Se tiene constancia por numerosas pruebas de que los hermanos ricos profirieron expresiones injuriosas en el juzgado, donde se tramita el juicio de paternidad, imputando falsamente al hermano pobre determinadas coacciones.

 Los hermanos acaudalados en el juzgado llegaron a decir que el hijo pobre coaccionó a otro hermano no rico y de distinta madre para que fuera a un lugar de análisis genéticos para comparar el ADN de ambos. Ya que todos tienen en común el mismo padre. Ambos hermanos, de poca economía, fueron libre y voluntariamente a analizar el ADN de ambos.

 Tales hechos calumniosos constituyen una estrategia de defensa, por parte de los acaudalados, contraria a Derecho, pretendiendo la ilicitud de la prueba de ADN que se realizó entre los dos presuntos hermanos voluntariamente en un centro médico. El presunto hermano pobre, a su vez, es hermano de otro hombre, es decir que el padre de ambos es también padre de los presuntos hermanos ricos. El padre tenía varios hijos de tres mujeres: los hijos ricos y otros dos hijos no ricos.   

Paseo marítimo de A Coruña. 

 Hay pruebas de que los hermanos pudientes han intimidado bajo la amenaza de “perderlo todo” al otro hermano también pobre. Lo han obligado a firmar un documento retractándose de su consentimiento a la prueba de ADN. El presunto hermano pobre ha puesto en conocimiento de la Justicia estos hechos y solicita que comparezcan los demandados adinerados y justifiquen tales acciones coactivas, y se abstengan en lo sucesivo de realizar cualquier acción que menoscabe el nombre, honor, fama y propia imagen del presunto hermano pobre.

También pide que abonen la cantidad solidaria de 2.500 €, como indemnización por gastos y perjuicios ocasionados. El juicio para conseguir la filiación el presunto hermano pobre sigue su curso. Según Fernando Osuna “Hay muchas pruebas que llevarán a un buen final y habrá una herencia que puede superar los 1.000.000 euros”.