La pintura de la polémica que Lucía Bosé subastó tiene como título "La Chumbera", está fechada el 12 de febrero de 1963, y la prueba que certificaría que pertenecía a Remedios y no a la artista, es que en una dedicatoria situada en su parte posterior se puede leer "Para Reme".

Remedios estuvo casi cincuenta años al servicio del clan Dominguín-Bosé. Hasta su fallecimiento en 1999 vivió junto a la actriz italiana. La Fiscalía considera que, tras la venta, que tuvo lugar el 25 de junio de 2008 por 198.607 euros, Lucía debería haber entregado la cantidad recibida a las "herederas de Remedios", que son sus sobrinas: Remedios y María Pilar.

Por su parte, la familia de Lucía alega que “la tata”, como se la conocía cariñosamente, legó el dibujo picassiano a Miguel Bosé y éste a su vez se lo entregó a su madre cuando estaba pasando por una mala situación económica tras el fracaso de su Museo de los Ángeles en Segovia.

Lucía y Picasso

Pablo Picasso era uno de los más grandes amigos del matrimonio formado por Luis Miguel Dominguín y Lucía Bosé. La pareja era la más popular en las gris España de los años cincuenta. Él era el torero del momento y Lucía una estrella de cine italiana que había participado con genios del séptimo arte como Luchino Visconti o Antonioni.

En su mansión de Somosaguas los Dominguín-Bosé recibían a toda la intelectualidad el momento. A su vez, Picasso era su anfitrión en Francia, donde vivía exiliado, cuando viajaba allí la pareja. La relación fue tan íntima que el pintor malagueño llegó a regalarles dibujos e incluso fue el padrino de bautismo de su hija Paola Dominguín.

Lucía Bosé y Pablo Picasso / Archivo

Durante años algunos biógrafos e historiadores llegaron a afirmar que Picasso estuvo platónicamente enamorado de Lucía Bosé. Ella en las memorias que dictó a Begoña Aranguren (“Diva divina”) echa balones fuera y asegura que el pintor en el fondo tenía una relación con su ex marido de tensión sexual que nunca se llegó a materializar.

En el mismo libro, Lucía narra una anécdota que ante la actualidad es, cuanto menos, llamativa. Haciendo una mudanza, la actriz movió un armario y en la parte superior apareció un dibujo de Picasso. Era un toro alado (un signo característico de su obra) que había dedicado a Luis Miguel. Lucía remata la anécdota contando que se lo cedió a su hija Lucía Jr. cuando ésta tuvo problemas económicos. Una historia similar a la que hora le lleva a los juzgados, en un momento en el que la familia no pasa por su mejor momento tras la polémica ruptura de su hijo Miguel Bosé con su novio Nacho Palau, con demandas de por medio.