Uno de los temas más controvertidos y que más polémica crea respecto a la inmigración y, sobre todo, la inmigración irregular, es la idea de que cuando llegan al país reproducen comportamientos violentos o que, en algunos casos, sus hábitos culturales son muy diferentes a los nuestros y por ello traen consigo conductas poco pacíficas.

Sin embargo, la realidad, si se comparan las cifras de delitos por nacionalidades cometidos en nuestro país registradas por el INE (Instituto Nacional de Estadística), no es tan dramática: de los casi 400.000 delitos registrados en España durante el año 2017, la mayoría fueron cometidos por personas de nacionalidad española, concretamente el 77%.

Poniendo el foco en las infracciones penales de carácter sexual cometidas por extranjeros, de los 2.764 delitos contra la libertad sexual el año pasado 2.103 fueron perpetrados por personas de nacionalidad española, seguidos por europeos (8,7%), asiáticos (7,7%) y americanos (5,17 %). La tasa de delitos de este tipo cometidos por ciudadanos africanos apenas superó el 1%. Estas cifras refuerzan la idea de que el aumento de la inmigración no supone un incremento en la violencia ni en la conflictividad del país.

Una oficina de Extranjería en Almería.

España ha sido el país europeo con mayor crecimiento de población inmigrante en los últimos años, registrando entre el año 2000 y el 2014 un aumento exponencial de la población extranjera, llegando a representar un 10% del total de la población según datos del INE.

A pesar de ello, el incremento de la población de fuera de nuestras fronteras no se ha visto acompañado del aumento de las tasas de criminalidad, sino que estas cifras han disminuido ligeramente. Tanto es así, que España es el tercer país europeo con menor tasa de delincuencia, por lo que durante el período de tiempo en el que la inmigración ha crecido en el país, la delincuencia, por el contrario, ha disminuido.

De los países más seguros del mundo

La criminalidad en España durante las últimas décadas y la preocupación de la población por problemas relacionados con la violencia y la seguridad ciudadana ha disminuido notablemente. Según el Índice de Ley y Orden que elabora Gallup, una firma global que “ayuda a los líderes y organizaciones a resolver sus problemas más apremiantes”, España ocupa el puesto número 25 de países más seguros del mundo.

Este estudio se basa en la seguridad percibida por los ciudadanos, en base a una serie de preguntas realizadas a 148.000 personas adultas pertenecientes a 142 países y áreas en el año 2017. Las cuestiones que se contemplan en el informe son las siguientes:

La mayor parte de los encuestados, el 69%, confía en la policía local y el 68% se siente seguro caminando solo por la noche, mientras que un 13% reconoce que les robaron propiedades en el último año, y el 5% asegura que fueron asaltados.

España, con 85 puntos, se encuentra por encima de la media del índice de Gallup, que se sitúa en 81 puntos sobre 100. El país más seguro según este estudio es Singapur, con un máximo de 97 puntos, y en el que sus ciudadanos se sienten menos seguros es Venezuela, con 44 puntos.