27 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

La pareja se conoció en 1966 cuando ambos estaban casados y tuvieron una hija de nombre Delphine, que fue reconocida como descendiente del Rey en 2017

Sybille de Selys Longchamps, la baronesa que acabó provocando la abdicación del Rey Alberto II de Bélgica

Sybille de Selys Longchamps.
Sybille de Selys Longchamps.
Los grandes protagonistas de la Historia han llenado páginas de libros, ocupan estatuas en lugares públicos o se utilizan sus nombres para bautizar calles, edificios y hasta hoteles. Paralelas a sus vidas están las de sus amantes. Hombres y mujeres que asistieron desde la retaguardia doméstica a los grandes acontecimientos. Los hubo desinteresados, arribistas, enloquecidos, conspiradores y hasta espías. Observaron el devenir de la política desde la atalaya de lo íntimo.

Sybille de Sely Longchamps provocó todo un tsunami informativo para la casa real belga. Su aparición en escena, como un fantasma del pasado, venía a recordar los peores momentos del matrimonio de Alberto II y la Reina Paola. Siempre fueron una pareja con fama de protagonizar llamativas desavenencias entre ellos. El escándalo siempre les persiguió, mientras sus cuñados, los Reyes Balduino y Fabiola, transmitían la sensación de serenidad. Cuando ascendieron al trono en 1993 el pasado parecía haber quedado atrás, hasta a la reaparición de Sybille.

Sybille de Selys Longchamps nació el 21 de agosto de 1941 y heredó de su padre el título de baronesa. Se casó en 1962 con el industrial Jacques Boël, doce años mayor que ella, pero pronto el matrimonio naufragó. En 1966 se separó de su marido y conoció al entonces príncipe Alberto, hermano y heredero del Rey Balduino. Fue en Atenas donde el padre de Sybille era embajador del país centroeuropeo.

La entonces joven Sybille buscaba en su padre consuelo por la errática deriva de su matrimonio. Alberto se encontraba en la capital griega porque estaba practicando para unas regatas y tenía su yate amarrado en el puerto de El Pireo. El heredero del trono belga se alojó en la embajada de su país y allí surgió una historia de amor que, tal y como confesaría tiempo después la baronesa, duró 16 años.

Alberto II de Bélgica. 

En esos años la prensa del corazón europea tenía entre sus objetivos a los Príncipes Alberto y Paola. Las infidelidades del matrimonio eran habitualmente retratadas por los fotógrafos. Paola de Lieja vivía en esos momentos un apasionado romance con el cantante Adamo y a Alberto se le vinculó con una periodista. Sin embargo, su relación con Sybille pasó desapercibida durante años.

En 1968 nació Delphine. A pesar de estar separada de su marido, Sybille consiguió que éste reconociera a la recién nacida. La niña siempre supo quién era su verdadero padre. Para evitar el escándalo, la baronesa se fue a vivir con su hija a Londres en 1976. En 1982 Sybille se casa con un noble inglés pero el matrimonio no llega a durar un año. Sin embargo, se reconcilian en 1984, un año después de romper su historia secreta con Alberto.

En una entrevista concedida a la televisión francesa en 2013, Sybille aseguró que Alberto pidió poder divorciarse a su hermano el Rey Balduino en dos ocasiones, en 1969 y 1976, pero este le exigía a cambio renunciar a sus derechos dinásticos y nunca llevó a cabo la ruptura de su unión con Paola.

La abdicación y una demanda de paternidad

En 1986 todo empezó a ir mal entre los antiguos amantes. Delphine pasaba por un duro episodio depresivo y sufría anorexia. En una ocasión llamó por teléfono a su padre biológico y éste le pidió que no volviera a comunicarse. Sybille nunca le perdonó.

Delphine llegando a los tribunales. 

En 2009 Delphine exigió en los tribunales ser reconocida como hija de Alberto II. “Lo decidí cundo fui madreQuería que mi hija tuviera raíces. Un niño no viene al mundo de la nada. Entonces empecé a pensar seriamente en mi historia”, confesó en una entrevista para Vanity Fair.

Durante unos años la demanda de paternidad durmió en un cajón de un juzgado de Bruselas, pero en 2011 un magistrado decidió dar inicio a la instrucción del caso. La presión mediática y social fue tal que el Rey Alberto, sin reconocer su filiación, anunció el 3 de julio de 2013 su abdicación, siendo el tercer soberano en hacerlo en el siglo XXI tras el Papa Benedicto XVI y la Reina Beatriz de Holanda.

En su discurso de abdicación evitó decir el motivo de tomar esta decisión, pero las causas eran sabidas por todo el mundo. Cuatro años más tarde de dejar el trono, Delphine fue reconocida legalmente como hija del exmonarca y Sybille decidió instalarse en Francia para huir de la popularidad y el terremoto que provocó en la monarquía de su país.

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