Según los abogados de las herederas de Remedios, la que fuera trabajadora de los Bosé durante más de cincuenta años, el testimonio del cantante es fundamental para aclarar lo sucedido, ya que el relato de la actriz italiana de lo sucedido lo implica. Según Lucía, “la tata”como llamaban cariñosamente a Remedios, cedió en vida al autor de “Amante Bandido” el dibujo de Picasso “La Chumbera”, fechado en 1963.

Según ese mismo relato, Miguel regaló a su madre la obra picassiana ante los problemas económicos que atravesaba la matriarca del clan tras el fracaso de su Museo de los Ángeles de Segovia.

La actriz fue recibida a la entrada de los juzgados por multitud de medios de comunicación. “Estoy bien, no me pone nerviosa nada”, aseguraba la italiana. “Era un dibujo y era mío”, afirmó tajante ante las cámaras.

A pesar de esta entrada serena, en los pasillos del Juzgado se vivieron escenas de tensión entre los acompañantes de la diva y los familiares de las sobrinas de Remedios.

Por su parte, el tío de las demandantes, y también heredero de la sirvienta de los Bosé, ha defendido en los medios de comunicación a la que fuera esposa de Luis Miguel Dominguín, calificando de “sinvergüenzas” a sus sobrinas.

Lucía y Picasso

Pablo Picasso era uno de los más grandes amigos del matrimonio formado por Luis Miguel Dominguín y Lucía Bosé. La pareja era la más popular en las gris España de los años cincuenta. Él era el torero del momento y Lucía una estrella de cine italiana que había participado con genios del séptimo arte como Luchino Visconti o Antonioni.

En su mansión de Somosaguas los Dominguín-Bosé recibían a toda la intelectualidad el momento. A su vez, Picasso era su anfitrión en Francia, donde vivía exiliado, cuando viajaba allí la pareja. La relación fue tan íntima que el pintor malagueño llegó a regalarles dibujos e incluso fue el padrino de bautismo de su hija Paola Dominguín.

Lucía Bosé y Pablo Picasso / Archivo

Durante años algunos biógrafos e historiadores llegaron a afirmar que Picasso estuvo platónicamente enamorado de Lucía Bosé. Ella en las memorias que dictó a Begoña Aranguren (“Diva divina”) echa balones fuera y asegura que el pintor en el fondo tenía una relación con su ex marido de tensión sexual que nunca se llegó a materializar.

En el mismo libro, Lucía narra una anécdota que ante la actualidad es, cuanto menos, llamativa. Haciendo una mudanza, la actriz movió un armario y en la parte superior apareció un dibujo de Picasso. Era un toro alado (un signo característico de su obra) que había dedicado a Luis Miguel. Lucía remata la anécdota contando que se lo cedió a su hija Lucía Jr. cuando ésta tuvo problemas económicos. Una historia similar a la que hora le lleva a los juzgados, en un momento en el que la familia no pasa por su mejor momento tras la polémica ruptura de su hijo Miguel Bosé con su novio Nacho Palau,con demandas de por medio.