El 1 de abril se cumplieron tres meses desde que Rosa María Giménez Wangtiang fue vista por última vez. Lo hizo su hija Lourdes, después de cenar con ella por Nochevieja. Desde entonces no ha vuelto a dar señales y Lourdes se siente “impotente” al no haber novedades sobre el paradero de su madre de 84 años. Lourdes Fuertes y la desaparecida viven juntas cerca del casco antiguo de Zaragoza, concretamente en el barrio universitario de Delicias. 

Tres meses después de la desaparición, elcierredigital.com ha vuelto a contactar con Lourdes Fuertes, que cuenta que llevan "mucho tiempo sin novedades y solo me dicen que siguen buscando por los mismos sitios. Sin embargo, es sorprendente que pese a la cercanía de nuestra casa a la estación Zaragoza-Delicias no hayan buscado allí. Cuando fui a preguntar a la estación, a los dos días de la desaparición, me dijeron que la policía no les había notificado nada. Cuando les dije que había estado allí me dijeron que no se les había pasado por la cabeza. Lo peor es que esto me pasó con varios sitios más”.

Están demostrando una gran falta de empatía y cada día dudo más de que estén haciendo algo por encontrar a mi madre. No es que te sientas impotente, es que te hacen sentir ignorada, es como si yo también hubiera desaparecido. Desde que desapareció mi madre les he llamado todas las semanas y muchas veces me han dicho que me llamarán dentro de unos días, pero luego no lo hacen”, añade Lourdes.

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Rosa María Giménez Wangtiang.

Lourdes cuenta que está ”bastante dolida porque tengo la sensación de que no han hecho lo que han podido. Este desinterés viene desde los primeros momentos en que desapareció mi madre. Creo que se debe a su avanzada edad. Lo primero que me dijeron antes de empezar a buscar es que habían visto un intento de suicidio de hace cinco años en el historial de mi madre. Eso no significa nada porque cinco años puede cambiar la vida, sin embargo, creo que desde que vieron eso dejaron de buscar”.

“El 2 de abril hablé con ellos y les pregunté si habían mirado alguna cámara más y me dijeron que las cámaras se borran a los 15 días, cuando esas imágenes deberían haberse pedido en las primeras horas de la desaparición. Al tratarse de la desaparición de una persona tan mayor tenían que haber activado el helicóptero desde un principio, pero tardaron tres días. Desde el primer momento las noticias me llegaban a cuentagotas. Respecto a la desaparición de mi madre ha habido poca profesionalidad por parte de la Policía Nacional de Zaragoza”, concluye la hija de la desaparecida.

El contexto de la desaparición de Rosa María


A principios del pasado mes de enero se denunció la desaparición de Rosa María Giménez Wangtiang, de 84 años. La vecina del barrio de Delicias de Zaragoza desapareció la mañana del 1 de enero y desde entonces no se ha sabido nada.

En una conversación con elcierredigital.com Lourdes explicaba que “en Nochevieja cenamos juntas y todo estaba bien, ella se fue a dormir temprano y yo algo después. El día de Año Nuevo yo me levanté tarde, a las 12 de la mañana, y vi que no estaba. Normalmente salía a pasear, porque ella siempre ha sido muy activa e independiente. En Año Nuevo tampoco solíamos comer juntas así que imaginé que habría ido a dar un paseo. Además, vi que se había llevado la basura y pensé que se había ido a dar una vuelta por ahí y que luego a lo mejor se iba a tomar un café con mis primas. Fue cuando llegó la tarde y nadie la había visto que me alarmé y desde entonces espero que vuelva todos los días”.

La desaparecida no lleva teléfono móvil, ya que su familia le compró uno pero a ella no le gustaba y lo tenía guardado en su casa. Y su hija no ha notado que faltara nada en casa, salvo su abrigo. Lourdes explicaba que su madre dejó en casa “el DNI y a lo sumo lleva un total de 30 euros encima. Del banco no ha habido ningún movimiento y no ha tocado la cartilla. Es la primera vez que desaparece y no tiene ningún problema de salud pese a tener 84 años. Sí que es cierto que le diagnosticaron una depresión por la que tiene que tomar medicación, pero las pastillas están en casa”.

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Imagen de la desaparecida.

Elcierredigital.com preguntó a Lourdes si su madre tuvo en el pasado algún episodio de desorientación debido a la edad, a lo que la entrevistada ha respondido: “No, hasta ahora no se había desorientado, normalmente sale a pasear por más o menos las mismas zonas y era muy cuadriculada en ese sentido. Además ella era una persona muy lúcida e independiente, no se veía a sí misma como alguien mayor”.

La fecha de la desaparición de Rosa María dificultó también su rastreo, pues se le perdió la pista el día 1 de enero, cuando la gran mayoría de los establecimientos cercanos estaban cerrados: “Pregunté en un supermercado y en varios locales del barrio que la conocían y todos me dijeron que la habían visto otros días, pero que el día 1 no la vieron”.

Sobre el carácter y las rutinas de Rosa María, su hija Lourdes explicaba: “Es muy independiente, le gusta mucho caminar y va siempre enfocada, como que no se fija mucho en la gente, va a sus cosas siempre. Paseaba sobre todo por la calle Delicias, que le gustaba mucho, y por la zona del Pilar. También iba muchas veces a la Basílica del Pilar, a ver a la Virgen y poner alguna vela”.