Bichopalo, la alta cocina de Daniel Pozuelo que triunfa a precios democráticos

Durante el mes de agosto Madrid se transforma por completo. El bullicio diario cede paso a una calma poco habitual, y con ello surge la oportunidad perfecta para descubrir rincones gastronómicos donde generalmente resulta complicado conseguir mesa durante el año.

Uno de ellos es Bichopalo, el proyecto más personal y creativo hasta la fecha, de los hermanos Daniel y Guillermo Pozuelo,  que se ha convertido en un imprescindible para los amantes de la buena mesa.

Lo que comenzó como un pequeño puesto en el Mercado de Barceló ha evolucionado hasta convertirse en un restaurante de referencia en el madrileño barrio de Chamberí. Con una reciente reforma y una filosofía que combina alta cocina en constante evolución con precios accesibles, Bichopalo ha logrado algo poco común, que se resume en democratizar el disfrute gastronómico sin sacrificar la técnica ni la creatividad.

Lo mejor de todo, es que este año permanecerá abierto durante todo el mes de agosto para alegrar el verano a aquellos madrileños que no se vayan de vacaciones.

Con el reconocimiento del Bib Gourmand de la Guía Michelin, el chef Daniel Pozuelo, tras su paso por cocinas de renombre como DSTAgE o Arzak, nos propone un menú degustación de diez pases que cruza fronteras sin necesidad de coger un avión.

Por tan solo cincuenta y ocho euros, iniciaremos un viaje de sabores donde platos como el kubak de manitas a la madrileña o el sunomono tibio de níscalos conviven con un irresistible bao de bienvenida y un postre de sésamo en texturas que deja huella.

Mientras tanto, en sala, Guillermo Pozuelo nos recibe siempre con una gran sonrisa y nos adentra en la selecta carta líquida del restaurante para que logremos ese maridaje impecable que se convierte en el complemento perfecto de la velada. 

En un momento en el que muchos restaurantes echan el cierre por vacaciones, Bichopalo permanece abierto durante todo el mes de agosto. Una excusa perfecta para redescubrir Madrid desde la mesa… y quizás anticiparse a una futura estrella Michelin que parece estar cada vez más cerca.