La ciudadana estadounidense de origen colombiano Ana María Knezevich llegó a España en diciembre de 2023, inmersa en un complicado proceso de divorcio con su marido, David Knezevich, ya que ambos poseían una fortuna de millones de dólares. Ana María desapareció la noche del 2 de febrero mientras se encontraba en su domicilio. Al día siguiente, un extraño mensaje haría saltar las alarmas. 

En un primer momento, se barajó la posibilidad de que la desaparición fuese voluntaria. No obstante, el portavoz de la familia, Joaquín Amills, y el abogado Juan Manuel Medina dejaban claro que se trataba de una desaparición forzosa. Pasaban los días y los movimientos de David Knezevich eran cada vez más extraños. Finalmente, fue detenido en el aeropuerto de Miami el 4 de mayo, acusado de secuestro, ante una importante batería de pruebas en su contra.

David Knezevich en una tienda en Madrid.

Se le bloquearon las cuentas e ingresó en prisión. Desde entonces, ha solicitado en dos ocasiones la libertad bajo fianza, las dos sin éxito. Ahora, la jueza que instruye el caso en Miami ha puesto fecha al juicio contra David, que se celebrará el próximo 29 de julio

En una conversación con elcierredigital.com, el portavoz de la familia y presidente de SOS Desaparecidos señala que “ya se trata de un asesinato para todos pese a que fuese detenido por un secuestro. Una cosa es por la que ha sido detenido y otra por lo que será juzgado. Hay veces que hay pruebas que son circunstanciales, pero en este caso resulta que hay tantas pruebas circunstanciales que éstas hacen pruebas concluyentes. Aquí hay un cúmulo de pruebas que se han elaborado gracias a una investigación exhaustiva, hay que felicitar a la Policía Nacional por su gran desempeño”. 

Ana María Knezevich.

Hasta el momento, David no ha dicho qué hizo con Ana María, y en caso de asesinarla, dónde escondió su cuerpo. “La actitud de no decir dónde dejó el cuerpo de Ana María es una parte de la defensa de David. Con las últimas pistas mostró una actitud sonriente y dijo que Ana María aparecería sana y salva y se sabría toda la verdad. Ahora, con la cantidad de pruebas que hay tendrá muy difícil probar en el juicio que no la asesinó. Ojalá tenga un mínimo de sentido de la humanidad y diga la verdad”, añade Joaquín Amills.

Las pruebas que 'demuestran' la vinculación de David


En esta conversación con elcierredigital.com el presidente de SOS Desaparecidos y portavoz de la familia de Ana María analiza las claves del caso. “En cuanto a las pruebas acusatorias, tenemos un coche que alquiló David en Belgrado. Tras seguir la pista a este coche se descubrió que pasó por Francia y entró en España. Se recogieron los peajes por los que pasó y se identificó al coche cerca de donde se produjo el robo de unas matrículas españolas y el mismo coche que salió de Belgrado se vio con las matrículas robadas y se identificó cerca del domicilio de Ana María. Con esto está claro que David quería pasar desapercibido”, observa Joaquín Amills.

Cuando David devolvió el coche de alquiler, el propietario observó que el marco donde se ubican las matrículas había sido forzado. También vio que habían sido tintados los cristales de las ventanillas. Para Amills, “David hizo esto para que ninguna cámara pudiese pillarle. El posicionamiento del vehículo a través del teléfono y del Facebook de David queda claro. El recorrido que hizo está demostrado. No hay escapatoria, son muchas pruebas que corroboran la vinculación de David en la desaparición de Ana María”.

Imagen de la persona que entró en el edifico donde vivía Ana María y pintó las cámaras de seguridad.

Hay unas imágenes de un hombre con un casco de moto y un chaleco reflectante que pinta con spray las cámaras de seguridad del edificio donde vive Ana María y que lleva un rollo de cinta en una mano. En esas imágenes se ve la marca del spray y se descubrió la ferretería donde un individuo compra esa marca y un rollo de cinta el día que desaparece Ana María. "Las cámaras dejan claro que se trata de David. En las cámaras de seguridad que rocía con spray se ve a una persona cuyos ojos, cejas y nariz dejan claro que era David, pese a que llevaba un casco y un pasamontañas. Hay imágenes de David entrando con una maleta y saliendo a los 20 minutos con esa misma maleta”, observa Joaquín Amills. 

