23 de mayo de 2024
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FIN DE SEMANA

La intérprete malagueña falleció a los 90 años en la residencia de ancianos de La Piovera de Madrid víctima de una larga lucha contra el alzheimer

Veintisiete años sin la actriz Rafaela Aparicio: La 'chacha' que enamoró a los españoles y murió en soledad

La actriz Rafaela Aparicio.
La actriz Rafaela Aparicio.
El 9 de septiembre de 1996 el cine se teñía de luto. La actriz Rafaela Aparicio fallecía a los 90 años en la residencia de ancianos de La Piovera tras una larga lucha contra el alzheimer. La cómica malagueña, quien comenzó su carrera en 1935, había dejado una amplia carrera marcada por títulos como 'Sor Citroen', 'Mamá cumple 100 años' o 'Dos Chicas de revista'. En cuanto a su vida personal, la actriz contrajo matrimonio con el actor Erasmo Pascual con quien tuvo dos hijos.

El 9 de junio de 1996 fallecía a los 90 años de edad la actriz Rafaela Aparicio. La icónica intérprete comenzó su trayectoria en el mundillo con 20 años y desde ese momento se convirtió en una de las caras más reconocidas de la interpretación nacional por su versatilidad y profesionalidad. Y como tal, tampoco los prejuicios a la hora de hacer un papel. 

Lo mismo daba un protagonista que una secuencia como en la cita ‘La Gran Familia y uno más’, dirigida por Fernando Palacios, en la que interpreta a una empleada del hogar que sale escaldada ante las peripecias de la familia Alonso, que una obra del director Carlos Saura. Rafaela fue de esa generación de actores que daba igual si aparecían sólo un par de minutos en una película, tenían la capacidad de centrar toda la atención en ella. 

La cómica que enamoró a los españoles

 

Nacida en Marbella en 1906, estudió magisterio para complacer a su padre pero pronto comenzó a hacer teatro. Durante la Guerra Civil obtuvo un gran éxito con la obra Cuidado con la Paca donde interpretaba el papel de la criada, la Fermina. Entre bombas y fusilamientos, cada tarde el Teatro Marquina representaba una obra cómica que hacía olvidar durante algo más de hora el conflicto bélico. 

De físico menudo y poco fotogénica, el cine le fue esquivo durante demasiados años. Inició su carrera en La hija de Juan Simón (1955) un vehículo al servicio de Antonio Molina. A partir de ese momento comenzó un larguísima trayectoria cinematográfica con más de 150 películas. Ya en ese primer filme hacía el papel de 'chacha'. Un biotipo, el de la empleada del hogar, que empezaba a hacerse habitual en la España del desarrollismo económico y el ingreso paulatino en la sociedad de consumo. 

Las ‘chachas’ del cine español

 

Durante dos décadas las 'chachas' del cine español se repartieron entre Gracita Morales, Josele Román, Lina Morgan, Florinda Chico y la propia Rafaela. Con Florinda Chico compartió papel en la exitosa serie de Televisión Española La casa de los Martínez. La ficción se emitió entre 1966 y 1970 y se convirtió en todo un fenómeno sociológico en el país, tanto que la serie tuvo su traslación a la pantalla grande en 1971. En esta versión cinematográfica Rafaela y Florinda volvieron a repetir sus roles de criadas que eran tía y sobrina.

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Rafaela Aparicio y Gracita Morales en 'Sor Citroen'.

Desde entonces las dos actrices se convirtieron en un seguro cómico garantizado y fueron tía y sobrina, más o menos bien avenidas en muchos filmes. Como tales se dedicaban a alquilar habitaciones a prostitutas en Venta por pisos (1972), se pelearon por que sus hijas triunfaran como vedettes en Dos chicas de revista (1972) e incluso aparecieron en el prólogo de la sátira política El gran mogollón (1980). 

Otro de los grandes títulos y uno de los más recordados de Aparicio fue la película 'Sor Citroen', dirigida por Pedro Lazaga en la que compartía cartel con Gracita Morales, Jose Luis López Vázquez, Juanjo Menéndez o Antonio Ferrandis. La cinta se estrenó el 5 de diciembre de 1967 y su banda sonora, compuesta por Antonio García Abril, es una de las más recordadas del cine español. 

Extensa filmografía

De entre su larga filmografía ella siempre citaba como su favorita a la genial El extraño viaje (1964), de Fernando Fernán Gómez. La película tardó tres años en estrenarse por problemas con la censura y cuando lo hizo, el público le dio la espalda.  Su asociación con Fernán Gómez le daría 25 años después un gran éxito con El mar y el tiempo (1989) el papel de una mujer con demencia que le valió un Goya a la Mejor Actriz. Un premio que le llegaba un año después de recibir el Goya de Honor, cuando muchos pensaban que su carrera ya no daba para más. Un caso, el de recibir un Goya competitivo después de un honorífico, que se volvería a repetir años después con Antonio Banderas

Otras películas que han pasado a la historia del cine patrio con intervención de Rafaela son El año de las luces (1986) de Fernando Trueba, La vida alegre (1987) de Fernando Colomo donde tenía un tour de force con Chus Lampreave y, sobre todo, las dos películas que rodó con Carlos Saura, Ana y los lobos (1972) y Mamá cumple 100 años (1979). Además, protagonizó una antológica secuencia en El Sur (1983) de Víctor Erice junto a la entonces niña Icíar Bollaín. 

Erasmo Pascual, su gran amor

 

Paralelamente a su gran éxito, la actriz era feliz junto al también intérprete Erasmo Pascual, viudo y padre de una hija, con quien contrajo matrimonio en 1933 y con quien tuvo dos hijos. Aunque según el periodista Manolo Román, la actriz siempre mantuvo dos versiones sobre su romance. En primer lugar, sostenía que habían pasado por el altar en una iglesia de la Ciudad Condal y que como consecuencia de un incendio, los papeles oficiales que certificaban la unión matrimonial se habían extraviado

Por otro lado, también afirmaba que jamás había pasado por el altar, aunque también decía que había estado casada previamente y que era madre de una hija.  De aquella relación nació Erasmo Pascual Aparicio, del que apenas se tienen datos ya que mantiene una discreta vida personal. La pareja, que se profesó un profundo amor, descansa en el nicho n.º 102 del Patio de las Ánimas, un espacio privilegiado dedicado a los artistas, en la sacramental de San Isidro en Madrid.

El declive de una gran actriz

En los primeros 90, con más de ochenta ella, seguía subiéndose al escenario con obras de gran éxito firmadas por Rafael Mendizábal. Una de ellas, Mala Yerba, fue llevaba al cine en 1991 compartiendo protagonismo Rafaela con Emma Ozores y recibiendo críticas muy positivas. Además, interpretó en el teatro una continuidad de esta obra con La abuela echa humo en 1994. Para entonces participaba en varios programas de Telecinco y se había despedido del cine con ¡Oh Cielos! (1993) donde interpretaba al mismísimo Dios.  

En 1994 mientras grababa la versión televisiva de La abuela echa humo, se evidenció que empezaba a tener problemas de memoria y decidió retirarse a los 88 años a la residencia de ancianos La Piovera (Madrid). La intérprete, enferma de alzheimer, fallecía a los 90 años de edad a causa de un derrame cerebral y dejando una exitosa carrera. 

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