La madrugada del pasado sábado al domingo el museo de la catedral de Plasencia sufría un robo valorado en más de un millón de euros. Los ladrones habrían destrozado los sistemas de seguridad —cámaras, alarmas y cristal blindado— para hacerse con la corona de la Virgen del Puerto (patrona de la ciudad), otra corona del Niño Jesús, varios anillos episcopales y dos cruces pectorales.

Según declaraba el rector del santuario, fray José María Correcher, a EFE, “además del material de las joyas y el oro y todo eso, se han llevado un pedazo del corazón de los placentinos”.

La corona de la Virgen, del año 1952, se encontraba en el museo de la catedral, mientras que la imagen de la Virgen estaba en el santuario de la Virgen del Puerto. De hecho, el próximo 6 de abril estaba previsto el traslado de la corona al santuario para celebrar, como cada año, la romería de la Virgen del Puerto. Una tradición que ahora se verá afectada por el reciente robo.

Las iglesias y catedrales españolas poseen en sus interiores objetos de incalculable valor, tanto a nivel económico como histórico. Y aunque en los últimos años la seguridad ha ido evolucionando, de tanto en tanto siguen sucediendo, conmocionando a los fieles. Algunos de los objetos sustraídos se recuperan; otros, siguen en paradero desconocido años después de desaparecer.

Los robos más recientes en catedrales españolas

La Catedral de Albacete también fue recientemente víctima de estos saqueos. Concretamente, tuvieron lugar “tres robos” producidos el 10 de diciembre, el 18 de diciembre de 2023 y el 12 de enero de 2024, según informó la Cofradía de Nuestra Señora de los Dolores de Albacete, preocupada por las sustracciones.

Catedral de Albacete.

En total, se echaron en falta “dos ángeles de los Olot”, un crucifijo y dos candelabros del altar, y “la corona de espinas del Santísimo Cristo de su Pasión en su caída”, según declararon desde la cofradía. El botín, tal y como publicaba La Tribuna de Albacete, no llegaría a los 5.000 euros, pero tenía un importante valor histórico para la cofradía, que denunció los hechos ante la Policía Nacional.

El 4 de junio de 2011 tenía lugar otro robo que, por suerte, acabó con final feliz. Tuvo lugar en la catedral de Santiago de Compostela y el objeto en cuestión fue el Códice Calixtino, valorado en más de 1,7 millones de euros. Tras una ardua investigación, la justicia dio con el culpable: un electricista que, después de más de 20 años trabajando en la catedral, fue despedido. Pedía una indemnización de 40.000 euros y se llevó el Códice porque sabía que era lo que más afectaría al deán. Lo encontraron, en perfecto estado y envuelto en unos trapos, en el garaje de su vivienda.

En el año 2020, además, y tal y como informábamos en elcierredigital.com, la Guardia Civil logró recuperar unas 94 piezas de importante valor que se habían sustraído en diferentes robos que tuvieron lugar en varios centros de culto diseminados por el norte de España. Concretamente, los lugares fueron La Rioja, Burgos, Teruel y Palencia. Estaba previsto que algunos de los objetos incautados fuesen puestos a la venta en una página web de objetos de colección.

Los 70, una década de grandes robos a catedrales

Robos como los anteriormente descritos han hecho que las iglesias y catedrales españolas refuercen sus medidas de seguridad para evitar incidentes. Y aunque ahora cuentan con más avances tecnológicos, no era así en las décadas de los 70 y los 80, cuando ocurrieron varios robos.

En la catedral de Salamanca en el 76, en la de Burgos y en la de Murcia en el 77 y en la de Ciudad Real en el 78, son solo algunos de los ejemplos. Se llevaron cuadros de pintores como Morales y Tiziano, cruces, cálices, libros y joyas.

Algunos de los robos de esta época, como el que tuvo lugar en la catedral de Oviedo en 1977, terminaron con la aparición de los objetos sustraídos —dos cruces y una arqueta— días después. Otros, como el del Libro de las estampas de la catedral de León (del año 1969) también aparecieron, pero en mal estado.

Los dos robos más importantes de la historia de España a catedrales se encuentran separados con dos años de diferencia: el de la catedral de Roda de Isábena (1979) y el de la catedral vieja de Vitoria (1981). En el de Roda de Isábena fue robada “casi la totalidad del museo de la catedral”, según ABC. Se llevaron una silla de estilo vikingo, báculos, arquetas, imágenes, tejidos… Más de 40 objetos en total.

Catedral de Roda de Isábena.

En Vitoria se robaron cálices, copones y una custodia y una cruz procesional. Esta última, la de mayor valor. En total: unos 35 millones de pesetas (aproximadamente 210.000 euros), según informaba El Correo. El tesoro sustraído nunca fue encontrado. Las autoridades centraban sus sospechas en que fue fundido.

Estos y muchos más robos sucedidos en catedrales e iglesias supusieron un punto de inflexión en la seguridad de estos centros que conservan una parte importante de nuestro patrimonio. Uno que, pese a las medidas de seguridad, sigue intentando ser saqueado.