La actividad de las bandas latinas en Madrid ha sido un tema candente en los últimos años. De hecho, durante el pasado 2023 se registró un repunte significativo en la actividad de estas bandas especialmente en los barrios y pueblos del extrarradio de la capital, como Villaverde y Fuenlabrada, donde se han llegado a registrar reyertas entre más de 30 miembros de bandas como ‘Dominican Don´t Play’ y los ‘Trinitarios’. 

Ahora, la Jefatura Superior de Policía de Madrid ha informado esta semana que un miembro de la polémica 'Mara Salvatrucha', acusado de un doble asesinato en El Salvador, fue detenido en el Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas el pasado 16 de marzo. El arrestado, identificado como Roberto Armando Cruz Orellana, fue capturado gracias a la cooperación policial internacional y la Red Atenas al llegar a España en un vuelo procedente de Ecuador.

Según las investigaciones policiales, Roberto Armando tiene un amplio historial delictivo y pertenecía a un subgrupo de la famosa banda criminal -especialmente activa en El Salvador- y operaba en la región salvadoreña de Teotepeque, donde cometió un doble asesinato en 2022 por el que enfrenta una sentencia de 84 años de prisión

Imagen de la detención de Roberto Armando Cruz Orellana

La investigación se inició tras recibir información sobre su posible llegada a España y la existencia de una notificación roja de Interpol por homicidio agravado y robo en El Paraíso, El Salvador. Finalmente, la detención se produjo a su llegada al aeropuerto de la capital. El pandillero llegó a España con su propio pasaporte, sin falsificaciones, y con al menos mil euros en efectivo para cumplir con la normativa vigente impuesta a los turistas que proceden de Ecuador, país donde la violencia del narco llegó a niveles insospechados, provocando la intervención militar del Estado, tal y como informó en su momento elcierredigital.com.

La detención de Cruz Orellana se produce en un contexto turbulento, pues la capital española ha sido refugio de multitud de bandas latinas que han trasladado sus operaciones a España con el objetivo de controlar puntos estratégicos para el narcotráfico en Madrid. El pasado 2023 fue uno de los años más activos en cuanto a delincuencia relacionada con este tipo de bandas, que cada vez proliferan con más facilidad en las principales ciudades españolas, especialmente entre los jóvenes.

Los crímenes de Cruz Orellana

Tal y como detallan las investigaciones, noticiadas por diversos medios, en la noche del 9 de agosto de 2022 se encontraron los cuerpos con signos de tortura de dos hombres en un terreno en la región salvadoreña de San Benito. Las víctimas eran José Estanislao Miranda Villalta, de 80 años, y su empleado José Mariano Cruz Sánchez, de 47.

Al parecer, las víctimas fueron encañonadas por criminales pertenecientes a la Mara Salvatrucha 13 y arrastrados fuera de sus hogares. Los cuerpos fueron hallados a dos kilómetros y medio de sus residencias, atados con alambres y con heridas de arma blanca.

En concreto, las autoridades indican que Roberto Armando Cruz Orellana participó en estos homicidios junto a otros seis miembros de la mara. La investigación, liderada por la Sección de Localización de Fugitivos con el apoyo de la Comisaría General de Información y la Red Atenas, forma parte del programa de cooperación EUROFRONT y FIIAPPP entre la Policía Nacional de España y países de Hispanoamérica como Ecuador.

No está claro si la visita de Cruz Orellana a España era solo una ‘escala técnica’ o si planeaba refugiarse debido a contactos o infraestructura en España. En los últimos días la Policía lo presentó ante la Audiencia Nacional, quien decidirá sobre su posible extradición, algo que parece probable ya que El Salvador lo reclama desde hace años.

La actividad de las bandas latinas en Madrid

No es la primera vez que un líder de las maras salvadoreñas es detenido en la capital. En septiembre de 2016 la Policía Nacional detuvo en Madrid a un líder de la Mara 18, apodado ‘el Mexicano’. Al parecer, este pandillero recibía instrucciones de otros jefes de la organización para introducir sus actividades ilegales en España. La Mara 18 se financia principalmente a través de extorsiones a empresarios y comerciantes, tráfico de drogas, secuestros exprés, tráfico de armas, y ocupación ilegal de inmuebles para luego alquilarlos a terceros, entre otros delitos. 

Se estima que las Maras surgieron en El Salvador entre las décadas de los 80 y los 90 como resultado de la marginación, problemas familiares y delincuencia común que dejaron a su paso los conflictos armados del país. Aunque inicialmente eran de El Salvador, actualmente están presentes en varios países de América Latina y Europa. Se organizan en células territoriales llamadas "clicas", formadas en su mayoría por jóvenes menores de edad.

Miembros de una banda latina en Madrid

En lo que respecta a nuestro país, las bandas latinas en Madrid son un problema que lleva años afectando a la región, con sucesos violentos que se registran con frecuencia. Estas organizaciones, como los ‘Latin Kings’, ‘Trinitarios’, ‘Ñetas’ y ‘Dominican Don't Play’, se han extendido por diferentes partes de la ciudad, reclamando territorios y enfrentándose a bandas rivales. 

Además, se ha observado un aumento de menores de edad que se unen a estas bandas, generalmente provenientes de familias desestructuradas en busca de aceptación y relevancia. Tal y como ya informó elcierredigital.com, la simbología y forma de vestir son elementos clave para identificar a los miembros de estas organizaciones, que utilizan gestos y colores específicos para representar su pertenencia. 

Registro a varios miembros de bandas latinas en Madrid

Tal y como señalan los registros publicados por diversos medios a lo largo de los años, en Madrid actualmente el 60% de los integrantes de grupos delictivos son menores de edad, siendo los ‘Dominican Don´t Play’ y los ‘Trinitarios’ los más destacados. La mayoría de ellos son españoles de nacimiento o nacionalizados.

Según los expertos consultados por diversos medios de comunicación, la influencia de estas bandas incrementó durante la pandemia gracias a las estrategias de captación por redes sociales que llevaron a cabo durante el confinamiento. A pesar de que el número total de miembros activos no ha aumentado, las reyertas entre bandas juveniles sí han registrado picos, al igual que los delitos cometidos por menores, como homicidios, uso de armas y organización criminal.