Cámaras de seguridad del edificio donde residía Ana María.

El principal hecho extraño de la desaparición fue el mensaje de texto que recibieron de Ana María sus amigas. “Desde el primer momento supimos que eso no estaba escrito por Ana María y que alguien se había hecho pasar por ella. Posteriormente, se descubre que David le pide a una amiga colombiana —que conoció por una aplicación el día siguiente a la desaparición— que le haga un texto en 'perfecto colombiano'. Ese texto fue el que presuntamente envió Ana María”, explica el presidente de SOS Desaparecidos. Además, se sabe que Ana María estaba ilusionada con un viaje a Barcelona que tenía el día 5 de febrero, tres días después de su desaparición.

También se sabe que “en la mañana de la desaparición [su marido] compró el casco y el chaleco en una tienda de motos de Madrid. No hay cámaras, pero está el testimonio de quienes le vendieron los objetos y el recibo de la venta”, añade Joaquín Amills.

Mensajes enviados desde el teléfono de Ana María.

A los pocos días de la desaparición el hermano de Ana se puso en contacto con David y este le dijo que no tenía ni idea de Ana María, que era cuestión de la desaparecida y de su familia. Además de esta falta de empatía e interés, Amills indica que “se negó a colaborar con el FBI haciendo un polígrafo y que su primer abogado excusó que no viniera a España pues no tenía casa ni hablaba español. Vas juntado estos detalles y se ve claramente que se trata de un asesinato con premeditación, calculado fríamente”. 

Otro detalle sorprendente es que, a raíz de la desaparición de Ana María, David vendió un 60 por ciento del patrimonio común. Lo que dio tiempo antes de que la familia de Ana María solicitase que se bloquearan las cuentas de David y Ana María.

David Knezevich en una tienda en Madrid.

“Afortunadamente, pese a las solicitudes de David las cuentas han continuado bloqueadas. También se cuenta con el testimonio de una empleada de la empresa a la que, una vez desaparecida Ana María, David pidió que abriera una cuenta a nombre de Ana María y se hiciera pasar por ella, a lo cual la mujer se negó y lo comunicó al FBI. Seguro que aparecerán muchas pruebas más en el juicio”, indica Joaquín Amills.

La actitud de David y la situación de la familia de Ana María


Respecto a la actitud de David Knezevich, el presidente de SOS Desaparecidos da su opinión: “Como típica persona narcisista, ha pensado que el tablero de ajedrez lo domina él, tanto las blancas como las negras, y no es así. Queda clara la premeditación, lo tenía todo calculado, ya que buscó la manera de no dejar registro. Debió pensar que en todo momento se iba a barajar la desaparición voluntaria, como se hizo al principio de la investigación. No obstante, estaba claro que no era una desaparición voluntaria. También demuestra una soberbia tremenda, fue muy ingenuo al comprar todo en España y mantener activo su teléfono móvil”.

Joaquín Amills añade que “no tiene lógica que regresara a Miami sabiendo todo lo que tenía detrás. Me imagino que el motivo fue económico. Fue un movimiento desesperado porque era fácil pensar que nada más pisar suelo americano iba a ser detenido. Afortunadamente, cometió ese error. Para este sujeto, defender que no ha asesinado a Ana María va a ser muy difícil, aunque en el peor de los escenarios no se encuentre el cuerpo”. 

David Knezevich.

“La familia de Ana María está desesperada porque hasta ahora no se ha encontrado el cuerpo. También están aturdidos porque nunca podían imaginar algo así. Sabían los problemas que había en el divorcio y el carácter narcisista de David, pero no imaginaban que fuese capaz de algo tan atroz. Les daría paz que este tipo sea un poco persona y admita lo que ha hecho y evite un sufrimiento mayor de la familia diciendo dónde dejó el cuerpo de Ana María”, concluye el portavoz de la familia.