Pilar Eyre relata el duro episodio que vivió Juan Urdangarin con su padre en Barcelona
Pilar Eyre comparte uno de los momentos más duros que Juan Urdangarin presenció durante su estancia en Barcelona
Pilar Eyre le ha dedicado su último blog de Lecturas a uno de los miembros más discretos de la Familia Real española: Juan Urdangarin. Durante todo este tiempo, el hijo de los exduques de Palma ha decidido llevar una vida discreta y totalmente alejada de los medios de comunicación.
Sin embargo, esta experta en Casa Real ha querido compartir con todos sus lectores el duro episodio que vivió en Barcelona junto a su padre cuando tan solo era un niño.
Según ha asegurado Pilar Eyre, Juan Urdangarin llevó una vida totalmente normal hasta que el escándalo por el Caso Nóos saltó por los aires. Desde ese momento, tanto él como su familia comenzaron a recibir varios desplantes por parte del resto de los ciudadanos de Barcelona:
“La familia empezó a recibir desplantes, se negaban a darles albornoces en el Tenis Barcelona hasta que se les comunicó que se les revocaba el título de socios de honor. Dejaron de invitar a los niños a las fiestas de cumpleaños y la infanta, que iba muchas veces a buscarlos, dejó de hacerlo”.
Sin embargo, Pilar Eyre asegura que “la vergüenza máxima” se produjo un día que Iñaki Urdangarin fue a comprar el pan junto a Juan Urdangarin. Según ha confirmado la periodista, padre e hijo “fueron recibidos al grito de: «¡Cuidado con los bolsos!»”.
Pilar Eyre relata la dura vida de Juan Urdangarin y su familia en Barcelona
Además, Pilar Eyre ha asegurado que, desde entonces, la casa de los Urdangarin “estaba rodeada de periodistas”. “Alguna vez la infanta intentó salir con sus cuatro hijos, pero tuvo que volver a entrar porque los niños, asustados, se echaban a llorar”, ha añadido la comunicadora a continuación.
Por este motivo, y en un intento por alejarse de todo el escándalo que se había formado alrededor del Caso Nóos, los padres de Juan Urdangarin decidieron “huir a Washington”.
La intención de los exduques de Palma era que sus hijos pudieran llevar una vida mucho más tranquila que en España, pero nada más lejos de la realidad:
“En el colegio había también españoles que les contaron a los otros niños que el padre de los Urdangarin era un ladrón. Sufrieron bullying y Juan Urdangarin tuvo que recibir ayuda profesional”.
Un tiempo después, la familia al completo regresó a Barcelona para “afrontar el juicio”. Sin embargo, la situación “resultó tan infernal” que, desde entonces, “toda la familia necesitó apoyo psicológico”.
“Los niños tenían 14, 13, 11 y 7 años. Después, Ginebra, nuevo cambio de colegio, soledad, desarraigo... Juicio y prisión para el padre, convertido en el chivo expiatorio de la familia”, ha añadido Pilar Eyre antes de hacer esta dura pregunta:
“¿Qué hijo puede sobrevivir a eso sin secuelas, por muchos esfuerzos que haga la madre, que, a su vez, también tiene que sentarse en el banquillo de los acusados?”.
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