26 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

En 1960 el Rey Balduino se casó con la aristócrata española Fabiola de Mora y Aragón, que no pudo dar un heredero a la corona del país

Monarquías europeas (IV): Bélgica, el país que sentó a una española en el trono

El Cierre Digital en Fabiola y Balduino de los Belgas en el anuncio de su compromiso en 1960.
Fabiola y Balduino de los Belgas en el anuncio de su compromiso en 1960. / Bélgica está regida por una monarquía desde 1830.
Si hay un país europeo en el que la monarquía hace de 'pegamento' social y político ése es Bélgica. Un país con marcadas divisiones territoriales que en ocasiones tensan demasiado la situación polícia. La monarquía es la única institución que consigue el consenso a pesar de la mutitud de escándalos que han protagonizado y que llevaron a la abdicación del anterior monarca Alberto II en 2013.

En Bélgica la monarquía es una de las pocas instituciones que hacen de pegamento de un país un tanto artificial y marcado por las diferencias entre los francófonos y los flamencos. Desde la independencia de los Países Bajos en 1830, en el país se han sucedido siete reyes en el trono. Monarcas que usan el título de Rey de los belgas y no de Bélgica, como comúnmente se escribe en la prensa. Esta forma de denominar a los soberanos pretendía hacer que la Corona fuese una institución unida a la población. Y lo han conseguido a pesar de los muchos escándalos que han acosado a la familia real del país. 

El primer monarca fue Leopoldo I. Fue el cuarto Rey de la dinastía, Leopoldo III, con el que empezaron las polémicas. Muchos consideran que la historia de amor con Astrid de Suecia fue el inicio de la prensa del corazón tal y como la conocemos hoy en día en Europa. Esta historia llegó a acostarle el trono. Leopolo III fue obligado a abdicar en 1950. El pueblo nunca le perdonó que se volviera a casar. Su primera mujer, la citada Astrid de Suecia, había muerto en los años 30 en un accidente de tráfico y la conmoción que generó su muerte hizo que su nombre no fuera olvidado por los belgas.

Leopoldo III de Belga. 

Tras la II Guerra Mundial, los Aliados no permitieron la vuelta de la monarquía en Bélgica porque consideraban poco claro el papel de Leopoldo con respecto a los nazis. El referéndum de junio de 1950 dio el sí a la monarquía por poco más del 50 por ciento de los votos. La vuelta de Leopoldo generó mucho rechazo en la población. Ante el temor de que la institución no aguantase la contestación popular, en julio de 1951 abdicó en su hijo Balduino. Este, que no quería ser rey sino fraile, reinó durante 43 años, aunque abdicó puntualmente en 1991 para no firmar la ley del aborto dadas sus convicciones católicas. Dos años más tarde le sucedería su polémico hermano Alberto II. 

La pareja más escandalosa de las cortes de los 60 

La aristócrata italiana Paola Ruffo di Calabria se casó el 2 de julio de 1959 con el entonces príncipe heredero de Bélgica, Alberto. Eran muy jóvenes y su imagen contrastaba con la del Rey Balduino, hermano mayor de Alberto. El monarca se casó un año más tarde con la española Fabiola de Mora y Aragón y ésta pasó a ser uno de los personajes más populares de la prensa del corazón europea. Sus problemas para tener descendencia, lejos de generar polémica, la acercaron más al pueblo belga. Esta circunstancia convertía a Alberto y a Paola en los sucesores al trono. 

Boda de Alberto y Paola en 1959. 

Las infidelidades del matrimonio eran habitualmente retratadas por los fotógrafos. Paola de Lieja vivía en esos momentos un apasionado romance con el cantante Adamo y a Alberto se le vinculó con una periodista. Sin embargo, su relación con Sybille, madre de su hija Delphine, pasó desapercibida durante años.

En 1968 nació Delphine. A pesar de estar separada de su marido, Sybille consiguió que éste reconociera a la recién nacida aunque la niña siempre supo quién era su verdadero padre. Para evitar el escándalo, la baronesa se fue a vivir con su hija a Londres en 1976. En 1982 Sybille se casa con un noble inglés pero el matrimonio no llega a durar un año. Sin embargo, se reconcilian en 1984, un año después de romper su historia secreta con Alberto.

En una entrevista concedida a la televisión francesa en 2013, Sybille afirmó que Alberto le había pedido permiso para divorciarse a su hermano el Rey Balduino en dos ocasiones, en 1969 y en 1976, pero este le exigía a cambio renunciar a sus derechos dinásticos, condición a la que no estaba dispuesto Alberto, por lo que nunca llevó a cabo la ruptura de su unión con Paola.

La abdicación 

A la muerte de Balduino, en 1993, Paola y Alberto accedieron al trono. Sin embargo, el pueblo belga siguió teniendo cierta querencia por Fabiola y durante las dos décadas que reinaron, las críticas acompañaron al matrimonio. La comparación con la anterior pareja regia no les favorecía.

Alberto II. 

En 2009 Delphine exigió en los tribunales ser reconocida como hija de Alberto II. “Lo decidí cundo fui madreQuería que mi hija tuviera raíces. Un niño no viene al mundo de la nada. Entonces empecé a pensar seriamente en mi historia”, confesó en una entrevista para Vanity Fair.

Durante unos años, la demanda de paternidad durmió en un cajón de un juzgado de Bruselas pero en 2011 un magistrado decidió dar inicio a la instrucción del caso. La presión mediática y social fue tal que el Rey Alberto, sin reconocer su filiación, anunció el 3 de julio de 2013 su abdicación, siendo el tercer soberano en hacerlo en el siglo XXI tras el Papa Benedicto XVI y la Reina Beatriz de Holanda. En su discurso de abdicación evitó mencionar el motivo de la decisión pero las causas eran conocidas por todo el mundo. 

El actual monarca y el futuro

Tras la abdicación subió al trono Felipe I de Bélgica, un Rey mucho más discreto que su padre pero también menos carismático que su tío Balduino. Felipe está casado con la Reina Matilde. Es la primera Reina de los Belgas nacida en la propia Bélgica y, actualmente, la única Reina consorte europea que pertenece a la nobleza. 

Los Reyes Felipe y Matilde. 

Juntos han tenido cuatro hijos. La mayor de ellos es Isabel de Brabante, que está llamada a ser la primera mujer en ser soberana del país. A sus veinte años pertenece a la generación de adolescentes que están llamadas a ser las reinas del siglo XXI como es el caso de Leonor de España. 

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