
Máxima preocupación: Saltan todas las alarmas por Harald de Noruega y Mette-Marit
La familia real noruega atraviesa uno de los momentos más delicados y complicados de su trayectoria reciente
En el mundo de la realeza, donde las sonrisas y las imágenes impecables son la norma, pocas veces el velo de la perfección se rompe. Sin embargo, en el último año, la Casa Real de Noruega ha tenido que enfrentarse a una de las etapas más sombrías de su historia.
La combinación de problemas de salud y escándalos familiares ha encendido todas las alarmas. Dejando entrever una profunda fragilidad que preocupa tanto dentro como fuera de sus fronteras.

Preocupación por el estado de salud del rey Harald de Noruega
La primera señal de alerta surgió en marzo de 2024, cuando el rey Harald tuvo que ser hospitalizado de urgencia mientras disfrutaba de unas vacaciones. Una infección grave obligó a su traslado inmediato a Oslo, donde los médicos detectaron serias complicaciones cardíacas.
Pocos días después, el monarca pasó por el quirófano para que le implantaran un marcapasos, tras diagnosticársele un preocupante descenso del ritmo cardíaco. Mientras el soberano luchaba por recuperar su salud, nuevos escándalos sacudieron los cimientos de la monarquía.

Marius Borg, el hijo que Mette-Marit tuvo antes de su matrimonio con el príncipe Haakon, fue detenido bajo acusaciones extremadamente graves. Su supuesta implicación en un caso de violación y su ingreso en un centro de rehabilitación, provocaron un gran revuelo.
A esta serie de crisis se sumó la boda de Marta Luisa de Noruega con Durek Verrett. Una ceremonia que terminó empañada por las deudas impagadas y las acusaciones contra el nuevo esposo, que fue señalado por presunta agresión sexual.

Mette-Marit no está atravesando su mejor momento personal
Paralelamente, la princesa Mette-Marit, muy querida por los noruegos, ha tenido que hacer frente a su delicado estado de salud. Diagnosticada de fibrosis pulmonar desde hace varios años, su presencia pública se ha vuelto cada vez más esporádica.
Recientemente, desde el Palacio se anunció que la princesa se vería obligada a reducir sus compromisos debido a las complicaciones diarias derivadas de su enfermedad.
Por si fuera poco, la reina Sonia también encendió las alarmas esta semana tras ser hospitalizada en Oslo debido a problemas respiratorios. Aunque su estado mejoró rápidamente y recibió el alta, los compromisos oficiales previstos para ella fueron cancelados.

La sucesión de complicaciones médicas y escándalos personales ha dejado muy tocada la imagen de la monarquía noruega. De esta manera, su popularidad, según recogen medios locales, ha experimentado un descenso histórico.
Con un rey visiblemente debilitado, una princesa heredera limitada por la enfermedad y un entorno familiar salpicado de polémicas, el futuro de la Casa Real de Noruega se presenta incierto. Sea como sea, la monarquía deberá encontrar una forma de reinventarse.
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