un tema polémico y, en muchos casos, tabú. Su orientación sexual era conocida por algunos de sus amigos más cercanos, familiares e insinuada en su obra. Pero no fue hasta fechas recientes cuando se comenzó a abordar abiertamente a nivel académico.
Para Massas, este aspecto de la vida de Lorca fue difícil de explorar debido a la resistencia de su familia.
Sus hermanos, especialmente su hermana Isabel García Lorca, se opusieron a cualquier mención pública de la homosexualidad de Federico. Y eso dificultó durante muchos años la posibilidad de escribir una biografía más completa y honesta.
A lo largo de su vida Lorca mantuvo varias relaciones sentimentales que permanecieron ocultas o fueron malinterpretadas. Massas revela que, en contra de lo que muchos pensaban, Lorca no fue un hombre solitario, sino que vivió intensamente sus amores.
No obstante, como apunta Massas en varias entrevistas, Lorca se enamoraba 'fácilmente', pero rara vez encontraba a la persona adecuada. Esta constante búsqueda del amor, que se traduce en un fracaso tras otro fue, según Massas, uno de los motores fundamentales de su vida y su obra.
Los amores de Lorca: Entre la pasión y la contradicción
La vida sentimental de Federico García Lorca está llena de matices y paradojas. En su investigación, Massas revela cómo los grandes amores del poeta estuvieron marcados no solo por su complejidad emocional, sino también por profundas contradicciones.
En el libro Los novios de Federico, el autor destaca que varios de los amantes de Lorca adoptaron posturas políticas opuestas a sus ideales. Lo que puso de manifiesto las tensiones entre el amor y la realidad sociopolítica de la época.
Salvador Dalí: La relación más conocida
Salvador Dalí, una figura central del surrealismo, fue uno de los primeros grandes amores de Lorca. Aunque su relación nunca se formalizó, Salvador ocupó un lugar especial en la vida del poeta.
Su vínculo, aunque breve y tumultuoso, estuvo marcado por una pasión recíproca y por tensiones políticas. En su juventud, Dalí compartió posturas antimonárquicas y surrealistas, pero más tarde se acercó al franquismo.
A pesar de la profundidad emocional entre ambos, Salvador Dalí se proyectó públicamente como el compañero de Gala, mientras su sexualidad y vida personal permanecieron envueltas en debates. La naturaleza de su relación con Lorca sigue siendo un misterio. Pero la tensión entre el amor y la política está clara en la dinámica de estos dos iconos de la cultura española.
Emilio Aladrén: El amor trágico
Entre 1925 y 1927, Lorca vivió una intensa relación con el escultor Emilio Aladrén. Sin embargo, la historia estuvo condenada al fracaso. Aladrén no solo se casó con una mujer inglesa, sino que también se unió a la Falange. De este modo, desarrolló su profesión al servicio del franquismo tras la Guerra Civil.
La ruptura dejó a Lorca sumido en una profunda depresión que lo llevó a viajar a Nueva York (1929 a 1930). Un período que inspiró su icónico poemario Poeta en Nueva York. Además de su relación con Lorca, Aladrén también tuvo un romance con la pintora Maruja Mallo, lo que añade más matices a su compleja figura.
Massas también dedica un capítulo a los viajes de Lorca, que marcaron un antes y un después en su visión del mundo y del amor.
Durante su primer viaje a América, Lorca dejó atrás el dolor de su ruptura con Aladrén y se sumergió en una nueva realidad. En Nueva York, descubrió una ciudad vibrante y una sexualidad más libre que la que había experimentado en su Granada natal.
Su estancia en Cuba (primavera de 1930) fue aún más reveladora, ya que allí fue testigo de una libertad sexual más abierta.
Rafael Rodríguez Rapún: El hombre de las tres erres
Después de la ruptura con Aladrén, Lorca inició una relación con Rafael Rodríguez Rapún. Actor y futbolista del Atlético de Madrid, trabajó como secretario de La Barraca, el grupo de teatro fundado por el poeta.
A diferencia de otros amores, Rapún compartió los ideales socialistas de Lorca. Mantuvo su compromiso durante la Guerra Civil, donde perdió la vida en 1937.
Para Massas, Rapún fue un amor real y congruente con los ideales del poeta. De hecho, es considerado por muchos el inspirador principal de los Sonetos del amor oscuro. Sin embargo, otras investigaciones apuntan también hacia Juan Ramírez de Lucas como posible musa de estos poemas.
Eduardo Rodríguez Valdivieso: El amor platónico, Pierrot
En 1932, durante una fiesta de Carnaval en el Hotel Alhambra Palace de Granada, Lorca conoció a Eduardo Rodríguez Valdivieso. Un joven de 17 años disfrazado de Pierrot. El poeta iba vestido de dominó.
La atracción fue inmediata, aunque las circunstancias laborales y personales impidieron una relación profunda.
Rodríguez Valdivieso visitó a Lorca en varias ocasiones, incluso durante el verano de 1936, mientras el poeta estaba recluido en la Huerta de San Vicente bajo la amenaza de los falangistas.
A pesar de que su relación fue puramente platónica, Lorca le escribió seis de las cartas más íntimas de su correspondencia. Sin embargo, tras la Guerra Civil, Valdivieso se integró al régimen franquista, poniendo de manifiesto otra de las contradicciones en la vida sentimental de Lorca.
Juan Ramírez de Lucas: El último amor trágico
El último gran amor de Lorca fue Juan Ramírez de Lucas, un joven de 17 años conocido como “el rubio de Albacete”. Su relación, aunque intensa, fue breve y marcada por la oposición de la familia de Ramírez. La negativa de su padre a permitir que el joven viajara a México con Lorca marcó el final de su historia.
Tras la Guerra Civil, Ramírez de Lucas se unió al ejército franquista y desarrolló una destacada carrera como periodista en el DiarioABC. Su relación con Lorca fue mantenida en secreto durante 70 años.
Salió a la luz tras su muerte, revelando detalles sobre cómo este amor inspiró los Sonetos del amor oscuro. Según testigos, el magnetismo de Lorca cautivó a Ramírez, quien inicialmente no se sintió atraído por el poeta, pero sucumbió a su carisma.
Ramírez de Lucas personifica la paradoja más dolorosa en la vida de Lorca: el hombre que amó acabó alineado con el régimen que finalmente llevó al poeta a su trágico destino.
La política, el amor y las contradicciones ideológicas. Uno de los aspectos más sorprendentes de la obra es el análisis de la relación entre las inclinaciones ideológicas de Lorca y las de los hombres con los que se vinculó.
Aunque Lorca fue un firme defensor de la izquierda, la mayoría de sus relaciones sentimentales terminaron con hombres que adoptaron posturas políticas radicalmente opuestas.
Esta contradicción, lejos de restarle valor a sus amores, añade una nueva capa de complejidad a su figura. Cada una de estas relaciones, ya fueran fugaces o más profundas, dejó una huella en su carácter y en su literatura.
Un Lorca eterno, más allá del mito
El estudio de Massas no solo ilumina la vida privada de Lorca, sino que plantea una reflexión sobre cómo, en el mundo contemporáneo, su figura sigue siendo un referente. Especialmente para el colectivo LGTBIQ+.
El mito de Lorca como símbolo de la homosexualidad sigue vivo. El poeta sigue siendo un icono para aquellos que luchan por mayor aceptación y visibilidad.
Massas también desmonta algunos de los mitos que rodean su figura, mostrando a un Lorca apasionado. Pero también sujeto a los caprichos y complejidades del amor. Como dice Massas en su libro: "Quién no se ha enamorado de la persona equivocada", un sentimiento universal.
Con Los novios de Federico, Pablo Ignacio Massas no solo ofrece una biografía inédita de Lorca. Nos invita a descubrir al poeta más allá del mito, explorando sus pasiones, frustraciones y contradicciones. En este viaje al corazón de su vida sentimental, Massas ha logrado dar una nueva visión de un Lorca que sigue siendo eterno.
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